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Aprenda lo básico del análisis técnico.

Para Isidro Mondragón Martínez por la dinastía que formó.
 
Introducción.
 
Los primeros registros sobre el uso de gráficas para analizar la inversión en acciones se encuentran en Asía, no obstante, es en los mercados anglosajones donde se determina como creador de los principios básicos del análisis técnico a Charles H. Dow en virtud de haber realizado distintas publicaciones sobre el tema en la prensa estadounidense en los últimos años del siglo XIX. A partir de ahí surgieron nuevos enfoques, teorías y figuras que se emplean en el análisis técnico en la actualidad. Algunos de los estudiosos que hicieron importantes aportaciones están Edson Gould desarrollador de las líneas de velocidad, W. D. Gann quien expuso las líneas que llevan su nombre, Ralph Nelson Elliot creador de las ondas que bautizó con su apellido o Richard D. Wuckoff contemporáneo del propio Dow, aunque no son todos, pero si los más conocidos.
A pesar de la mención de estudiosos y teóricos creadores del análisis técnico, hasta la fecha está técnica (tal vez la más utilizada) para realizar inversiones en distintos activos como el oro, la plata, el precio del petróleo y naturalmente en acciones cotizadas en bolsa, es tan solo un arte muy complicado de interpretar, pero carece de sustento científico y sin una metodología científica general que sea aceptada mundialmente por analistas e inversionistas. Por la misma razón no es factible dar una definición única, aunque si, les presentamos a continuación distintas posturas e interpretaciones sobre esta técnica, no son todas, solo les damos a conocer algunas para que vea las diferencias sustanciales que se pueden generar.
Comencemos con Millard (1995) quien señala que es un intento de determinar las evoluciones futuras del precio de acciones mediante la referencia a datos históricos, pero es un tema muy amplio y, cubre muchos aspectos desde hacer registros en gráfico a calcular indicadores extremadamente sofisticados. Es decir, ya expresa claramente que no solo se trata de graficar e interpretar, sino que se hace uso de otros elementos, pero no explica cuales en esta definición.
Por su parte, Murphy (2000) lo define como el estudio de los movimientos del mercado, principalmente mediante el uso de gráficos, con el propósito de pronosticar las futuras tendencias de los precios. Por lo tanto, es más importante interpretar las gráficas que elaborarlas, no obstante, explica detalladamente como se construyen las figuras y emplea otras herramientas que resulta muy confuso en su explicación.
Valencia (2000) lo define como aquel conjunto de instrumentos matemáticos y estadísticos generadores de señales de compraventa que permiten reducir el marcado cariz subjetivista que posee la inversión bursátil en general y otras técnicas como el chartismo (palabra que surge de chart que significa gráfico) en particular, aportando cierta dosis de ciencia “exacta”. El número de indicadores y osciladores que configuran el análisis técnico son, de una parte, muy numerosos y, de otra, cada inversor y mercado tiene predilección por uno en detrimento de otros. Es decir, este autor segmenta el concepto y considera dos aspectos diferentes al análisis técnico y al análisis de gráfica. El primero se refiere más al empleo de la estadística para tomar las decisiones de compra y venta, afirmando con ello que lo está convirtiendo en ciencia o al menos la utiliza. En tanto, que emplear gráficas para definir en qué invertir es totalmente subjetivo e incluso manifiesta cierto desdén por la subjetividad en el empleo de las figuras creadas.
Reuters (2004) afirma que es un método para predecir movimientos de precios y futuras tendencias del mercado mediante el estudio de gráficos de comportamientos pasados del mercado que tienen en cuenta el precio de los instrumentos, el volumen de contratación y, en caso de ser aplicable, el interés abierto de los instrumentos.
