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Sexto informe: Peña Nieto ya entregó el poder

Sexto informe: Peña Nieto ya entregó el poder

En toda la historia de México, no habíamos visto a un presidente como Enrique Peña Nieto que en el tramo final de su gobierno se viera tan apático, tan disminuido y tan débil. En el último año y medio de su mandato, Peña no tuvo tanta presencia en los medios, no dio entrevistas importantes, no ofreció conferencias de prensa, es decir, no marcó agenda; en contraste, en las últimas semanas (concretamente después del 1 de julio) tuvo un regreso a la escena pública pero motivado por los encuentros que sostuvo con Andrés Manuel López Obrador, de modo que se volvió a hablar de él pero sólo por el tema de la transición de cara al nuevo gobierno. A continuación veremos por qué es un presidente apático, débil y disminuido, ya que en términos prácticos, sus acciones muestran que ya le entregó el poder a López Obrador desde el pasado 20 de agosto.

Pena Nieto entrego el poder

Efectivamente se dice que el poder de acaba hasta que se acaba, se ejerce hasta el final, que no se comparte y no se suelta tan fácil, sin embargo, Peña Nieto da una muestra de todo lo contrario, pues prácticamente ya ha entregado la plaza, sus acciones hacia López Obrador así lo demuestran. Veamos algunos hechos concretos que así lo sustentan:

 

El pasado 20 de agosto, AMLO y Peña Nieto tuvieron su tercera reunión en Palacio Nacional y fue la primera en la que ambos ofrecieron un mensaje conjunto. En este evento y ante todo el país, López Obrador le dijo al presidente, en su cara, que cancelaría la reforma educativa; ante ello el actual mandatario no tuvo respuesta, no presentó un argumento sólido para defender algo que sería (o pretendía ser) un legado, es decir prácticamente no metió las manos. Esto demostró una especie de rendición del gobierno que va saliendo ante otro que llega con un alto porcentaje de aceptación y con una mayoría en el congreso.

 

La actitud entreguista de Peña Nieto se explica por las circunstancias en las cuales su partido y su candidato fueron derrotados el pasado 1 de julio en las urnas (quedando hasta el piso en las preferencias de los mexicanos), sin olvidar que el presidente tiene apenas un 20% de aceptación.

 

El tema de la reforma educativa debe doler porque el círculo más cercano del presidente (principalmente Luis Videgaray) lo convenció de que por el simple hecho de hacer esta reforma, él pasaría y tendría su lugar en la historia de México, de modo que cuando AMLO anunció que la echaría para atrás, dicha trascendencia se desdibujó por un presidente electo que aún no ejerce en lo legal, pero que ya está en funciones en la práctica.

Peña Nieto ya entregó el poder

Habrá quienes digan que Peña Nieto está actuando bien por ser mesurado y respetuoso con el nuevo gobierno, pero el presidente debió mostrar ese 20 de agosto las bases para sostenerla y defenderla, por el contrario demostró no tener argumentos ni convicciones ideológicas para sostener una de las reformas de “gran calado” como alguna vez las calificó.

 

Otro error que tuvo Peña Nieto es que después de lo sucedido en Palacio Nacional, no acudió a inaugurar el ciclo escolar 2018 en una escuela primaria cuando ya había confirmado su asistencia, eso equivale a ceder el territorio, la inauguración de un ciclo escolar siempre ha sido en este país un momento muy del presidente aún en funciones, era su espacio frente a los niños y también para hablar sobre su reforma educativa, sin embargo prefirió renunciar a eso, tal vez como diciendo “ya para qué”.

 

¿Y por qué nos atrevemos a afirmar con los datos anteriores que Peña Nieto ya entregó el poder? porque en mayo de este año, previo a las elecciones, un grupo de periodistas que cubren presidencia le preguntaron al mandatario en Los Pinos que cómo veía el panorama electoral previo a las elecciones del 1 de julio, y Peña nieto respondió “esto ya está totalmente perdido: Meade va en tercer lugar y lo que se viene (con Morena) es un tsunami”, entonces le preguntaron que cómo se sentía ante eso y él contestó “bien, entendiendo las cosas, aceptándolas, procesándolas. Me hubiera gustado ser un presidente de seis años” es decir, que desde mayo ya estaba reconociendo que para efectos prácticos sería un presidente que no terminaría su gestión, admitiendo que se quedaría sin control y que soltaría los hilos del poder, lo cual implicó irlos cediendo anticipadamente a un López Obrador que aún no entra en funciones, pero que ya tiene un nivel de protagonismo en la escena pública y de forma anticipada como nunca antes se había visto en México.

 

Lo anterior nos hace pensar que si por Peña Nieto fuera, ya le entregaba pronto la banda presidencial al AMLO, lo cual se refuerza si no perdemos de vista que apenas el 29 de agosto dijo que una vez dejando la presidencia, él se retira de la vida pública.

 

 

 

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