Ha comentado en el artículo La insoportable levedad del ser "austero"
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El gran baterista "Art Blakey" decía en una entrevista: "para tocar bien hay que aprender la armonía y luego olvidarla", queriendo referirse a que una vez interiorizada la técnica ya no hay que tenerla presente a la hora de interpretar, sino dejarse llevar por el alma y que el arte fluya sin cortapisas tecnicistas. Pues bien, no he tenido un solo alumno que no quisiera hacer suya la frase y saltarse el primer paso (aprender la armonía...), para dirigirse directamente al segundo (olvidarla), y así no tener que estudiar, pretendiendo tomar un atajo (generalmente inútil) para tocar bien.
Al parecer del atículo que enlazas quizá opines que debiéramos extraer la enseñanza de que nos liberemos de la cárcel de la ortografía y cada uno libremente, hoy o mañana, decidamos: "hoy es el día en el que atiendo la recomendación del maestro y empiezo a escribir como me de la gana".
Bueno, quizá sea posible, no digo que no. A mi personalmente no me parece buena idea si queremos que nuestros amigos consigan centrarse en lo que decimos y no en cómo lo decimos, pero cada uno es muy libre. Ya estamos efectivamente liberados de la ortografía en la palabra pronunciada, donde "nuestra be de burro y nuestra ve de vaca" suenan igual en nuestro idioma (a diferencia de otros), y puede que lleguemos a la supresión de una en favor de la otra, pero por decisión unilateral de cada uno de nosotros no creo que consiga el efecto deseado.
Obviamente es mi opinión, claro.
Y disculpa el inciso, draculkk, porque realmente tu artículo me ha gustado mucho.