Es decir, hablar de análisis técnico es lo mismo que analizar gráficas que son elaboradas con el precio histórico del activo en el que se desea invertir y con su interpretación se puede predecir su tendencia futura. No presenta el uso de ninguna técnica estadística o herramienta alguna adicional. Sin embargo, tres de los cuatro textos referenciados se explica cómo construir gráficas e incluye la combinación de elementos estadísticos que de manera conjunta permiten reducir el sesgo entre precio teórico y el precio real. Valencia de acuerdo con su postura, únicamente desarrolla medias móviles, índices y osciladores, sin presentar gráficas.
Un elemento común existe en las tres definiciones descritas, se trata de pronosticar o predecir el movimiento que tendrán los precios de los instrumentos financieros, tales como las acciones u otros productos financieros. ¿Es posible o mejor aún confiable pronosticar a partir de gráficas?
Esta interrogante debe estar en la mente de muchos opositores y seguidores del análisis técnico, es así como además de ellas se utilizan herramientas estadísticas como las medias y los osciladores en un intento de darle un soporte más objetivo y reducir la subjetividad inherente a la simple interpretación de un dibujo.
Por ello, desde nuestro punto de vista el análisis técnico debe definirse como una técnica que combina dos herramientas; la primera y más conocida es la construcción de gráficas que son interpretadas en la búsqueda de tendencias, continuidad y cambio en las mismas con el propósito de hacer una recomendación de compra, mantenimiento o venta de algún activo financiero. La segunda el uso de estadística financiera que de manera conjunta con el análisis gráfico o por separado, presupone los posibles movimientos futuros de los activos financieros, para con ello, anticiparse particularmente a los cambios de tendencias y obtener un beneficio originado en la ganancia de capital.
Basados en el conjunto de definiciones presentadas, incluyendo la propia, podemos afirmar que preguntas como; ¿En qué me recomienda invertir? ¿Qué activo financiero debo comprar, vender o mantener? ¿Cómo está económica, financiera y políticamente la empresa emisora de un activo? ¿Qué expectativas económicas, financieras y políticas hay a nivel nacional e internacional? Y otras más que podíamos formular sobre la acción, la empresa o el conjunto de la economía, son irrelevantes. Para el análisis técnico, se trata de pronosticar la evolución futura de los precios partiendo del análisis de los precios históricos, por lo que, responder tales interrogantes no están dentro de su interés.
¿Qué es importante por tanto para el analista técnico y qué tipo de recomendaciones ofrece? La respuesta es simple. Le interesa si es el momento oportuno de realizar algún movimiento para obtener en principio una ganancia de capital, porque en principio, los participantes en la compra de un activo están pensando que subirá, pero también, puede enfocarse no al alza de este, sino en una caída, por lo que, al vender, evita pérdidas de capital y ello, se traduce en un beneficio, es decir, no perder o perder menos también es ganar. En este sentido, busca dar respuesta a una pregunta clave; ¿Es momento de comprar, mantener o vender? Y a partir de ello, recomendarán la acción a seguir.
La razón por la que las definiciones de los autores a los que hicimos referencia se enfoquen a la elaboración de gráficas en las que se utilizan como insumos los precios y el volumen en el caso de activos como las acciones, aunque se puede agregar el interés abierto si se trata de futuros y opciones, es porque la gran mayoría de los analistas se basa en esta tarea y solo se apoya en la parte estadística. Aunque por supuesto, existen aquellos que fundamentan sus recomendaciones en la medias y los osciladores y otros temas de estadística descriptiva y aplicada.
