Los fraudes y delitos bancarios han existido desde siempre, sólo que han ido evolucionando en el tiempo y los criminales han adoptado la tecnología para hacerse más “eficientes”. En los años ochenta por ejemplo, los fraudes con tarjetas se hacían prácticamente de manera exclusiva robando físicamente los plásticos. A partir de la década de 2010 los delincuentes usaron las redes de informática para sustraer dinero, de modo que robar la cartera ya es innecesario para ellos, ahora para los amantes de lo ajeno basta interferir, usar, manipular o alterar las terminales de punto de venta, cajeros automáticos o las compras por internet.
Actualmente y debido a la evolución en el comercio electrónico, para poder contratar algún producto financiero los clientes deben proporcionar ciertos datos personales bancarios y debido a que los delitos financieros han ido escandalosamente a la alza, ahora la gente tiene muchas dudas al facilitar sus datos a las empresa porque tienen el temor de ser robados o que le “saquen” el dinero de la cuenta bancaria.
A continuación veamos y desmontamos algunos de los mitos más comunes sobre nuestros datos bancarios, que son creencias que tiene la gente en México y es por ellos que muchos siguen sin proporcionar datos y prefieren seguir excluidos o bien, dejar de estar presentes en el sistema financiero:
Mito 1: los bancos son los culpables de los delitos financieros
Lo que sí es una realidad es que la mayoría de los fraudes se generan por descuidos de los propios usuarios de los servicios bancarios y financieros. Para evitarlos los clientes tienen la obligación de conocer e informarse de las medidas de seguridad y protección en tus datos personales y financieros. Claro que las instituciones deben tener acciones para disminuir los delitos y están obligadas a ello, pero ¿dónde queda la responsabilidad propia? Cuando se hace una análisis podemos ver que en su mayoría los perjuicios financieros en contras de clientes se cometieron por omisiones o descuidos de los mismos usuarios.
Mito 2: la seguridad informática de los bancos está sobrepasada por los criminales
Esto no es del todo cierto, de hecho quienes están más preocupadas y ocupadas de la seguridad informática en sus procesos son las mismas compañías financieras en comparación a los mismos usuarios.
Para poder operar, los bancos deben cubrir ciertos requisitos de seguridad que por ley deben demostrar. Pero más allá de lo legal, a los bancos les ocupa la seguridad en sus operaciones para defenderse de posibles ataques que de llevarse a cabo perjudicarán sus marcas, ello podría generar demandas, perder clientes y principalmente credibilidad. La realidad es que aunque no se los exigiera la ley, los bancos seguirán cubriendo sus necesidades informáticas, pues se darían cuenta de esta tendencia de cometer delitos y por supuesto que se cubrirán de esas eventualidades.
Mito 3: brindar seguridad sólo es trabajo del banco
Dar por verdadera frase anterior es el equivalente a estar tomando muchos riesgos en la calle esperando que cuando algo nos suceda debe estar un policía ahí y junto a nosotros para auxiliarnos. La seguridad bancaria y en general la seguridad en todos lados se lleva a cabo de una mejor manera y tiene mejores resultados cuando es un trabajo integral de todos los involucrados, es decir, si el banco, autoridades y clientes hacemos la parte que nos toca es más difícil que seamos atacados por ciber delincuentes. Las medidas y hábitos de seguridad deben ser adoptadas por todos, debemos conocerlas, tenerlas en mente y llevarlas a la práctica en la rutina de todos los días.
Mito 4: “No hay que proporcionar el número de la cuenta”
No sucede nada al dar ese número, lo único que se puede hacer con él es que te hagan algún depósito a tu cuenta, ni siquiera pueden domiciliarse cargos a la cuenta porque ellos se contratan en el banco y te piden identificación oficial. También puedes domiciliar algunos servicios pero para ello la empresa debe notificar que eres tú quien lo hace y ahí entran ya otros candados de seguridad.
Mito 5: “No pasa nada si das los números de la tarjeta”
Mientras que dar el número de tu cuenta no representa prácticamente ningún peligro, proporcionar o descuidar los 16 números de la tarjeta ya es otra cosa, eso más la fecha de caducidad de la tarjeta, el número de seguridad o el PIN ya eleva el riesgo de que te sustraigan dinero. Por ello no es recomendable que proporcionen estos datos, muchas veces los pasamos a nuestros familiares o cónyuge por medio del teléfono celular y ello no es muy recomendable.
El ingenio de los estafadores evoluciona todos los días y todos los días los delincuentes hacen más sofisticados sus fraudes, es por ello que en esta época se hace más indispensable informarnos bien sobre como tener medidas de seguridad en nuestra información personal, para proteger así nuestro patrimonio y el de la familia.
En ese sentido, podemos buscar tecnología segura, actualmente en el mercado de aplicaciones hay unas buenísimas y tan profesionales que cuentan con medidas de seguridad de tipo bancario, son gratuitas y muy eficientes, por ejemplo la empresa Fintonic cumple con todas las exigencias de seguridad que exige la Directiva Europea PSD2, verificada y validada por especialistas en seguridad digital y la información que los usuarios de esta app manejan está protegida con nivel de seguridad bancaria.
En resumen: sí se pueden usar y proporcionar nuestros datos bancarios actualmente, sólo debemos hacerlo en la empresa correcta y teniendo los cuidados necesarios para hacer más eficiente la seguridad de nuestras cuentas.