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¿Habría una resistencia a la monetización del espacio entre los asientos de los aviones?

La semana pasada hablábamos del experimento de los investigadores Buccafuso y Sprigman que tenía como objetivo encontrar si la satisfacción de reclinar el asiento es mayor al sufrimiento que vive la persona que está atrás. Esto lo resolvieron poniéndole un valor monetario al espacio

 

Vimos que el Teorema Coase no nos da una guía significativa sobre si hay un derecho a reclinarse o un derecho a no reclinarse, pues cuando cambia el origen del derecho de propiedad, las valoraciones de las personas por el espacio se invierte. Las personas piden $41 dólares por no reclinarse y estarían dispuestos a pagar $18 dólares para que el de adelante no se recline si ellos tienen el derecho inicial a reclinarse. Por otro lado, están dispuestas a pagar $12 dólares por reclinarse y vender su espacio de las rodillas a $39 dólares si no cuentan con el derecho automático a reclinarse. 

 

Nadie se opone a que le pidan que pague por los alimentos consumidos en en un restaurante, pero sabemos que muchas personas se molestarían si el anfitrión de una cena dejara la cuenta al final.

 

¿Habría una resistencia a la monetización del espacio entre los asientos los aviones? 

 

 

¿La gente simplemente se niega ante la perspectiva de ofrecer o recibir efectivo por algo que parece que no debería ser objeto de un mercado? Buccafuso y Sprigman decidieron probar esta hipótesis con un experimento.

 

Aunque pudiera haber una negociación cara a cara, que Buccafuso y Sprigman consideran ejemplos de bajos costos de transacción, puede haber algunos aspectos que dificulten e impidan a las personas negociar. Mucha gente prefiere no molestarse en iniciar una conversación con otra persona. Otro ejemplo de algo que obstaculiza la negociación, es la resistencia a crear mercados para productos que normalmente no se compran ni venden. 

 

En una encuesta, los investigadores le preguntaron a un grupo de personas si estarían dispuestos a no reclinarse y a pagarle a la persona sentada frente a ellos $8 dólares en un vuelo de 6 horas y a otro grupo si aceptarían esa oferta. Más de 68% de las personas sentadas adelante dijeron que aceptarían los $8 dólares y no se reclinarían o acordarían no recostarse sin tomar los $8 dólares simplemente porque se lo pidieron. Solamente el 23% de los pasajeros sentados atrás estaban dispuestos a hacer la oferta. 

 

En otra encuesta, sustituyeron los $8 en efectivo por una oferta de una bebida o snack (de un valor de $8 dólares aproximadamente en varias aerolíneas). En este caso el 78% de las personas de adelante dispuestos a aceptarla y el 36% de las personas sentadas en el asiento trasero estaban dispuestos a hacer la oferta. 

 

De este experimento salen dos conclusiones. Primero, que las personas sentadas adelante, están dispuestas a negociar mucho menos dinero cuando el valor del intercambio es especificado y que las personas nos permitimos soñar con una valoración hecha por nosotros mismos. Esto no será nuevo para quienes hayan visitado el Museo Metropolitano de Arte (Met). El Met no cobra ni un centavo por la entrada. En teoría, puedes entrar gratis, pero se recomienda una tarifa de $25 dólares por adulto. Y $25 dólares es exactamente lo que paga la mayoría de la gente. 

 

Dejándolos en libertad, las personas sentadas en los asientos delanteros del primer experimento exigían $41 dólares, pero una vez que el valor de la transacción estuvo condicionada a $8 dólares, 68% de las personas sentadas adelante estaban dispuestas a negociar por mucho menos dinero. 

 

El segundo descubrimiento fue más sorprendente. Las personas parecen estar más dispuestas  a hacer negocios cuando los objetos de intercambio no son dólares, sino cosas de valor equivalente. Cuando los investigadores analizaron la información, concluyeron que es muy probable que las personas tengan más posibilidades de tener una distribución eficiente del espacio entre los asientos cuando intercambian cosas y no efectivo.

 

                                                                               

 

Cuando el intercambio es con dinero, se obtuvieron menos transacciones exitosas que cuando el intercambio es con objetos de valor equivalente. Desde una perspectiva económica, este hallazgo tiene muy poco sentido. Obtener un regalo nunca debería ser mejor que obtener el valor del regalo. Si te dan $8 dólares, siempre podrás gastarlo en el regalo que te darían, ¿pero quien querría un snack cuando acaba de comer?, ¿o una bebida cuando ya carga con una?

 

Pero la mayoría de las personas no son economistas (afortunadamente) y tienen algo de resistencia ética a la idea de convertir cada interacción humana en una transacción monetaria. Esta intuición probablemente se basa en la idea de que, en muchas situaciones, las personas son más buenas unas con otras si el dinero no es parte de la discusión.   

 

Por lo tanto, señalar que el obsequio es ineficiente no impedirá que las personas insistan en que algunas transacciones deban basarse en la buena voluntad y con regalos en lugar de efectivo. Si esto es cierto, y si estamos decididos a facilitar las transacciones de objetos por el espacio entre los asientos de los aviones, hay algunas cosas que las aerolíneas pueden hacer: 

 

A casi nadie le gusta la decisión que tomaron las aerolíneas de cargar por cada servicio. Pero tal vez, eso es lo que necesitamos. Algunas aerolíneas todavía dan bolsitas con papas. Quizá, en lugar de eso, necesitamos que los pasajeros puedan comprárselas entre ellos. Así, el espacio es repartido eficientemente, las aerolíneas no quiebran y nos ahorramos algunas cuantas peleas por los pocos centímetros entre cada asiento.

 

 

Referencia: 
Buccafusco y Sprigman (2012). How to Resolve Fights over Reclining Airplane Seats: Use Behavioral Economics. Recuperado de: http://evonomics.com/resolve-fights-reclining-airplane-seats-use-behavioral-economics/
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  1. en respuesta a Gabo1978
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    #3
    26/01/18 09:23

    ¡Muchas gracias por tu comentario! Acabo de publicar otro sobre la pobreza, espero tu opinión.

  2. #2
    24/01/18 09:21

    A mi también me gustaron los dos posts ¿cuando te publicas otro Alejandra?

  3. #1
    16/01/18 14:25

    Me ha encantado. El experimento es pura sociología