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Visión errónea de la cultura financiera en los individuos, que incide en una gran diferenciación social

En México existe una gran división de clases sociales económicamente hablando, en donde por un lado tenemos a personajes considerados entre los más ricos del mundo, y por otro lado tenemos a una gran cantidad de personas en pobreza extrema. Podríamos justificar esta deplorable situación (como lo hace gran mayoría) depositando toda la responsabilidad en el gobierno, que si bien es cierto no ha demostrado a lo largo de los años un correcto manejo al caer en muchos temas de corrupción e incorrecta toma de decisiones, aunque también tendríamos que analizar a profundidad otras causas raíz de dicho problema que nos llevaría a una muy tajante conclusión, “nosotros mismos tenemos gran porcentaje de responsabilidad al no querer adentrarnos y mejorar el conocimiento acerca de nuestras finanzas personales a corto, mediano y largo plazo. Con lo anterior me refiero a que, algunas personas a lo largo de los años, realmente han ponderado un peso importante a temas de gran relevancia financiera como lo son: temas de inversión (tanto bursátil como en activos tangibles hacia proyectos empresariales); seguridad financiera al momento de asegurar sus bienes materiales, vida, gastos médicos mayores, entre otros; así como la base de cualquier emisión de proyecto financiero a corto. mediano y largo ´plazo “el ahorro”. 

 

Al hablar de adquisiciones de productos financieros también debemos considerar que no todos los individuos pueden beneficiarse de dichos activos, principalmente por el escaso poder adquisitivo de un elevado sector de la población. Aunado a lo anterior, ciertamente, nos encontramos con un preocupante desinterés, como lo había mencionado, así como desconocimiento de las masas acerca de temas económicos y de mercados financieros, que lo queramos o no, tienen una implicación directa en el desarrollo de nuestras vidas y el futuro de las mismas. 

 

Como dato curioso tenemos lo siguiente:

“El 1. 1% de personas más ricas de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante, de acuerdo con la confederación internacional Oxfam en datos emitidos ante la Asamblea de las Naciones Unidas en septiembre de 2016. Hombres como Bill Gates, Amancio Ortega, Carlos Slim y Mark Zuckerberg, poseen la misma riqueza que 3,600 millones de personas a nivel mundial”.

 

El dato anterior me permite respaldar dicha diferenciación antes mencionada entre la población, y como lo podemos ver, en una forma descomunal. Ahora, regresando al motivo de crítica, los personajes citados en realidad no son culpables, más bien son responsables de estar en su propia cima la cual han ido escalando peldaño tras peldaño. Si pudiéramos adentrarnos en las biografías de cada uno de ellos y sus similares, nos daríamos cuenta de lo ilustres que son de acuerdo a la forma en que lograron evadir al sistema y generar el conocimiento económico, financiero y empresarial necesario para poder alcanzar los niveles en los que se encuentran actualmente, por lo anterior, en lo que deberíamos de enfocarnos es en lo mucho que les podemos aprender en lugar de atacarlos. Si pudiéramos encontrar factores comunes a groso modo estos serían: la cultura de acumulación o ahorro, así como la inversión constante en inimaginables proyectos financieros, productivos y de servicios que los han llevado a generar una estabilidad financiera ideal, sin olvidar por supuesto la actualización constante de conocimientos de toda índole, en donde me gustaría remarcar como muy importante “el desarrollo y cultura financiera”.

 

Rendimientos en productos de renta fija como los Cetes, de renta variable como las acciones de las bolsas de valores mundiales, cuentas de ahorro con rendimientos fijos, seguros dotales que ofrecen protección y ahorro al unísono y por supuesto los proyectos de inversión empresariales, entre otros, son una realidad. Como toda inversión, siempre existe un riesgo que se va diversificando entre toda la gama de productos y proyectos financieros, y que al mismo tiempo se va adecuando a cada perfil que busca beneficiarse de los mismos. Si hablamos de conocimiento tampoco tenemos excusa, tenemos a la mano una inmensa cantidad de fuentes de información de las cuales podemos beneficiarnos y, por otro lado, podemos acercarnos a profesionales que se dedican a aplicar sus conocimientos en las diversas ramas financieras para un beneficio mutuo encontrando un ganar-ganar, solo es cuestión de enfocarnos.

 

Me parece que a lo largo de los años nos hemos permitido culpar demasiado a todo nuestro exterior en relación con nuestra “deficiente realidad” culpando al gobierno, a los ricos, a los poderosos, etc. (sin afán de generalizar) y dicho pensamiento en masa ha traído una inercia social, que más que ayudar, solo nos ha quitado tiempo valioso de actuar, invertir en nuestro conocimiento, aprender del prójimo en lugar de envidiarlo, apostar por nuestros ideales y llevar a cabo proyectos de índole económico a la realidad en lugar de ni siquiera atrevernos por temor a fracasar. El conocer sobre temas financieros, economía actual, régimen tributario, entorno micro y macroeconómico, etc. nos brinda excelentes herramientas para lograr cada uno de nuestros objetivos.

 

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