En este sentido, consideramos que lo recomendable es dividir el análisis técnico en dos grandes áreas, la primera es en el llamado análisis chartista, dado que, el término gráfico en inglés es “chart” y de ahí la derivación. La segunda es el análisis estadístico, por supuesto, porque se emplea la estadística y a partir de sus resultados se busca una explicación para la evolución de los precios. Por lo tanto, es una técnica que de forma global los considera a ambos, entenderlo solo como la interpretación de gráficas es desde nuestro punto de vista un error que para los inversionistas puede convertirse en una gran pérdida.
Debe basarse en tres supuestos básicos para elaborar pronósticos y proporcionar recomendaciones de compra, venta o mantenimiento, siendo los que a continuación explicamos.
Supuesto 1. El mercado tiene información perfecta. En términos coloquiales; el mercado lo sabe todo. Por tanto, no hay información ni pública ni privada que no esté ya reflejada en los precios, por esta razón, el estudio básico de cualquier tipo de análisis bursátil es el mercado.
Esto se sustenta bajo el argumento que al mercado acuden todos los inversionistas y emisores (demandantes y oferentes), cada uno de los cuáles puede tener información distinta o la misma, pero toda es pública (difundida), lo único que cambia es la interpretación que se pueda dar. Así, con base a ella, toman sus decisiones de compra o venta del valor, lo que quiere decir que a partir del cúmulo de información se forman los precios.
Por lo tanto, los analistas bursátiles no tienen la obligación de conocer todas las causas o información que provoca los cambios, únicamente tienen que estudiar la evolución de precios que se forman en virtud de ese cúmulo de informaciones. La evolución que hayan tenido los precios en el pasado podrá indicar en mayor o menor medida la dirección probable que seguirán en el futuro.
Si aplicamos este supuesto a las crisis financieras de Estados Unidos en el 2008, la de deuda soberana en Grecia o la de salud con la pandemia a partir de 2020 y que aún no concluye, se puede analizar las acciones cotizadas por los bancos en cada plaza bursátil, este supuesto nos indica que sus precios ya tienen incorporados los efectos negativos de las mismas, en este sentido formular preguntas como: ¿Qué causó las crisis? ¿Provocará la quiebra de las instituciones bancarias? ¿Serán rescatados por los gobiernos? Porque las respuestas no son relevantes para quien analiza o toma decisiones, en virtud, de que el mercado ya incorporó toda la información en los precios que se van generando diariamente, eliminando la posibilidad de que alguien cuente con información privilegiada y obtenga provecho de ello.
Por la característica de mercado de competencia que tienen el funcionamiento del mercado de valores, todos los participantes son tomadores de precios, tanto compradores como vendedores y ninguno tiene poder de mercado, lo cual conlleva que la única opción es decidir en función del precio y las expectativas que para cada uno genere, así algunos asumirán que es momento de comprar porque son activos baratos, pero en un futuro no lejano se recuperará y otros asumirán que es momento de vender porque su precio es caro y pronto caerá rápidamente. Esta fuerza de expectativas generará una tendencia si los compradores representan un mayor número se presionará al mercado a que los precios presenten un alza. En cambio, si los vendedores se imponen habrá un mayor número de ventas propiciando que los precios comiencen una clara orientación bajista.
Supuesto 2. Los precios se mueven por tendencias. El precio de los activos financieros puede subir o bajar, pero siempre mostrará una clara tendencia a saber que puede ser alcista, lateral o bajista. Además de dicha tendencia, en un futuro se puede presentar una continuidad en la misma o un cambio que, aunque en algunos casos se puede presentar rápidamente, en otros se generará paulatinamente.
