Algunos inversionistas se han visto preocupados por una fragilidad de la economía de Chile, y con ello han arrastrado el peso a mínimos de varios años. Sin embargo, el país cuenta con sólidas bases para soportar incluso una mayor volatilidad en los mercados emergentes, según los analistas.
Botham, economista de Schroders en Londres afirma que en caso de un endurecimiento en las condiciones de liquidez global, Chile podría tener luchar para cumplir con sus obligaciones de deuda a corto plazo y sus fondos soberanos podrían no ser suficientemente líquidos, agregó Botham.
Mientras tanto, la economía se enfría. La actividad desaceleró su expansión a un 2,7% en el cuarto trimestre del 2013, por debajo de la media del 4,5% de los tres trimestres anteriores, y muy por detrás de la expansión del 5,7% en el cuarto trimestre del 2012.
Ademas, el déficit de cuenta corriente de Chile –estimado en un 3,2% en el 2013- fue impulsado por una aceleración de la inversión, en particular en las industrias de minería y construcción, y no por los flujos de corto plazo.
Esto podría dejar una economía más susceptible a una escasez repentina de liquidez, temores que han alimentado los recortes de estímulo de la Fed.
Chile se ha destacado como una "isla" de estabilidad en América Latina y el riesgo político se ha mantenido bajo desde el retorno a la democracia hace más de dos décadas.
Mientras otros países "frágiles" enfrentan la incertidumbre de elecciones en el 2014, una popular Michelle Bachelet vuelve en marzo al poder en un nuevo mandato de cuatro años. Aunque hará algunos ajustes tributarios y de gastos, no se esperan cambios radicales.