No sé qué me pasa pero últimamente siento que todos los días tengo algo que decir. Supongo que es lo que nos pasa a los pelmas.
Creo que son vuestros "me gusta" que me vengo arriba, sino es incomprensible tanta verborrea.
Allá va el mensaje de hoy:
Todavía hay mucha gente, incluida en esta comunidad, que entiende que algo solo puede ser dinero si es algo tangible, que se pueda tocar. De hecho hay fans del oro que dicen esto abiertamente también, lo cual, como explicaré a continuación ¡me hace pensar que en realidad estos fans tampoco entienden el oro!
Cualquier cosa que cumpla la función de intercambio puede ser utilizado como medio de intercambio indirecto, pero ¿cuál es esa función de intercambio? En definirlo es en lo que quiero centrar este artículo de hoy.
Me habéis leído hablar del entorno de Dunbar y de "las trampas" en los intercambios de valor entre individuos que no pertenecen al mismo entorno de Dunbar.
El resumen más importante de todo ello es que, basándonos en la mera observación,
cuando dos individuos de una misma especie, de diferentes entornos de Dunbar (no son familia, ni conocidos, no confían el uno en el otro), llevan a cabo un intercambio de valor, si ese intercambio no se produce de manera inmediata (entrega inmediata por ambas partes), lo más seguro es que la que reciba valor primero, no devuelva valor después, es decir, que haga trampas.
En otras palabras, entre conocidos podemos intercambiar crédito porque al fiarnos, podemos entregar valor y esperar con una certeza razonable que en el futuro nos será devuelto ese valor en algún momento. Es decir, que habrá reciprocidad. Cuando perteneces a un mismo entorno de Dunbar, no devolver el favor tiene unas consecuencias sociales enormes.
A una mayor escala que el entorno de Dunbar, empezamos a necesitar utilizar un medio de intercambio directo (trueque) o indirecto (dinero). ¿Por qué?
Y, ¿qué significa ser un buen medio de intercambio indirecto? ¿qué significa tener buenas propiedades monetarias?
Dejar constancia
Cuando entregamos valor a un desconocido (le vendemos unas naranjas o un ordenador), queremos dejar constancia de esa entrega de valor, porque queremos reciprocidad y con un extraño no tenemos garantías de que esto vaya a ser así.
Necesitamos que nuestra contraparte reconozca haber recibido valor y dejar constancia de ello.
Si dejamos constancia de forma universalmente aceptable para todos los demás, en algún momento podremos intercambiar nuevamente este bien intermedio por valor, sea del tipo que sea.
Y ¿cómo podíamos dejar constancia hace miles de años?
Opción 1:
Podemos encargar a una persona (un escriba) en nuestra aldea neolítica que se encargue de registrar en un pergamino los intercambios de valor que se den en nuestra comunidad.
Pero ojo, ¿cómo podemos asegurarnos de que esa persona no hará trampas para favorecer a unos en contra de otros?
Si yo he entregado un abrigo a alguien, quiero en algún momento poder cobrármelo (reciprocidad). ¿Qué garantías tengo de que este responsable escribirá exactamente esto y no otra cosa? Y de que lo custodiará diligentemente? ¿O de que este pergamino no se deteriorará hasta el punto en el que sea inservible?
Podemos poner a un supervisor, pero quién nos garantiza que ambos no se pondrán de acuerdo para hacer trampas en este registro de las transacciones entre unos y otros? ¿O que pueden ser coaccionados para escribir lo que alguien con el empleo de la fuerza determine en alguna ocasión?
Necesitamos llevar un registro que no controle nadie, pero ¿cómo se puede escribir este registro si nadie lo controla?
Necesitamos además que este registro sea transportable también.
Pero un momento, esto es de locos, ¿cómo me voy a llevar a un escriba con el pergamino por ahí para verificar cada transacción? Tenemos que pensar en otra posibilidad.
Opción 2:
Hmmmmm ¡EUREKA!
Tengo una idea genial, te voy a entregar un bien, que sepamos que es perfectamente escaso porque si es escaso la información que ese bien me provea será difícilmente falsificable. Un bien que sea universalmente escaso, es decir, en el que nadie pueda fabricarlo a voluntad pues de otra forma, sería lo equivalente al control que tenía el escriba de la opción 1.
Es decir, si tu me estás entregando una pepita de oro por mi abrigo, estás reconociendo y DEJANDO CONSTANCIA de que ha habido un intercambio de valor en el que yo te he entregado algo valioso y además, en función del tamaño y pureza de la pepita, estás dejando constancia de cuánto valor exactamente aceptas haber recibido.
