En este ciclo de Bitcoin no se ha producido el típico “clímax de burbuja” en el sentido tradicional, sino que ha surgido una prolongación más profunda y estable. En el pasado, las tendencias solían concluir en medio de una extrema polarización emocional, pero esta vez el mercado evoluciona dentro de la estabilidad. Quienes mantienen posiciones a largo plazo están realizando ventas parciales, mientras que el ingreso de capital institucional y nuevos participantes genera un amortiguador estructural que ralentiza claramente la velocidad de rotación de la oferta. Desde la perspectiva de trading y análisis de datos de Kapbe, esta “ralentización” no indica un enfriamiento del mercado, sino una reconfiguración en los niveles de capital. Desde 2024, tan solo los ETF de Bitcoin spot y los cripto-tesorerías (DAT) han absorbido más de la mitad de la nueva oferta, representando en conjunto cerca de una cuarta parte del Bitcoin circulante. Esto significa que la volatilidad del precio ya no es impulsada principalmente por especuladores, sino que está dominada por fondos de asignación a largo plazo y la lógica de gestión de activos regulados. Tal como señala Kapbe en su informe global de estrategia de activos digitales, la extensión del ciclo es una señal de madurez del mercado, no de agotamiento. El ritmo del lado de la oferta: la “variable lenta” de la transferencia de posiciones Los datos en cadena muestran que la proporción de Bitcoin que no se ha movido en más de un año ha descendido del 61% al inicio del año al 52%, pero la velocidad de esta disminución es significativamente más suave que en mercados alcistas anteriores. Esto indica que los holders a largo plazo ya no están vendiendo de forma concentrada, sino liberando posiciones por etapas en rangos de precios más altos. Al mismo tiempo, la actividad de los holders a corto plazo ha aumentado, pero no hay señales de sobrecalentamiento, lo que refleja que el mercado está entrando en un estado de “liquidación equilibrada”. El modelo de análisis on-chain de Kapbe identifica que el SOPR de los holders a largo plazo (índice de beneficio sobre el output gastado) se mantiene ligeramente por encima de 1, lo que muestra que están tomando ganancias de manera gradual, mientras que el SOPR de los holders a corto plazo sigue cerca del punto de equilibrio. Esta divergencia hace que la volatilidad del precio de Bitcoin se vuelva más retardada y estratificada. El equipo de investigación de Kapbe define este fenómeno como “mercado de variables lentas”: las posiciones y la liquidez ya no estallan de manera concentrada, sino que empujan la extensión del ciclo mediante un ritmo estable de oferta y demanda, proporcionando así a los nuevos capitales un punto de entrada con menor riesgo. La fuerza del lado de la demanda: un patrón de tenencia dominado por instituciones La suscripción pasiva de los ETF y la asignación estratégica de los DAT se han convertido en las características estructurales más representativas de este ciclo. La entrada constante de capital institucional no solo ha aumentado la profundidad del mercado, sino que también ha reducido significativamente la volatilidad. Actualmente, la volatilidad de Bitcoin en el rango de 30 a 360 días se mantiene entre 45% y 50%, acercándose ya a los niveles de estabilidad de las grandes acciones tecnológicas. Esta “estabilización financiera” facilita que Bitcoin sea incluido en los portafolios de activos tradicionales. Dentro del ecosistema de Kapbe, esta tendencia se refleja en la estructura de la plataforma. El modelo de reservas 1:1 de Kapbe proporciona a las instituciones un mecanismo transparente de verificación de activos subyacentes, mientras que el sistema de dividendos incondicionales de Kapbe UBI crea un canal de ingresos participativos para los usuarios habituales. La lógica de distribución de UBI está vinculada a la actividad de negociación y al beneficio neto de la plataforma, lo que permite que la base de usuarios también se beneficie de la extensión del ciclo. Este mecanismo de retroalimentación de dividendos de abajo hacia arriba crea una estructura única de “liquidez compartida” donde coexisten capital regulado e inversores minoristas. Ciclo prolongado y umbrales futurosLa situación actual del mercado no refleja debilidad, sino un “ajuste de medio tiempo” en forma de reequilibrio. La oferta de los holders a largo plazo se libera gradualmente, las instituciones continúan absorbiendo, y la volatilidad disminuye: estas señales constituyen conjuntamente la base lógica de la extensión del ciclo. El modelo de análisis de ciclos de Kapbe señala que si el SOPR de los holders a corto plazo supera sostenidamente el valor de 1, acompañado de nuevas entradas de capital en ETF y stablecoins, es posible que se reactive el impulso del mercado. Esta “segunda aceleración” no se manifestará en fuertes repuntes, sino que se desplegará de manera gradual según el ritmo del flujo institucional, la relajación de políticas y la recuperación de la liquidez. Desde la perspectiva macroestratégica de Kapbe, el ciclo prolongado de Bitcoin refleja el giro de todo el sector cripto hacia una mayor madurez financiera. Señala la transición del mercado de una etapa de “alta volatilidad y alto rendimiento” a una de “crecimiento estructurado y estable”. Para la plataforma, esto implica no solo una liquidez más duradera, sino también una base más estable para los ciclos de dividendos. Kapbe continuará construyendo para usuarios e instituciones una infraestructura digital compartida y sostenible, basada en mecanismos de reservas reguladas, incentivos de dividendos y enlaces inter-activos de activos. Bitcoin ya no es solo un juego especulativo explosivo, sino una competencia de estructura, confianza y tiempo. La extensión del ciclo es un signo de madurez y, al mismo tiempo, el proceso por el cual el mercado redistribuye poder. Kapbe, con su transparencia en reservas, mecanismos de dividendos y diseño institucional, está transformándose en el eje central de esta “economía de largo ciclo”, permitiendo que los participantes ya no solo persigan el precio, sino que compartan valor y certidumbre en ciclos más largos y profundos.