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El Jackson Hole Symposium: su importancia en tiempos de certidumbre e incertidumbre económica

Los inversionistas están siempre expectantes a las noticias económicas y financieras, tanto nacionales como internacionales, que les otorguen pistas sobre la evolución de ciertos indicadores clave en el corto y largo plazo, ya que estas directrices influyen en los precios y, eventualmente, en la rentabilidad de los activos financieros en posesión/resguardo.

En este tenor, una parte importante de su atención está puesta en las notas periodísticas y otras fuentes que tratan sobre los cambios periódicos en los instrumentos convencionales[1] y no convencionales[2] de política monetaria, que influyen en el nivel de liquidez de los mercados financieros y, en general, en el devenir económico. 
 
Las notas relacionadas con los cambios o permanencia de la tasa de interés objetivo en ciertos niveles acaparan la atención de los inversionistas, al ser la medida de política monetaria que ocupa el Banco Central (BC) de manera frecuente.

Asimismo, el seguimiento de las notas concernientes a la orientación futura de política monetaria (forward guidance), como una medida no convencional, también ha ganado popularidad, ya que las autoridades monetarias comunican, con antelación, los compromisos para aplicar ciertas medidas monetarias en un tiempo determinado, como la compra y venta de activos financieros[3].
 
Como un largo paréntesis, vale la pena explicar la relación existente entre la política monetaria y el precio de los activos financieros. En principio, existen dos tipos básicos de política monetaria: 1) expansiva y 2) restrictiva. En el caso de la primera, el BC otorga un estímulo a la economía, ante la caída de la actividad económica, al aumentar la cantidad de dinero en circulación principalmente vía reducción en su tipo de interés de referencia.

Con respecto a la segunda, el BC pone freno a la actividad económica en tiempos inflacionarios por medio de la reducción de la cantidad de dinero en circulación principalmente vía incremento en su tipo de interés de referencia. Entonces, el BC coadyuva en 1) la prolongación de periodos de recuperación/expansión económica[4] y 2) el recorte de periodos de recesión/contracción económica[5].
 
En línea con lo anterior, una política expansiva, principalmente una caída en la tasa de interés, es sinónimo de un menor costo del dinero, cuestión que facilita la inversión en los diversos mercados; por otro lado, una política restrictiva, fundamentalmente expresada en una subida en la tasa de interés, encarece el dinero y desincentiva la inversión en la economía por parte de los agentes económicos.

En el caso de las empresas privadas, el clima de inversiones[6] es favorable en un entorno de un menor costo del dinero y, por ende, hay mayores incentivos para adquirir fondos de los mercados financieros con el fin de ampliar o mejorar las operaciones y llevar a cabo ciertos proyectos estratégicos que mejoren la rentabilidad y maximicen el valor de la empresa en el tiempo.
 
Luego, los mecanismos de financiamiento más comunes que ocupan las empresas son la adquisición de deuda y la emisión de acciones[7]: existe una mayor proclividad a adquirir compromisos financieros cuando prevalece un entorno macroeconómico estable con una política monetaria laxa.

Cuando este financiamiento se traduce en resultados favorables para las empresas, el precio de sus acciones incrementa y el appeal a poseerlas es mayor. Por tanto, una política monetaria expansiva, expresada en una baja en la tasa de interés objetivo del BC, conduce, aunque no necesariamente, a un incremento en los precios de las acciones. Y lo contrario ocurre en un escenario restrictivo, donde los resultados de las compañías no son los esperados, y su valor de mercado disminuye. 
 
Con respecto a otro activo financiero relevante, cabe señalar que el precio de los bonos[8], ya sea gubernamental o privado, y la política monetaria, simplificada en los movimientos del tipo de interés, mantienen una relación inversa. En este caso, hay que considerar que el precio de mercado se calcula a partir de la tasa de rendimiento al vencimiento y la tasa de cupón: la primera alude al rendimiento obtenido si se tiene el instrumento hasta la fecha de vencimiento, y la segunda es el pago periódico de interés basado en el valor nominal del bono.
 
Entonces, una subida en las tasas de interés conlleva a que los inversionistas exijan un aumento en la tasa de rendimiento al vencimiento, dado que 1) los bonos recién emitidos pagan a una mayor tasa, 2) el riesgo para la obtención de ganancias de las entidades privadas se incrementa: esto origina que el precio de los bonos sea menor, con el fin de ofrecer un mayor rendimiento y preservar su etiqueta de atractivo para su comercialización. Y viceversa en un plano expansivo.
 
Cerrando el paréntesis y retomando el carácter informativo, el mes de agosto de cada año marca un hito importante en términos de la orientación de la política monetaria durante los meses subsecuentes debido a que diversos expertos académicos, lideres de los Bancos Centrales y otras entidades a nivel mundial se reúnen en un foro denominado Jackson Hole Symposyum (JHS).

Este evento se ha vuelto importante en los últimos tiempos, especialmente después de la crisis financiera de 2008, ya que las autoridades monetarias de los BCs más importantes han dado “santo y seña” sobre el rumbo de sus políticas monetarias para impulsar las actividades económicas y financieras: debido a esto, los inversionistas han estado atentos a los papers y los comentarios vertidos en este foro, sobre todo en tiempos económicos álgidos.
 
Lo que empezó como un simposio enfocado a temas de agricultura en 1978 después se convirtió en un foro importante para discutir sobre los retos en materia económica y las medidas en materia de política monetaria a aplicarse en escenarios adversos. 

