Milei: El “megadecreto” ¿de qué trata y por qué hay tantas protestas?

El presidente de la Nación Argentina quien hasta hace poco más de diez días asumió la Presidencia, el pasado miércoles 20 anunció la firma de un DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) en el cual establece una serie de medidas económicas con las cuales busca desregular la economía, privatizar empresas públicas, reducir el déficit fiscal y hacer cambios significativos en materia económica.

Este tipo de norma tiene como característica que tiene validez al momento de ser publicada por el ejecutivo, sin embargo, al pasar posteriormente al congreso este puede determinar si continua en vigencia o no.

El pasado jueves miles de argentinos salieron a las calles a manifestar su inconformidad luego del anuncio del presidente Milei, en los carteles y mantas se pueden ver “no a la reforma laboral”, “no a la ley de alquileres”, “no a la eliminación del observatorio de precios”, “no a la venta de Aerolíneas argentinas” entre muchas otras cosas.

Todas estas objeciones argumentando un descontrol del estado sobre los mercados, el descobijo del comprador y el trabajador, y la perdida de soberanía aérea. Cuestiones ya acostumbradas por el pueblo argentino en el que, sin embargo, no significa que este bien conservarlas.

Pro: Lo que busca esta medida es hacer más fácil la contratación por parte de empresarios de diversos tamaños, con lo cual no represente una carga la movilidad, el posible despido y contratación de nuevos empleados. 

Contra: Ante una inminente recesión económica, habría grandes cantidades de despidos, con lo cual muchos trabajadores quedarían desprotegidos.

El decreto incluye la eliminación del Observatorio de Precios, y con ello el programa de “precios cuidados” en el cual existía un control de precios en diversos artículos de primera necesidad, recordemos que la inflación hasta el mes de noviembre para 2023 rondaba el 160.9% donde los precios crecen de una forma incomprensible para el resto del mundo (México 4.46%) e inaceptable para los argentinos.

El problema del control de precios es que genera distorsiones en la economía, como desabastecimiento y perdida de incentivos para las empresas, por ejemplo, si todos los precios de la economía suben, pero a ti (que vendes un producto básico) te obligan a no subirlo de la misma forma sucede esto: dejas de producirlo, produces menos o produces en un empaque más pequeño o de mucho menor calidad.

Al final el controlar los precios nunca es una buena solución a la inflación, porque obligas a ajustar lo que es inevitable que crezca, como cuando una madre le obliga a su hijo a ponerse una camisa que ya no le queda.

Esta ley donde si bien es cierto hay legislación en casi todo el mundo, Argentina tiene características importantes, como por ejemplo un índice fijo para los aumentos, con aumentos semestrales (como mínimo) y contratos no menores a 3 años. Es decir, podrías acordar un contrato por 3 años con incremento semestral del 25%, al final del periodo cobrarías el doble que un inicio, pero con una inflación (por ejemplo) de 100% anual no prevista, cobrarías mucho menos que en un inicio, tomando en cuenta la paridad de compra.

Esta ley muy controversial ponía en predicamento a los dueños ya que no podían establecer acuerdos entre partes y ajustes a sus precios de acuerdo a la velocidad de la inflación, incluso cuando de un día para otro pudiese haber subida del dólar hasta un 30%. 

Esta medida es criticada por algunos por ver a los dueños de las propiedades como capitalistas sanguinarios que necesitan ser regulados, sin embargo, el excesivo control generaba entre otras cosas mercados negros (rentas dolarizadas ilegalmente) y que muchos dueños prefiriesen: vender, dejar sin ocupar o alquilar temporalmente a turistas (Airbnb).

El decreto deroga la ley que prohíbe las privatizaciones de empresas estatales, con esto se busca transformar las empresas del Estado en sociedades anónimas para su posterior venta a privados, con esto lo que se busca es reducir la participación estatal en la economía argentina. Las principales manifestaciones se encuentran por las empresas: Aerolíneas Argentinas y Banco Nación.

La realidad es que si bien que un gobierno tenga sus propias empresas y produzca sus propios bienes o servicios viste mucho a quien gobierna, en la práctica, difícilmente puede una empresa estatal funcionar de acuerdo a las exigencias del mercado, en muchas ocasiones con perdidas debido a la ineficiencia ocasionada por la falta de incentivos y la imposibilidad natural de morir. 

El caso de las aerolíneas, este tipo de empresas participan en estructuras altamente complejas, donde las empresas privadas utilizan gran cantidad de estrategias para poder ser rentables como precios dinámicos, y discriminación de precios. Con lo cual es muy fácil que una empresa con mal funcionamiento se convierta en una empresa en números rojos.

En total se incluyen 30 leyes y más de 250 modificaciones a diversas normas, algunas otras que decidí no incluir pero que de igual manera se discuten en Argentina son por ejemplo la de la modificación para clubes de futbol, internet satelital, medicinas, obras sociales y tierras. 

Las movilizaciones son muchas, la inconformidad se siente, las opiniones se escuchan, pero las ideologías ciegan. Argentina lleva muchos años con déficit fiscal financiado con endeudamiento externo y emisión monetaria, controles excesivos en los mercados, proteccionismo comercial. 

El problema no se soluciona queriendo controlar todo, ni dejando totalmente todo al mercado, sino teniendo un libre mercado e interviniendo cuando los mercados fallen, una buena baraja de organismos autónomos, un Estado delgado y competencia que genere mejores productos. Prudencia en finanzas públicas, no gastar más allá de lo que se tiene, cumplir con obligaciones, recuperarte y crecer, como toda familia, como toda persona.