Es por tanto claro, que el analista no debe preocuparse por las razones que originan las tendencias, sino por identificar en qué momento se encuentra la tendencia, enfocarse en encontrar un cambio próximo y en ese momento anticiparse para poner a la venta o comprar algún activo y beneficiarse con ello.
La lógica es simple, si hay una tendencia alcista y en algún momento está cambiará de rumbo pasará a ser una tendencia bajista, por ende, solo hay que identificar primero la existencia de la tendencia alcista y después el momento en que se convertirá en bajista, que de lograrlo pondrá una postura de venta. Si la tendencia es bajista, buscará cuando se transforme en alcista y por tanto recomendará la compra.
Por supuesto existe la posibilidad de que los precios se mantengan estables, sin cambios y se encuentren siempre flotando dentro de un rango que no tiene tendencia alcista o bajista. Esos momentos son clásicos en tendencias laterales, en los que en un futuro próximo cambiarán, pero al analizar el mercado o el activo en su pasado reciente y su presente no hay evidencia de cambio, por lo que, la mejor recomendación es mantener, dado que se interpreta que habrá un movimiento, pero se desconoce si será alcista o bajista.
Basados en este supuesto, lo importante para el técnico es identificar tendencias y sus cambios, para a partir de ello, anticiparse y lograr obtener un beneficio propio o para su cliente.
Supuesto 3. La historia se repite.  Para el analista técnico el mercado no tiene recuerdos, ni memoria, pero gráficamente el pasado se repite y estadísticamente es posible confirmarlo. Si bien este supuesto es poco científico o razonable, es en este, en el que descansan las principales definiciones de actuación en base a la formación de precios que se han dado a lo largo de la existencia de la actividad bursátil, y su repetición es idéntica, pero con consecuencias en un muy elevado porcentaje.
Es importante señalar que este supuesto no intenta buscar explicaciones sobre el comportamiento pasado y menos aún del futuro. Lo que realmente significa es que, a través de la construcción de las gráficas, complementadas con las herramientas estadísticas, se pueden encontrar figuras que muestran tendencias, otras que señalan que continuarán y otras en las que se afirma habrá un cambio inminente.
Precisamente porque la historia se repite, es que se han acuñado frases como; hay que comprar barato y vender caro o hay que comprar con el rumor y vender con la noticia. Pero la dificultad para el analista estriba en determinar ¿Cuándo un activo está barato y en que momento está caro? ¿Cuándo es rumor y cuando es noticia? En realidad, la respuesta a estas preguntas no tiene que ser relevante para el analista técnico, lo que realmente es significativo es que aplicando el pensamiento de que todo se repite, los precios actuales en comparación con los que hayan transcurrido por ejemplo en un año, estarán en un nivel muy bajo y dado que en algún momento estarán muy elevados, hay que comprar ahora y esperar simplemente a que la historia vuelva a ocurrir y viceversa si al momento actual los precios se acercan mucho a los niveles más altos, será recomendable vender para esperar que caiga el precio y en un futuro determinar si vale la pena volver a comprar.
Otra frase señala; la tendencia es tu amiga…sigue la tendencia. Claro, si hay una tendencia alcista, en qué momento se encuentra, ¿En su origen? ¿A medio camino? ¿Por concluir? Si es alcista y se encuentra en los dos primeros casos, sin duda, es momento de comprar porque los precios seguirán subiendo, si está en su etapa final, pronto cambiará porque todo es un ciclo histórico de alzas y bajas, por lo que hay que vender. En cambio, si la tendencia es bajista, en su inicio y hasta un punto medio habrá que esperar o desistir de participar, pero en su recta final debemos recomendar comprar porque pronto cambiará e iniciará el proceso alcista que nos proporcionará la ganancia de capital que buscamos. ¡Todo gracias a la tendencia¡, ¿Demasiado sencillo no cree?
