La semana pasada hablábamos del experimento de los investigadores Buccafuso y Sprigman que tenía como objetivo encontrar si la satisfacción de reclinar el asiento es mayor al sufrimiento que vive la persona que está atrás. Esto lo resolvieron poniéndole un valor monetario al espacio. Vimos que el Teorema Coase no nos da una guía significativa sobre si hay un derecho a reclinarse.