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El buen gusto de invertir

En cuanto a alternativas de inversión se refiere, es más común que se hable de acciones, bonos, o recientemente, de criptomonedas que, de artewhisky raro, o de vinos y joyería, por ejemplo.


No debería sorprendernos si consideramos el enorme valor de mercado y la estratosférica capitalización de los dos primeros, respectivamente (Gráfica 1).

El whisky raro y el arte, así como la joyería y el vino, como clase de activo, figuran en la selecta lista de los bienes de lujo, dentro de la clasificación de las inversiones alternativas. Los activos alternativos se diferencian de los activos tradicionales por cuatro razones principales:

  • Descorrelación: dada su naturaleza, no son activos que se caractericen por ser volátiles, dicho lo cual, su comportamiento y desempeño distan de ir en consonancia con el de los mercados financieros.
  • Flujo de información limitado: la data, generalmente, no es pública y, en la mayoría de las ocasiones, su cuantificación no es sencilla.
  • Complejas técnicas de valoración: valuaciones que consideran múltiples factores, desde económicos (tendencias de consumo) hasta variables propias del mercado. En el arte, por ejemplo, al analizar una obra se consideran; el pintor, los materiales, el tamaño, la liquidez de los lotes, la exposición pública, y, quizá lo más importante, la procedencia.
  • Poca liquidez: son activos de compra y retención, y, por tanto, no se comercializan frecuentemente y tampoco fácilmente.

La pregunta obligada, ¿qué tan redituable ha sido la inversión en bienes de lujo?



En general, el 2020 fue un año complicado tanto para los activos tradicionales como para los activos alternativos. El Knight Frank's Luxury Investment Index (KFLII) presentó un no despreciable retorno, pero sí por encima del registrado en 2019 (-1%), de 3%, aunque poco competitivo si se compara contra los registrados en los mercados accionarios estadounidenses, el Nasdaq 100 y el S&P 500; de 47.58% y 16.26%, respectivamente (Gráfica 2).

Revisando los retornos de la última década, nos encontramos con que las acciones estadounidenses siguieron situándose en los primeros 3 lugares, con retornos de 3 dígitos; sin embargo, al considerar el retorno de 129% del benchmarking del mercado de las inversiones en bienes de lujo, el KFLII, así como la baja correlación de los activos de lujo, seguramente balancearon muy bien la cartera, además de haber pagado un rendimiento bastante atractivo a los inversionistas, el cual sobrepasó con creces al ofrecido por otros instrumentos que en un portafolio podrían fungir como elemento conservador, como los bonos, por ejemplo, los cuales pagaron 2.31% durante ese mismo periodo (Gráfica 3).

Es importante que todo interesado en invertir en este tipo de activos considere la gran dependencia logística y la cadena de distribución que tiene este mercado, una gran explicación de la contracción registrada en el arte el año pasado, a raíz del cierre paulatino de las casas de subastas; el apetito del consumidor asiático, principalmente del chino; el surgimiento de nuevas modas y tendencias, sobre todo en las obras de arte y la joyería; el calentamiento global, el cual afecta las regiones vinícolas y, por consiguiente, la producción de vino, así como el surgimiento de nuevas tecnologías, como la cadena de bloques.

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