Droblo
06/07/25 03:06
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Datos macro de la economía española
El Consenso Económico y Empresarial de PwC estima un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 2,3% en 2025 y del 1,8% en 2026, al tiempo que descarta que, "de momento", la guerra arancelaria impacte de lleno en la economía española.Esta es una de las principales ideas que se desprenden del Consenso Económico y Empresarial de PwC, correspondiente al segundo trimestre de 2025, que elabora la firma desde 1999, a partir de la opinión de un panel de más de 450 expertos, empresarios y directivos.En el plano económico, el Consenso Económico y Empresarial de PwC refleja una visión moderadamente optimista. Aunque los expertos reconocen que la incertidumbre sigue siendo elevada, especialmente por la guerra arancelaria entre Europa y Estados Unidos y por el contexto geopolítico global, estos factores, de momento, tendrán un efecto limitado en la economía española.Un 70% de los encuestados prevé que el Producto Interior Bruto crecerá entre un 2,2% y un 2,6% en 2025, una mejora respecto a las previsiones de finales de 2024. Para 2026, el sentimiento mayoritario apunta a un crecimiento de entre el 1,7% y el 2%, cifras que, aunque más moderadas, siguen siendo relevantes en un contexto europeo de menor dinamismo.Así, la media de las opiniones de los expertos, empresarios y directivos sitúan el crecimiento de la economía en el 2,3% en 2025 y en el 1,8% en 2026.De acuerdo con el informe, el 75% de los participantes considera que la situación económica actual es buena, aunque un 59% cree que en el segundo trimestre de 2026 será peor. Esta percepción de desaceleración se explica por el fuerte crecimiento registrado en 2024, cuando el PIB aumentó un 3,2%, muy por encima de la media europea.FALTA DE MANO DE OBRAEn cuanto al mercado laboral, los expertos han coincidido en que la falta de mano de obra cualificada sigue siendo un problema estructural, agravado por una elevada tasa de paro, que en abril se situó en el 10,9%, la más alta de la Unión Europea.A pesar de este panorama, el 47% de los encuestados cree que la demanda de empleo se mantendrá estable en los próximos seis meses, frente a un 37% que anticipa una disminución.En cuanto al consumo, el 97% considera que la situación de las familias es buena o regular, y solo un 15% cree que empeorará en el próximo trimestre. En consecuencia, el 66% espera que la demanda de bienes de consumo se mantenga estable, mientras que un 44% anticipa un aumento en la demanda de vivienda.Las exportaciones, sin embargo, presentan un panorama algo más sombrío. Por primera vez en las tres últimas ediciones del Consenso, la mayoría de los encuestados, un 49%, considera que el trimestre es desfavorable para el comercio exterior, y un 64% cree que la situación se mantendrá igual hasta septiembre. "La incertidumbre sobre los aranceles con Estados Unidos pesa sobre las expectativas del sector exportador", se explica en el estudio.En el ámbito monetario, los expertos, empresarios y directivos prevén una moderación de los tipos de interés. El 66% cree que el Banco Central Europeo situará los tipos entre el 1,75% y el 2% en diciembre de 2025, y el 59% mantiene esa previsión para junio de 2026.La inflación, por su parte, se espera que se mantenga contenida: el 58% anticipa que se situará entre el 1,5% y el 2%, y un 38% la sitúa entre el 2% y el 2,5%.En cuanto a la evolución de los precios, el 72% de los empresarios y directivos prevé estabilidad, mientras que un 24% anticipa subidas, principalmente por el aumento de los costes salariales y otros costes operativos.REFORZAR EL PAPEL DE ESPAÑA EN LA UEPara los expertos, España debe desempeñar un papel más activo en la construcción de una Europa más integrada, tanto en el plano económico como en el político. El 73% de los encuestados considera que España debe impulsar una unión fiscal, apoyar la emisión de deuda conjunta permanente y promover la eliminación de los vetos en política exterior, lo que implicaría avanzar hacia una verdadera unión política. Solo un 5% se muestra contrario a estos avances por considerar que suponen una cesión inaceptable de soberanía.Por su parte, la práctica totalidad de los panelistas, un 98%, considera que la integración de España en la Unión Europea ha sido positiva. Los expertos destacan que el acceso al mercado único ha sido el principal motor de la transformación (51%), seguido por la fortaleza institucional (23%), que ha aportado estabilidad y disciplina económica, y por la llegada de fondos comunitarios (22%) que han modernizado infraestructuras y tejido productivo.La cesión de soberanía a Bruselas, lejos de ser vista como una pérdida, es valorada como una de las claves del éxito económico español. El 64% de los participantes está de acuerdo en que esta cesión ha sido necesaria y beneficiosa, y un 81% la considera positiva.En contraste, la principal crítica hacia la UE se centra en la burocracia, que para el 55% ha supuesto una mayor carga fiscal para los ciudadanos, aunque los datos muestran que la administración europea es una de las más eficientes del mundo en relación con su población.Los aspectos que más se han beneficiado de la integración europea, según más del 60% de los encuestados, han sido la capacidad exportadora, la modernización del tejido productivo y la integración de la industria española en las cadenas de suministro europeas. También se destaca el impacto positivo de la Política Agraria Común (72%), que ha contribuido al desarrollo del sector agrícola.En cuanto al papel que debe desempeñar España en el futuro de la Unión, el 55% de los expertos considera que debería ser más influyente, aunque reconocen que aún no cuenta con la capacidad suficiente para ello. Un 38% cree que España debería ser reconocida como un país líder dentro del bloque comunitario, una posición que no tiene todavía. En este contexto, el 95% opina que el país debe aprovechar su posición para liderar las relaciones entre Europa y Latinoamérica.Los principales retos que España debe afrontar en este nuevo escenario europeo son, según los participantes, el aumento de la productividad, la reducción del endeudamiento público, la sostenibilidad del sistema de pensiones, el envejecimiento de la población y la mejora del acceso a la vivienda.En cuanto a los sectores estratégicos para el futuro, se señala la industria, la inteligencia artificial, el turismo, la agricultura y, en menor medida, la defensa, como áreas prioritarias de desarrollo