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Cuotas y comisiones en las tarjetas de crédito

Las comisiones en estas tarjetas se aplican por su mantenimiento, disposición del crédito en efectivo, y hasta por la demora en sus pagos, pero bajo cuantías diferentes en función de su modalidad, con variaciones muy notables entre unas y otras.

tarjetas de crédito

La utilización de las tarjetas sirven para salir más de un apuro, son muy útiles en la vida diaria, y se emplean para retirar dinero desde los cajeros automáticos, realizar las compras en los establecimientos comerciales, y hasta para pagar la comida de toda la familia en el restaurante de moda. Sus aplicaciones, por tanto, son enormes, dotando a sus titulares de una herramienta indispensable para formalizar sus pagos. También les supondrá un coste económico desde su contratación, que podrá agravarse en los casos en que la demora de los pagos se haga realidad.

 

La anualidad de las tarjetas de crédito ofrecen unos desfases en sus comisiones no excesivamente altos, con tarifas que van desde 500 a 600 pesos. No obstante, y en función de las ofertas presentadas por las entidades financieras mexicanas pueden encontrarse modelos que eximen a sus titulares de este cargo. Reportándoles de una más que deseada fuente de ahorro para mantenimiento. La anualidad más elevada es la que presenta Banamex, a través de la Clásica Internacional, que cobra 600 pesos. Mientras que las más asequibles, por el contrario, son las tarjetas de Crédito BanCoppel, Clásica Banregio o de Crédito Inbursa, que no presentan ningún gasto por su renovación o mantenimiento.

Disposición en efectivo, desde el 5%

Bien diferentes son las operaciones por disposición del crédito en efectivo, en el que en todos los casos, y como es lógico comprender, aplican un porcentaje sobre cada operación realizada. Las diferencias se hacen más evidentes, al no tratarse de una tarifa fija (como en otros movimientos), sino de un porcentaje sobre el importe retirado.

Con oscilaciones tan amplías, que van desde el 5% al 10%, es decir, con divergencias de hasta el 100%. Desde las comisiones más baratas que presentan la Súper Tarjeta de Crédito de Banco Wal-Mart, Tarjeta Clásica de Banamex o la Tradicional Básica de Scotiabank, con el 5% sobre la operación, al 10% que cobra la Ixe Clásica. Mientras que Banregio es la única entidad bancaria que demanda una cuota fija, concretamente de 200 pesos.

De ahí la importancia de seleccionar una tarjeta que permita al cliente evitar mayores gastos por este concepto, y a ser posible, reducirlos a través de los modelos menos expansivos. La diferencia entre unos y otros supondrá muchos pesos en el balance, que irremediablemente notará en el saldo de su cuenta, especialmente si realizan muchas de estas operaciones al año.

 

Cuidado con los gastos de cobranza

De entre todas las comisiones, quizás sea ésta la más peligrosa para los intereses de los usuarios bancarios, ya que puede desequilibrar sus presupuestos. No en vano, se generan cuando no se hace frente a los pagos en las fechas acordadas, y cuyas comisiones pueden llegar hasta cerca de 400 pesos, con muy pocas variaciones entre ellas.

Por eso es conveniente no llegar a esta desagradable situación, para no acometer unos gastos no contemplados en el momento de formalizarlas, siendo necesario estar al corriente de todos los pagos. Hay casos excepcionales en donde no se cobran (BanCoppel), pero lo habitual es que los bancos apliquen esta penalización. Y en cualquier caso, es la única que puede evitarse por medio de una aptitud responsable por parte de sus titulares.

 

Cinco claves para reducir los gastos

Evitar, o mejor dicho, reducir los gastos que generan las tarjetas de crédito es un viejo anhelo de los clientes. Y que a través de una serie de acciones en su relación con este de medio de pago podrá conseguirse sin mucho esfuerzo. Bastará con estudiar sus condiciones de contratación, aplicar un poco de sentido común, y sobre todo, actuar con mucha responsabilidad en su utilización.

  • Recabar información previamente sobre la cuantía de las comisiones, y detectar aquellas tarjetas que están exentas (muy pocas), o cuando menos, bajo porcentajes más llevaderos para los particulares.

  • Utilizarlas solamente en los momentos en que sean imprescindibles (gastos inesperados, situaciones de urgencia, etc.), siendo conveniente revisar regularmente el estado de cuentas de la tarjeta, para evitar que el nivel de endeudamiento se eleve excesivamente.

  • Evitando mantener varias tarjetas que preste los mismos servicios, para no pagar inútilmente las comisiones que presentan, especialmente su anualidad.

  • Cumplir con todos los pagos derivados de su contratación y utilización, ya que de no ser así, éstos se incrementarán de forma muy notable en poco espacio de tiempo, incluso llegando a situaciones poco agradables para los clientes.

  • Y finalmente, si no están contentos con los gastos generados, habrá que buscar otros modelos que se adapten mejor a las necesidades de los consumidores. Dispondrán de una oferta muy potente por parte de los bancos mexicanos.

 

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