
Antes, mantenerse informado sobre la economía nacional y global dependía de noticieros, revistas especializadas y periódicos, o bien, de cursar una carrera relacionada con el sector, lo que implicaba consultar bibliotecas especializadas siguiendo las indicaciones de los docentes para investigar un tema específico. Todo esto cambió con la posibilidad de acceder, con un simple clic, a datos económicos, análisis de mercado y tendencias globales.
Si bien este cambio puede parecer una oportunidad para que más personas mejoren su educación financiera o sus finanzas personales, también plantea un reto crucial: la dificultad de distinguir entre información valiosa y el positivismo tóxico que abunda en redes sociales, páginas web, videos y otros contenidos en línea.
Es innegable que las supuestas “ventajas” de este nuevo mundo digital han dado lugar a que cualquier persona, sin estudios ni especialización en finanzas, se autoproclame “experto ” o incluso “economista”. En muchos casos, estos individuos utilizan las plataformas digitales para promover estafas, mostrando un estilo de vida ostentoso, con joyas, autos de lujo y mansiones, que afirman haber obtenido gracias a sus supuestos “trucos” para mantener unas finanzas saludables. En realidad, detrás de estas imágenes suelen ocultarse esquemas Ponzi y promesas irreales que simplifican peligrosamente el mundo de la bolsa de valores, los bancos, los seguros, las hipotecas y los bienes raíces, ignorando las regulaciones y responsabilidades que estos implican.
Hoy en día, Internet es tanto un tesoro de información financiera como un campo minado de engaños. La clave está en mantener una postura crítica y verificar la confiabilidad de las fuentes consultadas. La educación financiera y la toma de decisiones bien fundamentadas resultan esenciales en un contexto en el que la verdad y la falsedad pueden confundirse con facilidad.
La tecnología brinda la oportunidad de aprender sobre finanzas, pero también expone a riesgos. Por ello, la educación y el sentido común se convierten en las mejores herramientas para diferenciar lo verdadero de lo falso en un entorno financiero que cambia de manera constante.