Precisamente por toda está subjetividad que se encuentra explicita e inherente en todo el análisis técnico, es que ha recibido una enorme cantidad de críticas, ataques e incluso desdén por muchas instituciones y personas involucradas en las áreas financieras y/o académicas.
La teoría de los mercados eficientes y en particular Malkiel (1992) se mofa afirmando que hay personas que adivinan los precios futuros de las acciones midiendo las manchas solares, mirando las fases de la luna o midiendo las vibraciones a lo largo de la falla de San Andrés. La mayoría, sin embargo, optan por uno de estos dos métodos: el análisis técnico o el fundamental.
Respecto al primero señala que es el método de predecir el momento adecuado para comprar o vender un título, y que utilizan aquellos que creen en el punto de vista de los castillos en el aire para valorar los títulos. Concluye afirmando que la mayoría de los chartistas creen que el mercado es un 10 por ciento lógico y un 90 por ciento psicológico.
A pesar de estas críticas y la subjetividad que lo convierte en un verdadero arte, es un hecho incuestionable, que hay cientos de analistas bursátiles que lo utilizan diariamente y a partir de él ofrecen sus recomendaciones sobre los activos que se negocian en los mercados financieros.
Uno de los principales motivos de controversia es que, metodológicamente hablando, es una de las técnicas que menos ciencia tiene. De hecho, podemos categóricamente afirmar que no existe ningún elemento para ser considerado como una ciencia, además de no explicar muchos elementos indispensables para la toma de decisiones de inversión. Sin embargo y por sobre todos estos elementos en contra, son tantas sus figuras, es tanta la información e interpretaciones que se pueden dar, que resulta verdaderamente un arte difícil de aprender, conocer, dominarlo y aplicarlo correctamente. Más importante aún, son tantos sus seguidores que ofrecen resultados positivos para el inversionista. Hoy por hoy no hay ningún servicio de asesoría bursátil o entidad financiera que no cuente con algún departamento, analista o servicio de cómputo que realice el análisis técnico.
Aquí cabe preguntarnos, si existen tantos software, modelos computacionales e inteligencia artificial, con los cuales, automáticamente son construidas gráficas, calculan medias estadísticas, índices, osciladores, e incluso identifican comportamiento de precios y mercados, ¿qué objeto tiene estudiar análisis técnico? ¿Podemos prescindir del personal encargado del análisis? La respuesta a la primera pregunta es simple, porque a través de las computadoras se realizan las gráficas y se hacen los cálculos que podemos obtener en segundos o incluso menor tiempo, pero la subjetividad que representa la interpretación es imposible realizarla a través de una computadora. Respecto a la segunda interrogante también es negativa, porque son las personas las que interpretan y no los algoritmos diseñados a su vez por el ser humano.
Lo que si es claro es que las competencias que deben adquirir profesionistas como economistas, contadores o financieros, es el uso avanzado de software, manejo de base de datos, procesamiento de información y naturalmente del ahora ampliamente conocido big data.
Al igual que el arte pictórico, en el análisis técnico se pueden formar una enorme cantidad de figuras, tantas, que para su explicación se podrían escribir una basta cantidad de libros y artículos y a pesar de ello, seguiría existiendo la posibilidad de ofrecer más y muchas más interpretaciones de cada una de ellas.
Por ello, nuestro propósito no es explicar todo el universo, sino enfocarnos en aquellos conceptos y formaciones que resultan más comunes y son más utilizadas por el analista técnico en la práctica real de las operaciones financieras.
Por último, como lector puedo enfrentarme a la disyuntiva, ¿qué es mejor el análisis técnico o el fundamental? Con una respuesta salomónica podemos señalar, ¿porqué elegir? Si se pueden emplear las dos e incluso se puede optar por alguna otra técnica de análisis bursátil.
 