En la década de 1980s, en el marco de un entorno inflacionario elevado, diversos lideres de la Reserva Federal (FED), entre ellos Paul Volcker y Alan Greenspan, se presentaron en estos foros e hicieron declaraciones sobre el rumbo de la política monetaria en Estados Unidos: a partir de estos eventos históricos, el simposio cobró relevancia y, en la actualidad, participan 120 personas, que se dividen en 45 miembros mundiales de Bancos Centrales, 25 miembros de la FED, 24 académicos, 12 miembros de la prensa, 8 de compañías y entidades privadas, y 6 personas del gobierno estadounidense. Este evento es organizado por el Banco de la Reserva Federal de Kansas City, uno de los 12 miembros de la FED.
 
Y, lo más importante: el tema de discusión. El organizador selecciona el tema central, primordialmente retos en materia económica/financiera, e invita a especialistas y académicos connotados que dominan este tópico elegido. En tal sentido, se les solicita a los participantes escribir sobre el tema seleccionado, con base en sus estudios e investigaciones, y compartir sus impresiones y sugerencias al respecto en este foro. 

Adicionalmente, se ha hecho una costumbre que el presidente de la FED dirija unas cuantas palabras sobre el entorno económico y la dirección de la política monetaria en Estados Unidos: los inversionistas y demás participantes están atentos a estos comentarios y, así, formar sus expectativas sobre el panorama actual y futuro de los mercados financieros. 

Algunos ejemplos que recalcan la importancia de este foro son: 1) el anuncio de Ben Bernanke de tomar medidas de emergencia para combatir la inminente crisis económica en el año 2007, 2) el anuncio del compromiso de la FED de incrementar la liquidez en los mercados mediante la expansión cuantitativa en 2010, 3) la preocupación de Mario Draghi con respecto a la baja inflación y la inminente expansión cuantitativa en la Unión Europea en 2014, y 4) la preocupación de la FED por el acaparamiento del mercado por parte de los gigantes tecnológicos en el año 2018.
 
A todo esto, ¿por qué se considera el JHS de este año relevante para los inversionistas? Debido a las condiciones inflacionarias persistentes impulsadas por los problemas del lado de la oferta (cost-push inflation), los BCs en el mundo han tomado la determinación de elevar sus tasas de interés de referencia como una medida paliativa, que van de la mano con otras acciones implementadas por los gobiernos, entre ellas la reducción de aranceles y subsidios a productos de consumo básico.

Ante esta problemática, los inversionistas estuvieron atentos a los comentarios hechos por los panelistas, principalmente por Jerome Powell, el presidente actual de la FED, en torno a la posible dirección de la política monetaria. En línea con esto, los especialistas consultados por RankiaPro destacan lo siguiente[9]: 1) la continuación de una postura monetaria hawkish y el endurecimiento adicional en las medidas monetarias durante este año, que llevarán a la persistencia de niveles altos en las tasas de interés en el siguiente año, 2) un panorama de “mayor sufrimiento” y “mayor sacrificio” en términos de empleo y crecimiento económico durante el siguiente año, 3) la imposibilidad de que haya un cambio rápido en las expectativas de inflación, sobre todo en lo que resta del año actual, 4) el compromiso de la FED por anclar las expectativas de inflación mediante la subida agresiva de las tasas de interés. 

En conclusión, se espera que la FED, el BC más representativo a nivel mundial, así como otros BCs a nivel internacional continúen con una política monetaria restrictiva, principalmente orientada a la subida agresiva de sus tasas de interés objetivo. 
 
Como un comentario final, el presente artículo tuvo dos propósitos: 1) explicar la relación entre política monetaria y el precio de los activos financieros, en este caso de dos instrumentos financieros básicos -acciones y bonos- con el fin de entender la dinámica generalizada que opera entre ambos elementos, y 2) ahondar en los detalles sobre el Jackson Hole Symposyum y recalcar su importancia para los inversionistas, tomando en cuenta el primer punto. 
 
Referencias:
 

Notas a pie de página:

[1] Entre ellos cambios en la tasa de interés objetivo, operación de mercado abierto (OMAs), y cambios en la tasa de descuento.
[2] Entre ellos la expansión cuantitativa y la orientación futura de política monetaria.
[3] Tal y como sucedió con el Banco Central Europeo en la década de 2010s, cuando anunció el monto de compra mensual de instrumentos financieros privados.
[4] Recuperación implica una etapa de crecimiento hasta llegar al pico máximo del ciclo anterior. Expansión implica un periodo de crecimiento por encima de pico máximo anterior.
[5] Recesión implica una caída en el PIB hasta el punto mínimo del ciclo anterior, mientras que la contracción implica una caída más allá de este punto mínimo. 
[6] Son todos los factores que, en conjunto, toma en cuenta las empresas para realizar inversiones en recursos productivos para mejorar o escalar sus operaciones.
[7] La diferencia entre deuda y acciones radica en el tipo de compromiso que adquiere la compañía con los inversores. Por un lado, la deuda tiene como característica que el deudor debe pagar el principal más los intereses correspondientes, pero no compromete el capital social, o no lo diluye. En el caso del segundo, el poseedor de las acciones adquiere ciertos derechos, entre ellos pago de dividendos y derechos de voto, dependiendo del tipo, y sí diluye el capital social, o reduce el control de los accionistas originales.
[8] El emisor de este instrumento financiero obtiene recursos de los mercados financieros a cambio de la devolución del monto principal y el pago periódico de intereses.
[9] Para mayor detalle, consultar el siguiente enlace: https://es.rankiapro.com/principales-conclusiones-simposio-jackson-hole/ 

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