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El indicador de Actividad Industrial: Luces y sombras

Mes a mes nos enteramos por diversos medios de información económica y financiera de los datos de la actividad industrial en nuestro país. El también llamado sector secundario es parte fundamental dentro de la economía nacional, ya que se estima que este representa el 33 por ciento del Producto Interno Bruto. De esta manera, los pesos respecto al PIB por cada componente de dicho sector son los siguientes: La minería 7.4 por ciento; la generación y suministro de electricidad, gas y agua 1.6 por ciento; la construcción 7.7 por ciento; y la manufactura 16.5 por ciento. Empero al ser el producto, un indicador que se presenta de manera trimestral, es necesario medir lo que sucede en cada sector de la economía con una frecuencia mayor, por lo que existe el Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) medido y publicado por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).

 

Continúa con tendencia negativa la actividad industrial | México Nueva Era

 

El pasado 11 de noviembre, dicho instituto publicó los datos correspondientes al IMAI para el mes de septiembre de 2020. En números redondos, este indicador no mostró variación respecto al mes de agosto, mientras que respecto a septiembre de 2019 presentó una contracción de 7.5 por ciento, con cifras desestacionalizadas (es decir, quitando el efecto estacional y de calendario). De suyo la información es preocupante, debido a que la recuperación que se venía mostrando como un efecto rebote a partir del mes de junio se detuvo en su totalidad, lo que supone que la industria mexicana sufrirá secuelas importantes en el largo plazo por el hecho de no poder recuperar los niveles de crecimiento previos al inicio de la recesión, y más aún, cuando los resultados desvelan el estar apenas por encima de lo que se presentaba en el año 2010 (expresado en índice, 93.3 puntos en febrero 2010 frente a 94.3 en septiembre 2020). Por lo tanto podemos inferir que, lo que ha provocado la recesión económica aunado a la pandemia por COVID-19, ha sido un retroceso de prácticamente 10 años en la actividad industrial. 

 

A su interior, nos hemos dado cuenta que todos los componentes sufrieron los estragos de la recesión actual. Sin embargo en cuanto a las magnitudes, la generación y suministro de electricidad, gas y agua y la minería son los que menos han resentido el impacto debido a las tendencias que venían mostrando años atrás (creciente en el caso de electricidad, gas y agua y decreciente en el caso de la minería). 

 

Al ser México un país diverso y heterogéneo, la actividad económica no se comporta de la misma manera en todas las entidades federativas, por ese motivo el INEGI también mide la producción industrial para cada una de ellas. Hasta aquí hay que destacar un punto importante, el IMAI es publicado con un rezago de dos meses respecto al mes que corre (a la fecha de publicación de este artículo como ya se indicó, el último dato disponible es al mes de septiembre), mientras que para los datos por estado de la república este rezago se incrementa a cuatro meses. 

 

Derivado de la precisión expuesta en el párrafo anterior, destacan dos casos especiales: por un lado, Baja California Sur se benefició de la fuerte expansión de la construcción encaminada al sector inmobiliario en el año 2018, rompiendo de manera importante su tendencia histórica, aunque regresando a niveles del año 2015 a partir del primer trimestre del presente año; por su parte, el estado de Campeche resintió la caída estrepitosa de la producción petrolera a partir de 2015, lo que afectó la producción industrial de la entidad (recordemos que dentro del componente de la minería en el IMAI, la extracción de petróleo y gas representa el 17.1 por ciento).

 

Gracias a este panorama podemos concluir que la producción industrial dependerá fuertemente de dos pilares: El componente interno, en especial de lo que suceda con la minería extractiva y la producción petrolera, siendo esta última un aspecto sensible en este sexenio, debido a la política energética; el componente externo caracterizado por el comportamiento futuro del comercio exterior, ya que gran parte de la manufactura de ensamblaje está destinada a la exportación (sobretodo a la región de Norteamérica vía T-MEC). Como ya hemos visto en diversas fuentes informativas, el factor de durabilidad de la pandemia será fundamental en la recuperación de los sectores económicos. Aunque también es importante tomar en cuenta que la dependencia excesiva en el sector externo y la falta de políticas anticíclicas encaminadas a potencializar las cadenas de valor, vuelve vulnerable a la producción doméstica ante una debilidad del consumo interno.

 

 

La actividad industrial en México se estancó en septiembre - Infobae

 

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