Tipos de gráficas en el análisis técnico.
 
Para su elaboración no es requisito indispensable tener un alto conocimiento en áreas como la economía, las finanzas, las matemáticas, estadística o computación. Es suficiente con tener las bases del pensamiento aritmético y geométrico. Como los jóvenes y niños les preguntan a las personas mayores a los cuarenta años, ¿qué hacían cuando no había internet? Y la respuesta siempre es sencilla, se efectuaba todo de manera manual.
Así, por ejemplo, aún en la década de los noventa del siglo XX para construir las gráficas empleadas en el análisis técnico se utilizaba papel milimétrico, algo que hoy esos niños y jóvenes que formularon la pregunta en su mayoría podrán afirmar que no saben lo que es. En cambio, en aquel entonces, los libros que abordaban el análisis chartista, incorporaban las gráficas realizadas por el o los autores.
El avance tecnológico, el desarrollo de software financieros y el uso de la inteligencia artificial, se introducen al mercado con precios muy altos, costeables exclusivamente para las instituciones financieros y alejados para pequeños inversionistas, paulatinamente ello ha cambiado y hoy, está accesible para quien se interese en el tema, marcas como Yahoo, Investing y muchos más permiten su uso sin costo alguno, aunque ello significa tener que soportar la publicidad recurrente.
Por ello, si bien cada día resulta menos importante conocer cómo elaborar las gráficas, nunca dejará de ser esencial saber interpretarlas y utilizar los resultados estadísticos para tomar una decisión de inversión sobre un activo o participar en algún mercado en específico, por ello, es indispensable que el analista técnico conozca tanto la construcción de las gráficas y el cálculo de las herramientas estadísticas, como su interpretación.
No hay un solo tipo de gráficas que son empleadas en el análisis técnico, existen varios, las más conocidas, difundidas y utilizadas son las de barras, pero además de ellas, están las líneas o gráfica de cierre, las de punto y cruz, también llamadas besos y abrazos, representadas como XOXO, señal que incluso es posible usted haya recibido como saludo final en algún correo electrónico. También están las velas japonesas que incluso son más antiguas a la teoría desarrollada por Charles H. Dow y a las cuales también se les conoce por su nombre anglosajón candlestick o con un nombre más simpático; gráficas de caramelos por las figuras en forma de barra y de color, blanco y negro.
La elaboración de cualquier gráfico no solo necesita los insumos básicos, es decir, los precios y los volúmenes. Se requiere además tomar una serie decisiones que resultan clave para comenzar a interpretar y analizar los resultados. Por ejemplo, ¿cuántos precios necesito? Si deseo invertir durante las próximas tres horas, tres semanas o tres meses, ¿uso la misma cantidad de precios históricos? ¿Puedo hacer una gráfica solo empleando los precios de cierre?
Si aún tengo mis recursos monetarios y no los he invertido, ¿El análisis chartista me sirve para elegir qué activos debo comprar? Pero, si en un mercado como el estadounidense hay miles de acciones, ¿Con cuál empiezo? Si, por el contrario, tengo ya una cartera y al realizar sus gráficas encuentro que hay que varios de esos activos es recomendable venderlos, pero la tendencia clara del mercado es alcista e incluso puedo suponer que seguirá subiendo, ¿tengo realmente que vender?
Dado que el análisis técnico es un arte y particularmente la parte concerniente a las gráficas y encuentro algunas recomendaciones de otros analistas que tienen más experiencia que yo, ¿los sigo o me baso en mis propias conclusiones?
Si no encuentro o no hay una figura más allá de una tendencia alcista que me indique que esta va a continuar o cambiar de dirección en una semana, ¿Cuánto tiempo debo esperar? ¿Tres o seis meses? De hecho, ¿Por cuánto tiempo tengo que estar graficando?
Por supuesto, está la propia determinación de qué tipo de gráfica realizar y si puedo combinar, aunque ello implique más trabajo.
En fin, la cantidad de decisiones y de conocimiento que debo tomar y tener es realmente significativa, por ello, debemos reiterarle, el análisis técnico sin duda es una herramienta muy utilizada, pero como todas las teorías, modelos y técnicas son y solo deben ser base para coadyuvar a nuestro juicio y razonamiento a tomar una decisión, buena o mala, pero hay que estar convencidos de la misma, entre más se dude mayor será la incertidumbre que nosotros mismos nos generemos.
 
