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Hace unos meses le había expuesto en éste, su espacio, un análisis del comportamiento que ha tendido a mostrar el referente bursátil de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) en los años electorales locales y americanos durante las últimas 3 décadas. Recapitulando los datos, el S&P/BMV IPC registra un mejor desempeño anual cuando no hay elecciones que cuando las hay (sin importar cualquiera de los 2 países); 15.25% contra 5.57%, y, muy particularmente, en el caso mexicano, los retornos se sitúan en 15.17% contra 4.25%.

Si bien cada periodo (en este caso, electoral) difiere entre sí a razón de las condiciones socioeconómicas, la narrativa política dominante, el contexto geopolítico e incluso las fechas, en esta ocasión analicemos cuál ha sido la predisposición del mercado bursátil mexicano en los periodos postelectorales locales (lapso entre el primer día después de la elección y un día antes de la toma de protesta) de las últimas 3 décadas.


Al contrastar las sesiones bursátiles del periodo postelectoral y las correspondientes a las de los periodos no postelectorales, encontramos que, en términos de amplitud entre los puntos de cierre es más estrecha en los primeros (24.63% contra 42.26%), lo que por consiguiente resulta en una menor volatilidad (0.013 puntos contra 0.020 puntos), y, en cuanto al retorno promedio diario es negativo en los primeros (-0.03% contra 0.04%), derivando en un retorno acumulado de -2.30% (Tabla 1).

Sintetizando, la Bolsa tiende a mantener un comportamiento sesgado a la baja durante la etapa de transición gubernamental.


Sectorizando, (tomando como base el 2006, dada la disponibilidad de la información), primeramente, en cuanto a la amplitud, destaca el de materiales con 28.76%, mientras que cuidado de la salud posee la más pequeña, de 11.11%. En términos de volatilidad, se posicionan materiales y servicios de telecomunicaciones, con 0.012 puntos cada uno, en tanto, cuidado de la salud, industrial y consumo discrecional presentan la más baja, con 0.007 puntos para la primera y 0.009 puntos para las dos últimas. Hablando de retorno promedio diario, el sector de consumo discrecional es el que mejor ha retribuido (0.18% contra la media general de 0.07%), dando como resultado un retorno acumulado del orden de 20.46%, por su parte, el más débil ha sido el sector de cuidado de la salud con un retorno promedio diario y acumulado de -0.02% y -2.52%, a correspondencia (Tabla 2).


Ya comprendiendo el contexto histórico, revisemos el actual.

Si bien es cierto que desde la octogésima octava sesión bursátil del año el S&P/BMV IPC ha venido retrocediendo, considerando el cierre de ayer (de -6.11%), de los 3 ajustes que se han suscitado (hasta el momento), éste se situaría como el más profundo, con una minusvalía de -10.34%.

Dicho esto, no sólo atestiguamos la peor caída intradía desde el 9 de marzo de 2020 (-6.42%), sino que se trataría de la peor primera jornada postelectoral de los últimos 30 años (Gráfica 1).


En ese sentido y realizando un análisis técnico, el índice, a pesar de haber roto dos puntos de inflexión relevantes, la media móvil de 200 días y el nivel de 38.20%, se sitúa tocando la base de la tendencia alcista (línea verde) cuyo origen se remonta a marzo de 2020 (inicio de la pandemia de COVID-19), a la vez que el Índice de Fuerza Relativa (RSI, por sus siglas en inglés) se ubica en la zona de sobreventa (Gráfica 2).

Esta semana será clave para refinar las estrategias de inversión perfiladas a un horizonte de corto plazo.

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