Ha comentado en el artículo Deudocracia
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Unos breves comentarios con respecto a los expuestos por ti. No dejes de observar la manera cómo "sufren", no las instituciones financieras, sino el sector bancario:
- La jubilación del consejero delegado del principal banco del país ha sido por casi 86 millones de euros.
- El presidente de la misma institución, cerca de 25 millones.
- Seis consejeros ejecutivos del mismo banco cobrarán más de 250 millones de euros en pensiones.
- Mientras la élite de dicho banco que prácticamente se puso a la diestra del actual gobierno recomienda aumentar la edad de jubilación, la prejubilación para los consejeros ejecutivos es a partir de 50 años de edad
- Los sueldos de los consejeros delegados fluctúan entre 10 millones y 30 millones.
- El panorama en los otros bancos no es distinto.
¿De verdad, siguiendo tus palabras, crees que están pagando su parte?
Con respecto a la insolvencia familiar:
- Es evidente el fracaso de la Ley Concursal en España en lo que se refiere a personas físicas.
- En la tan "admirada" Alemania, se abre un expediente por insolvencia familiar cuando se considera que los deudores (personas físicas) han actuado de buena fe. Lo suelen llamar la "segunda oportunidad".
- Ni que decir que en Gran Bretaña y EEUU es práctica común la dación de pago en las hipotecas (es decir no estamos hablando de nada fuera de lo común). Y no estoy sugiriendo, la aplicación de la dación de pago automática a quien actuando como especulador, ha comprando un segundo, tercer, cuarto piso. Se habla simplemente de aplicar la dación de pago a la vivienda habitual de una familia. Nada del otro mundo, se aplica en "admirados" países desarrollados y también en países con vínculos culturales fuertes con España, sin ir más lejos, en México. En el derecho anglosajón también existe un asimilado a la "segunda oportunidad" de Alemania, le llaman "fresh start policy", tiene más o menos el mismo criterio.
Es cuestión de poner en la balanza los intereses de todos los sectores pero el Estado está en la obligación de proteger los intereses de los más débiles por mucha demagogia que les pueda sonar a algunos. A partir de ahí, buscar un equilibrio razonable pero sin prevalecer el capital en una situación de emergencia como la actual.