Es que pensar así es desolador: siguiendo esa lógica, no montaría en moto, no viajaría por si el avión se desploma, ni siquiera iría en bici porque no sería raro que un coche me lleve por delante. Por un lado está el riesgo, y por otro, la libertad. No es mi ideal de vida seguir ahorrando hasta el final de mis días por lo que pueda pasar, porque a mi juicio sería un absurdo descomunal, una tontería mayúscula. No tengo cargas. Necesito poco dinero para vivir. Tengo buena salud. Estoy en forma y me cuido. Si me pasa algo, si tengo alguna enfermedad... bueno, todos moriremos, ¿no? Para mi es una forma de vida demencial, absurda, vivir siempre en un mismo sitio, toda la vida, cerca de donde estar mi trabajo, sin moverme, sin libertad, esperando siempre unas vacaciones de 3 semanas que siempre resultan cortas porque te dejan entrever lo que es la vida más allá del obligado ritual de acudir al tajo 8 ó 10 horas diarias. Mi carácter, mi personalidad, me impulsan a dar el salto, a dejarlo todo, a dedicar el tiempo a leer, a escribir, a hacer surf por ejemplo, a conocer gente diferente, a vivir por todo el mundo según mi libre arbitrio, 5 meses en Portugal, otros 8 en centroamérica, 6 en Túnez y de vuelta a España a Canarias, por ejemplo. Quiero vivir así en lugar de esperar pusilánimemente una enfermedad, o la ruina. Siempre con cabeza, por supuesto, pero en la vida no tienes nunca NADA asegurado. Todo lo que has conseguido puede desaparecer en un momento de la forma más absurda. Y si me pasa algo inesperado, pues bye, bye, pero lo habré pasado bien. Perdón por tanta poesía. :)
Saludos.