La semana pasada conocimos la noticia de que el Banco Famsa perdía su licencia de operación otorgada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, uno de las razones principales fue una disminución importante en su Índice de Capitalización el cual toco en marzo el – 6.02%, una cifra negativa y muy por debajo del 10.5% que se requieren los estándares del acuerdo de Basilea III.
¿Colapso en el sistema bancario mexicano?
Para entender mejor, el índice de capitalización (ICAP) es una métrica que representa la solidez financiera de una institución para hacer frente a posibles perdidas no esperadas al gestionar el capital de sus clientes que se realizó mediante depósitos e instrumentos de ahorro e inversión.
El promedio del ICAP en Mexico para el mes de marzo es de 15.7%, reflejo de una solidez en el sistema bancario mexicano, si bien nos encontramos en una coyuntura compleja a nivel mundial derivada del Covid-19, aunque dentro del aparato bancario mexicano existen instituciones que se encuentran con un bajo índice de capitalización y aumentaron sus índices de morosidad como consecuencia del freno en la actividad económica.,
Algunos medios de comunicación han alertado a los cuentahabientes sobre los riesgos que representan algunas instituciones como Banco Azteca y Bancoppel por pertenecer al mismo segmento de mercado de Banco Famsa, desde nuestra perspectiva estas instituciones no representan un riesgo y menos un colapso del sistema bancario mexicano, estas no representan una ponderación importante de los activos de la banca múltiple en el país.
Bancoppel ejemplo de una gestiòn existosa
En el caso particular de Bancoppel a pesar de la coyuntura, esta institución presenta un ICAP del 27%, un porcentaje superior al promedio del sistema y lejos de lo establecido en el acuerdo de Basilea III, reforzado por fundamentales solidos como un promedio de utilidades anuales del 28% y un coeficiente de liquidez del 910%, además de que sus activos alcanzan ya los $ 88 mmdp, reflejo de una gestión eficiente en su operativa.
Si bien el efecto de la recesión económica ha impactado a la mayoría de los sectores entre ellos el bancario, solo algunas instituciones podrían representar peligro, aunque el porcentaje de estas instituciones aun bajo, desde nuestro punto de vista no creemos que sea una señal de alto riesgo para los ahorradores mexicanos.