Echando un vistazo a cualquier foro que trate el tema, son muy frecuentes las opiniones (casi siempre negativas) acerca de los abusivos tipos de interés que se pagan en España para diferentes productos financieros: tarjetas de crédito, hipotecas, créditos al consumo, etc. Este es un un ejemplo que leí hace tiempo.
El blog que nos ocupa se centra en México y la pregunta que nos hacemos es ¿Qué hay en México? ¿Cuáles son los tipos con los que se opera? ¿Son altos o, por el contrario, son bajos? ¿Son aceptables o son abusivos?
A las casas de análisis y agencias de calificación les gusta México. Se podría decir que es uno de los países emergentes de moda. Siempre hablan de su bajo riesgo país y de los famosos 160.000 millones de dólares en reservas.
Hipotecas
Dicen que una imagen vale más que mil palabras así que sirvan de ejemplo las siguientes fotografías. Se trata de folletos de publicidad acerca de hipotecas. Tan sólo son 3 entidades hipotecarias pero, sin entrar en demasiados detalles, se puede ver que el tipo medio de devolución es fijo y ligeramente superior al 10% anual:
Cabe señalar (en defensa de México) que las hipotecas más comunes no suelen sobrepasar nunca los 20 años siendo la más común la de 15. Para conocer la política de ayudas por parte del Gobierno mexicano a los trabajadores, echar un vistazo al portal de INFONAVIT
Tarjetas de Crédito
Las tarjetas de crédito son otro caso especial. La siguiente imagen muestra los tipos que maneja HSBC (banco bastante extendido en todo el país) para sus distintos plásticos. El resto de entidades bancarias apenas difiere demasiado.
¡¡Entre 37,5 y 70,1%!! Aproximadamente el doble que en España. Aplazar los pagos en México es una acción de mucho riesgo para el bolsillo y la economía familiar. Cabe mencionar que son muy frecuentes las campañas de ofertas a meses sin intereses, tanto de parte de la entidad bancaria como del comercio. Tanto es así que el otro día, de camino a casa, pude ver en un conocido local de strip-tease la siguiente oferta:
- Lo mejor en pieles. Pago a 3 y 6 meses sin intereses.
Consumo
Escuchaba el otro día en la radio que Liverpool (unos grandes almacenes similares a “El Corte Inglés”) cuenta con la 6ª cartera de crédito más grande del país. ¡Unos grandes almacenes! Resulta que en México convive la cultura del consumo desmedido importada desde EEUU con una muy mejorable educación financiera y una masa de población bastante humilde. Mucha gente compra sólo por comprar en determinado sitio que está de moda mientras que mucha otra gente no puede permitirse comprar en dichos sitios.
Un ejemplo que puede ilustrar la financiación al consumo son las tiendas Elektra, cadena especializada de menudeo que ofrece una gran variedad de mercancías y servicios entre los cuales cabe destacar televisores y equipos de video, audio y fotografía, videojuegos, telefonía, muebles para armar, electrodomésticos, productos para oficina, muebles, colchones, etc.
Cuenta con una potente red comercial (y de comerciales) y financian sus productos a través de Banco Azteca. Una práctica muy común es vender el producto y fomentar su pago mediante una larga serie de pagos muy pequeños (denominados paguitos). Para el consumidor, puede parecer una ventaja, ya que pagan semanalmente una cantidad muy pequeña (que puede ser tranquilamente de MXN 50 –unos 3 € al cambio actual-). El problema es que hay que pagar religiosamente durante muchas semanas. Demasiadas y eso hace que se pague un precio final muy superior al que tiene el producto originalmente. Hasta aquí, nada nuevo bajo el sol. Se trata del clásico pago aplazado a meses con intereses trasladado a semanas con intereses. El problema radica en el tipo de interés. La siguiente imagen muestra el comprobante de adquisición de unos neumáticos:
Los resultados hablan por sí mismos. Los porcentajes que se manejan son tan elevados que, al final, se acaba pagando un enorme sobreprecio.
¿Por qué la gente paga y, por consiguiente, tolera estos abusos? Pues si bien México es un país emergente, es cierto que prácticamente la mitad de la población del país (eso son unos 50 millones de personas) vive en condiciones de pobreza. Eso hace que la capacidad de pago de mucha gente sea muy muy reducida. Al no poderse permitir la compra al contado, no queda más remedio que una financiación tan salvaje como esta. Al fin y al cabo, pagar 50 pesos mexicanos a la semana no parece tan injusto. Además, la educación financiera de mucha gente es escasa o, directamente, nula. Sería un esfuerzo en vano ponerse a explicar la diferencia entre el CAT (Costo Anual Total) o el GAT (Ganancia Anual Total), cálculos de referencia en México.