
Por Ion Jauregui – Analista ActivTrades
UBS Group AG (Ticker AT: UBSG.CH), el mayor banco de Suiza, enfrenta una nueva sacudida. El Gobierno helvético ha propuesto exigirle 26.000 millones de dólares adicionales en capital regulatorio de máxima calidad, tras la histórica absorción de Credit Suisse. La reacción en bolsa no se hizo esperar generando ayer una jornada especialmente agitada: tras una breve subida, las acciones de UBS cayeron más de un 7 %, en su peor sesión en dos meses, justo cuando la entidad planeaba repartir dividendos el próximo año. A pesar de los buenos resultados y del anuncio de un dividendo de 3.000 millones de dólares en 2025, se podría descontar un impacto negativo en las recompras de acciones para los años siguientes 2026 y 2027. La banca global observa con atención.
Un nuevo escenario de “Tortazo regulatorio suizo”
El “tortazo regulatorio suizo” busca fortalecer el sistema financiero nacional, elevando el ratio CET1 hasta el 17 % y exigiendo que todas las filiales extranjeras estén plenamente capitalizadas. UBS ha calificado la propuesta como “extrema e innecesaria”, pero reconoce que el calendario para su implementación se extiende hasta al menos 2028. Aun así, el mercado teme que el coste regulatorio afecte directamente a los retornos para los accionistas.
Análisis fundamental: buenos resultados, pero bajo presión
El banco suizo cerró el primer trimestre de 2025 con 1.700 millones de dólares de beneficio neto, gracias al sólido desempeño de su unidad de gestión patrimonial captó 32.000 millones en nuevos activos, elevando su total bajo gestión a más de 6,2 billones de dólares en activos bajo gestión. El retorno sobre el capital CET1 se situó en un 11,3 %, aunque la cifra reportada oficialmente es de 9,6% siendo objeto de críticas por parte del regulador. Con expectativas de crecimiento del EPS de más del 25 % anual en los próximos cinco años.
Sin embargo, la presión para reforzar el capital amenaza con frenar las recompras de acciones y diluir la rentabilidad del banco a medio plazo, especialmente si el entorno económico se vuelve más restrictivo, ya que esta aparente fortaleza podría verse limitada si UBS se ve obligado a priorizar la retención de capital frente a las distribuciones a sus accionistas, como ya anticipa parte del mercado.
Análisis técnico: el gráfico habla soporte en peligro
Desde el anuncio de los nuevos requisitos, el gráfico de UBS muestra señales de debilidad. Tras alcanzar máximos anuales, la acción perdió fuerza y perforó soportes clave. La volatilidad aumentó significativamente, y aunque se mantiene dentro de un canal ascendente de largo plazo, los próximos días serán decisivos para confirmar si el retroceso es una corrección técnica o el inicio de una tendencia bajista.
Desde el punto de vista técnico, el desplome de esta semana ha situado a UBS en una zona crítica. El Soporte clave en mínimos de 20,01 francos suizos, y rango entre los 26,41 y los 28,79 francos suizos donde el precio parece haber encontrado cierta estabilidad. Por debajo, los 23,40 y los 21,87 actúan como niveles de contención adicionales en caso de nuevas caídas antes de retroceder nuevamente a mínimos. Solo un cierre sostenido al alza podría recuperar el sesgo alcista que parece haberse lateralizado. Observando los indicadores técnicos RSI se mantiene en zona neutral, sin señales de sobreventa. MACD ha perdido el sesgo alcista. El cruce de medias de sesgo alcista iniciado a mediados de mayo, actualmente tiene una confluencia poco clara en este momento que muestra un agotamiento de tendencia alcista y falta de fuerza. El desarrollo de la campana de precios nos muestra un posible punto positivo marcando el punto de control por encima del rango actual entorno a los 29,30 francos suizos. Si la continuación alcista se sigue desarrollando, aunque sea sin fuerza hasta la zona de precios indicada podría verse un rebote a la zona de cotización actual en 26,49 francos.
Conclusión
UBS afronta un momento delicado: la presión regulatoria suiza lanza un mensaje claro sobre la prudencia sistémica, pero también pone en duda la capacidad del banco de mantener su atractivo para los accionistas en el corto y medio plazo. Pese a contar con fundamentos sólidos y una posición de liderazgo global, el mercado observa con cautela. Técnicamente, la acción se encuentra en una encrucijada: un rebote desde soportes clave podría devolver el optimismo, pero una ruptura por debajo de los 25 CHF abriría la puerta a un escenario más sombrío.
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