Gráficas de líneas de cierre, barras y su interpretación.
 
Este tipo de gráficas es el de mayor aceptación entre los analistas técnicos y su explicación es muy lógica, además es muy simple de construir y de interpretar.  Su nombre de gráfica de barras deriva del hecho de que los precios y su comportamiento diario se representan a través de barras verticales y horizontales.
La barra vertical se construye a partir de dos puntos, para lo cual se emplea el precio de mínimo y el precio máximo, los cuales se unen a través de una línea vertical. Posteriormente se incluye y representa el precio de cierre con una barra horizontal que cruza a la vertical, mostrándose de la siguiente forma.
 
 
La barra de un solo periodo no dice nada, así, la que observamos en la figura no sabemos si es de unos minutos, unas horas o un día. El analista puede ser conocido como trader o intradía, llamado así porque comienza sus operaciones al abrir la bolsa y cerrar sus posiciones al concluir la jornada laboral bursátil. ¿Se puede hacer análisis solo por día y emplear precios de segundos, minutos y horas? Si, es posible y es muy común, en especial, en mercados de alta bursatilidad, es decir, grandes volúmenes de negociación que facilitan la liquidez.
A pesar de ello, se puede interpretar por ejemplo que la distancia entre el precio mínimo y máximo es amplia considerando una barra que tuviese la cuarta parte de su tamaño, lo que resultaría diferente en cuanto a la cantidad monetaria que difiere entre el precio mínimo y máximo.
Es posible también observar que la pequeña barra horizontal está más cercana al precio mínimo, lo que sugiere que, durante el periodo en elaboración, hubo un aumento significativo de los precios, pero que, en el transcurso del mismo, se vinieron abajo y concluyó más cercano al precio mínimo.
Esta figura es la más común, aunque hay analistas técnicos que construyen la barra utilizando cuatro precios en lugar de los tres que presentamos, estos son el precio máximo, el precio mínimo, el precio de apertura y el precio de cierre. En algunos mercados se prefiere más uno que el otro, en México este estilo de construcción es poco utilizado y, de hecho, los medios de difusión prácticamente no difunden el precio de apertura, aunque en las distintas plataformas electrónicas de generación de gráfica si sea posible construirlas. En la próxima figura la presentamos y en ella se puede apreciar claramente la diferencia, la cual es que el precio de apertura y el de cierre se representan por una pequeña barra horizontal que no cruza a la vertical, sino que primero se coloca del lado izquierdo y el segundo a la derecha.
Ya sea que la gráfica de barra sea construida con tres precios (mínimo, máximo y cierre) o con cuatro (mínimo, máximo, apertura y cierre), las consideraciones de tamaño de la barra vertical, la distancia entre los precios mínimo y máximo respecto de los de apertura y cierre, tienen interpretaciones similares. La decisión de cuantos precios emplear y como construir la gráfica, es totalmente del analista y no hay un criterio que pueda ponderar como mejor o peor el uso de alguna de las dos figuras.
 
Figura de barra simple empleada en las gráficas de barras con 4 precios.
 
 
Existe una variante a este tipo de gráfica y se denomina gráfica de cierre, en la cual solo se muestra el precio de cierre para cada sesión y unidos por una línea. Es poco común que se utilice dado que no puede haber una interpretación más allá del conjunto, es decir, para una sola sesión a diferencia de las dos figuras mostradas en que se ve una barra con determinado tamaño y distancias entre los precios, en la gráfica de línea para un día solo veríamos un punto. Por ello, no ahondamos sobre la misma.
La construcción de la gráfica de barras diaria se lleva a cabo colocando en el eje de las ordenadas (eje Y) una escala que representa el precio del activo y en el eje de las abscisas (eje X) se coloca el tiempo. En Excel existe una opción para elaborar este tipo de gráficas. Para ello se debe contar con una serie de tres datos, el precio máximo, el mínimo y el cierre, colocados justo en el orden como presentamos en la figura anterior. Por ejemplo
 
Precios de una acción.
 
