Ha comentado en el artículo Caemos como moscas y nadie sabe por qué
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"Los virus no conocen fronteras".Los virus que generan zoonosis están limitados geográficamente, al principio, al hábitat, más o menos restringido, de sus hospedadores. Las especies de murciélagos que habitan en el sudeste asiático son distintos de los de otras partes de Asia y, por supuesto, de otras zonas del planeta. En concordancia con esto, los coronavirus que albergan son también diferentes y se restringen, más o menos, a su región, si bien los murciélagos son animales con una cierta capacidad migratoria. En Laos, especialmente en las zonas rurales, hay mercados de animales que incluyen a murciélagos capturados en el entorno, y se sabe que algunos de los sarbecovirus que portan son capaces de unirse al receptor ACE2 humano (Temmam, S., Vongphayloth, K., Baquero, E. et al. Bat coronaviruses related to SARS-CoV-2 and infectious for human cells. Nature 604, 330–336 (2022). https://doi.org/10.1038/s41586-022-04532-4.). En Laos también convergen las rutas del tráfico de pangolines capturados mucho más al sur (Indonesia y Malasia, sobre todo), que comparten ocasionalmente con los murciélagos los mismos mercados, y cuyos destinos principales son China y Vietnam. Es posible que los coronavirus de pangolines decomisados en Guandong así como el famoso RatG13 de Yunnan, que tanto dieron que hablar hace unos años como posibles ancestros del Sars-CoV-2, tan solo reflejaran recombinaciones de estos coronavirus del entorno de Laos con otros coronavirus. La ausencia de la secuencia de furina en los coronavirus de Laos puede ser la explicación de que estos virus hayan podido circular en la región por transmisión interhumana sin despertar alarmas, generando en la población, sobre todo en áreas rurales, cuadros leves o inaparentes, pero capaces de inducir una inmunidad cruzada que, tras la aparición de la pandemia, la protegió de desarrollar el Covid-19, al menos los primeros 18 meses. Saludos.