Este es el click que todavía casi nadie ha hecho, entender que un bien, por muy físico que sea, es en realidad un sistema de información extraordinario y dudo que muchos fans del oro hayan, siquiera, dado este salto mental.
El oro que hemos intercambiado en la historia, equivale a una base de datos universal, públicamente accesible si quieres verificarla, en la que el saldo que cada uno tiene debería equivaler a la cantidad de valor que uno ha dado.
Desgraciadamente esto no siempre es así porque el carácter tangible del oro permite su robo por la fuerza, algo que la criptografía no.
Esta transacción o intercambio de valor queremos que sea infalsificable y para ello debe ser enormemente difícil encontrar pepitas de oro por ahí pues de otra forma tu estarías incentivado a salir por ahí a recogerlas para que esa transacción pareciese muy superior y poder, con ello, recibir más valor del que en realidad te corresponde (no habría por lo tanto reciprocidad).
Si el coste de obtener esas piedras es inferior al coste de crear productos que valgan lo mismo en piedras, habrá una clara oportunidad de arbitraje y cualquiera tendrá incentivos a buscar esas piedras para adquirir bienes y servicios. El mercado se inundaría de piedras y habríamos inventado la inflación.
Pero también necesitamos que sea fácil de reconocer, pues si no fuese así, podría ocurrir que podrías darme gato por liebre.
También es fundamental que sea durable. Si se deteriorase fácilmente, en el "viaje del valor en el tiempo" desde el momento en el que produces y cobras dinero, hasta el momento en el que consumes y pagas, podría haber un desgaste suficientemente grande como para que ese bien que representa la transacción terminase no siendo aceptado por el mercado y por lo tanto no cumpliría correctamente esta función de intercambio.
Esta escasez y durabilidad son las propiedades más importantes del dinero y en mi opinión, el que hayamos utilizado bienes físicos durante milenios ha sido la excepción, sencillamente porque no teníamos software que permitiese está función de forma mucho más cómoda y también más barata sobre todo de almacenar.
En consecuencia, los billetes y monedas no son más que un accidente histórico, derivado del hecho de que no teníamos maneras de escribir esta información sin que nadie la pudiese manipular y sin que ese pergamino de la opción 1 pudiese custodiarse, transportarse o dividirse de forma práctica como para ser utilizado como dinero de forma generalizada.
Aunque el oro no lo controle nadie, sí que puede alguien llegar a controlarlo fácilmente con la violencia. Puedes corromper la minería, puedes sacar partido vía señoreaje o puedes pedir impuestos (coaccionar) a cualquiera que quiera transportarlo o custodiarlo por otros. Además, con el crecimiento económico del S. XIX, las debilidades del oro nos hicieron depender cada vez más de terceros que podían ser muy fácilmente corrompibles (aka bancos y en última instancia el banco central)
Las propiedades monetarias del oro han permanecido inalterables durante milenios.
Las de Bitcoin son mejor que las de hace un mes, mejores que las de hace dos meses, y que las de hace 11 años. Es una nueva forma de dinero que se comporta como un autómata antifrágil, que aprende de cada amenaza y se transforma gracias al código abierto.
Y cumple exactamente lo mismo que el oro, es un registro públicamente accesible por cualquiera, de las transacciones de valor que hemos efectuado unos con otros desde el principio de Bitcoin, solo que mejor que el oro.
Vas a tener complicado convencerme de que dejar constancia de una transacción de valor, es mejor hacerlo con un bien físico que con una base de datos a través de internet.
¿Una base de datos inmutable no puede ser una buena manera de dejar constancia de cosas? ¿En serio?
Satoshi hizo una auditoría de todos los sistemas de información (monetarios) de la historia y eliminó sus vulnerabilidades una a una sin piedad para crear la mejor forma de dejar constancia de los intercambios de valor al menor coste.
Es además la primera vez en la historia en la que ni siquiera el robo puede alterar fácilmente este sistema de información llamado dinero. Mientras que los algoritmos criptográficos sigan llevando la delantera a los que intentan quebrarlos, esto será así.
¿Hablo solo cuando digo que esto lo va a cambiar todo? ¿Puede alguien creer que hacer de la fuerza física algo inútil no le va a dar la vuelta a nuestra sociedad?
En serio, ¿alucino yo solo con todo esto o con suerte empiezo a convencerte de que esto es algo especial?