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¿La “dolarización” del Euro?

Si bien es cierto que la paridad entre una divisa “fuerte” con respecto a otra es siempre interpretado como una “medida de valor en los mercados” (comúnmente referente a los pares más negociados) en favor de distintos intereses (ya sean de carácter político o económico); para muchos analistas, el tipo de cambio se sigue manejando como un “dictamen” sobre el panorama económico y geo-político de un territorio (con respecto de otro).

 
Con base en lo anterior descrito; en Europa; así como para otros países con economía emergente, las perspectivas económicas se continúan debilitando debido al aumento de los precios de la energía y el sentimiento de estanflación (creado por la guerra en Ucrania) de naturaleza global.
 

Aunado al hecho de que cada vez hay más dudas sobre lo altos que pueden estar los tipos de interés en la Eurozona, y al igual que los otros bancos centrales; el Banco Central Europeo (BCE) trata de evitar ahogar su propia economía subiendo demasiado sus tasas.



El Euro débil ¿Una ventaja competitiva?


La caída del Euro se propició gracias a las expectativas de probables “aumentos agresivos” en las tasas de interés (por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos) para combatir la inflación creciente.

Por un lado; el dólar continúa siendo la divisa dominante en el mundo (para el comercio internacional y las reservas de los bancos centrales) debido a que se continúa beneficiando de su condición de “activo refugio” para los inversionistas en tiempos de incertidumbre, mientras que el Euro ha caído a su nivel más bajo visto en 20 años.

Una moneda débil puede tener ventajas para la exportación, ya que los productos nacionales se venden más baratos en el extranjero; sin embargo, que el euro sea tan débil frente al dólar siempre tiene que ver también con la política monetaria estadounidense.

En la actualidad; los beneficios de una devaluación no son ni remotamente comparables al daño que está ocasionando ahora mismo la inflación en la economía europea y global.

Si no existiera el grave problema inflacionista que vivimos actualmente en el mundo; un Euro débil no sería tan grave, puesto que ayuda a vender mejor la mercancía producida en la zona hacia el exterior (debido a que los productos resultan más competitivos en precio cuando aquella divisa se devalúa), y lo mismo se puede decir del turismo.


La libra esterlina y el yen también han caído este año, en parte porque las subidas más agresivas de las tasas de interés que Estados Unidos ha “aumentado” el valor del dólar y también porque el temor a una recesión mundial ha hecho que los inversionistas acudan al dólar como refugio.

Si la FED continúa aumentando las tasas más que el propio Banco Central Europeo; los inversionistas, ante la promesa de rendimientos “más atractivos” en el extranjero, comenzarán a trasladar el dinero de las inversiones denominadas en Euros hacia las inversiones denominadas en dólares.



¿La tensión política le da “energía” a la inflación?


Los precios de la energía han impulsado la inflación en Europa a un récord de 8,6% en junio; y recientemente Rusia ha estado disminuyendo el suministro de gas natural a la Unión Europea, cuyos gobernantes describen la medida como una represalia (por las sanciones y los envíos de armas a Ucrania).

En la Eurozona dependen en gran medida de Rusia para adquirir el petróleo y el gas natural que se utiliza en su industria y para generar su electricidad; sin embargo, también existe intrínsecamente una cuestión psicológica: la caída del Euro tiene mucho que ver con que “es Europa quien paga una gran parte de las sanciones a Rusia”.

El creciente temor a que el alza de los precios del gas en Europa haga que la zona del euro sea más susceptible a una recesión también explica por qué el euro está siendo golpeado con fuerza.




REFERENCIAS:

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