Fecha
Máximo
Mínimo
Cierre
LUNES
34.02
33.29
33.64
MARTES
35.30
34.74
35.17
MIÉRCOLES
35.91
34.79
35.88
JUEVES
37.10
36.26
37.00
VIERNES
36.85
35.35
36.72
 
Para realizar la gráfica hay que seleccionar toda la tabla, lo que significaría estando en la primera celda de Excel que el rango es A1 hasta D6. Tenemos que dar clic en las gráficas, seleccionar el tipo de gráfica “cotizaciones”, se puede terminar o dar clic en siguiente para colocar una etiqueta en el título y en los ejes X,Y.
En nuestro ejemplo, al utilizar los días de la semana en default nos está indicando que no se trata de un analista intradía y que el gráfico representará una semana, con lo cual, nos permitirá apreciar muy bien el tamaño de las barras y una breve tendencia.
Los precios que utilizamos son reales y tomados de una empresa europea y, sin embargo, para fines didácticos y con el propósito de no localizar la interpretación de la información a un país en específico, lo hemos dejado abierto, es decir, es la información de cualquier compañía.
En la construcción de las gráficas se puede utilizar una escala de precios aritmética o una logarítmica, la primera es recomendable para el corto plazo (desde 1 día hasta 1 mes), pero en periodos muy largos la gráfica en escala logarítmica se puede apreciar mucho mejor. La diferencia entre una y otra es que en la escala aritmética la línea vertical indica que hay la misma distancia en cada unidad de precio, es decir, es equidistante y se vería como la del lado izquierdo de la siguiente figura.
 
En tanto que en la escala logarítmica los aumentos de porcentajes disminuyen a medida que aumenta la escala de precios. Esto es el primer cambio porcentualmente hablando puede ser de 100% en tanto que el segundo es del 50%, y así sucesivamente, por lo cual gráficamente se vería como mostramos del lado derecho de la figura.
Las escalas logarítmicas son las más comunes y regularmente se emplea un software y no en hojas de Excel, los cuales pueden ser comprados paquetes especiales que tienen la capacidad incluso de formar las figuras o aquellos que ofrecen de manera gratuita las distintas páginas financieras que ya hemos señalado como Yahoo, bancos y otras instituciones de inversión. Aquellas con escala aritmética son preferidas y tienen un uso bastante recurrente cuando se aplica el análisis técnico a los productos derivados, particularmente de futuros. Los softwares que existen de cualquier manera ofrecen las dos opciones, por lo que en cuestión de segundos puede cambiar de una a otra y observar las diferencias. Así es como se presenta por ejemplo en Yahoo la acción de Amazon.
  
 
 
 
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Recuerde que nuestro trabajo no es convertirlo en un economista o financiero experto, pero si apoyarlo para que incremente su educación económica y financiera, facilitando la comprensión del funcionamiento de los mercados y sus instrumentos, logrando mejores decisiones de inversión y financiamiento, en beneficio de su economía.
Confiamos que este artículo les haya sido útil y esperamos sus comentarios al respecto, con el propósito de mejorar en los futuros temas a exponer.
 
 
Bibliografía.
 
Díaz Mondragón, Manuel. (2004). Invierta con éxito en la bolsa y otros mercados financieros. Editorial Gasca – Sicco. México.
Díaz Mondragón, Manuel. (2016) Portafolios de inversión. Editorial Trillas. México.
Gitman, Lawrence J. y Joehnk, Michael. (2009) Fundamentos de inversión. Pearson Educación. México.
Markowitz, H. M. (1952) “Portfolio selection”, Journal of Finance, 7, (1).
Millard, Brian J. (1995) Técnicas de gráficos para rentabilizar las inversiones en bolsa. Ediciones Díaz de Santos. España.
Murphy, John J. (2000) Análisis técnico de los mercados financieros. Gestión 2000. España.
Reuters (2004) Curso de análisis técnico. Gestión 2000. España.
Sharpe, W. F. (1978) “New evidence on the Capital Assets Pricing Model; Discussion”. Journal of Finance, 33.
Valencia Delfa, José Luis. (2000) “Análisis técnico” En Hernández, Benjamín. Bolsa y estadística bursátil. Editorial Díaz de Santos. España.
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