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“Si quieres encontrar los secretos del universo, piensa en términos de energía, frecuencia y vibración” Nikola Tesla
 
Comenzamos un nuevo año y con ello renovamos objetivos, metas y esperanzas de mejorar en uno o varios aspectos de nuestras vidas. Y aunque cada día tenemos una nueva oportunidad de cambiar, mejorar e intentar nuevas cosas, esperamos o procrastinamos hasta al cambio de año para decidirnos a hacer ajustes en nuestras vidas. 
 
En este blog he sido enfático de la importancia de las inversiones para mejorar nuestra calidad de vida, también he compartido sobre las oportunidades y alternativas para comenzar a invertir, de los contextos macroeconómicos que vivimos y como podemos aprovechar ciertas coyunturas como ha sido la volatilidad en los mercados financieros y de criptomonedas para tener mejores momentos de entrada. Sin embargo, hoy quiero tratar un tema que en mi opinión es mucho más importante que tener un profundo conocimiento de los mercados y como funcionan éstos.
 
Hoy escribo de la importancia de nuestra relación con el dinero, nuestros pensamientos, la gratitud, el poder del dar y de lo fundamental de asumir nuestra responsabilidad (en su totalidad) de que todo lo que nos ocurre es el resultado de nuestras acciones y de nadie más. Cuando estos elementos están en congruencia, tengamos la seguridad de que gozaremos de abundancia más allá de la económica.
 
El dinero es una energía neutra, nosotros a su vez somos energía y aunque esto suene algo metafísico, en un estricto sentido científico es una realidad. Nuestro cuerpo está conformado por músculos, huesos y órganos que a su vez están hechos de tejidos, tejidos que están formados por células y las células por proteínas que a la vez contienen aminoácidos, estos aminoácidos a la vez están formados por átomos y éstos por protones, neutrones y electrones. Los electrones están formados por campos de electrones y esto es igual a energía. 
 
La actitud mental es clave para gestionar nuestro “campo” individual y vivir en coherencia. Es algo en lo que estoy plenamente convencido que tenemos que trabajar todos los días, ya que nuestras creencias y programación que se forman desde la niñez, pueden influir para bien o para mal en nuestra relación con el dinero según lo que hayamos vivido y escuchado en nuestras familias. Si creemos que el dinero es un mal necesario, que no se puede ser rico y honrado, que el dinero solo da problemas y que no es importante, entre otras cosas, evidentemente perderás el juego del dinero. Tengámoslo claro, en la pobreza no hay virtud. Por un lado, lo minimizas, lo rechazas y por el otro, seguramente lo persigues día a día para pagar tus cuentas y encima de todo, ponemos condicionamientos que bloquean hacer cambios. Por ejemplo: “si las condiciones que me rodean fueran distintas, podría empezar a invertir o emprender”.
 
Resulta fundamental romper con patrones y creencias que nos anclan a realidades que no queremos vivir. Cuando comencé en el mundo de las inversiones creía que era para gente con un gran conocimiento técnico, que necesitaba una cantidad considerable para invertir, o que era algo para un selecto grupo de personas. Nada más alejado de la realidad. 
 
Aprender el juego del dinero va encadenado con nuestros pensamientos y nuestras actitudes. Tenemos que tener la certeza de que podemos cambiar nuestra realidad, no querer, sino DESEAR movernos hacia tal dirección, porque ese deseo irá acompañado de la acción. Muchas personas no generan acción por el miedo al fracaso, el fracaso per se no es malo, al contrario, el fracaso te brinda conocimiento, fortaleza y nuevas oportunidades. Si te dejas atrapar por el miedo, éste simplemente te impedirá intentar cambios por temor a no lograrlo o equivocarte.
 
La ley de la abundancia es ley, no es una teoría que puede o no funcionar, por eso es ley, porque funciona, así como la ley de causa – efecto. En este caso, el pensamiento es la causa, lo físico es el efecto (cosechas lo que siembras). Podemos predecir nuestro futuro examinando los pensamientos, palabras y acciones de hoy, lo que pensamos en nuestra mente y lo que sentimos en nuestro interior es en lo que nos convertiremos. Richard Brandler dijo: <<Tus creencias no están hechas de realidades. Es tu realidad la que está hecha de creencias>>, así que trabajemos en ello todos los días, recordemos que nuestro cerebro tiene una gran capacidad de plasticidad neuronal. 
 
La gratitud. Alguna vez escuché a alguien decir “el sano quiere mil cosas, mientras que el enfermo sólo quiere una…” muchas veces nos lamentamos y quejamos de aquello que hemos perdido o no tenemos y dejamos de valorar lo que sí tenemos y que damos por sentado que siempre estará ahí. Seamos agradecidos, incluso en aquellos momentos difíciles, el sentimiento de gratitud, cuando nace desde el corazón conlleva una profunda conexión con uno mismo y con el entorno o el universo. Tengamos presente que siempre siempre hay algo por lo que agradecer.
 
En el universo todo es energía, dar promueve el flujo de energía. La energía tiene que circular, porque bloquearla afecta al cuerpo y a la mente. El Universo es abundancia, tú eres abundancia. Te desconectas de ella cuando pierdes tu coherencia emocional a través de la envidia, el apego, la frustración, la ira y la crítica mal intencionada.
 
Así que la vida te traerá aquello que estás emitiendo o vibrando, observa tu realidad, ésta es la expresión de la información que tu energía está emitiendo. Sino estás cómodo o cómoda con ella, tienes que valerte por ti mismo para solucionarlo todo. Donde pones tu atención recibe energía y crece.
 
Para concluir, te dejo lo que en mi opinión son acciones clave para reconectarte con una mejor energía financiera: deja de perder el tiempo lamentándote, no culpes a otros o la economía por tu situación actual, vence el miedo al cambio, deja posponer las cosas y esperar un mejor momento, no comprometas tus finanzas por caer en juegos de estatus, deja de envidiar o criticar el éxito ajeno y sobretodo deja de pensar que el mundo o la vida te debe algo. Por el contrario, sé persistente, estudia y prepárate, crea cosas, habla y piensa con certeza, piensa a lo grande no hay límites, haz ejercicio y cuida tu cuerpo ya que la salud también es abundancia.
 
Somos lo que pensamos, decimos, leemos, escuchamos y con quien convivimos. Así que sean selectivos con lo que leen, escuchan y las personas con las que pasan el tiempo. Reflexionen si lo que leen, afirman y escuchan les aporta para tener mejores pensamientos, y cuiden mucho con quien conviven, las relaciones interpersonales son sumamente importante en nuestro proceso de mejor continua. 
 
Resumiría todo lo anterior en una frase que tengo siempre presente y que deseo les sea de utilidad para todos los que se hayan tomado unos minutos para leerme: “piensa a lo grande, con certeza, desapego y la fuerza de la gratitud” que tengan un año brillante y muchos más.
 
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