Hace un par de días charlaba con un colega por teléfono. La inquietud de ver cómo en México la cantidad de desempleados se está disparando y los números que se prevén en referencia a la caída del PIB nos dejaba inquietos. Yo le decía:
- El presidente simplemente no quiere utilizar la emisión de deuda como un mecanismo de crecimiento.
Las crisis que acompañaron a México durante los 70´s, 80´s y 90´s estaban ligadas a niveles de sobre-endeudamiento que aniquilaron las finanzas públicas. ¿Qué es lo correcto en este entorno? ¿los gobiernos deben de endeudarse para acelerar la recuperación? ¿cómo se combina el endudamiento con la inflación?
¿Represión financiera?
La deuda de los gobiernos no se infla fácilmente. Además, el gasto público tiende a aumentar en línea con la inflación. Existe un paralelismo: los mercados de bonos pueden castigar a los gobiernos y la inflación rápida puede ayudarlos. La relación existente entre la deuda pública y el PIB es extraño que caiga en períodos de alta inflación. Es más, desde la década de los setentas, la disminución de la deuda casi siempre se ha producido con una inflación baja.
El gasto público tiene un fuerte vínculo con la inflación. Un caso de esto es el presupuesto de seguridad social de los Estados Unidos, o bien, porque los gobiernos son consumidores en el mercado y debe pagar precios más altos.
¿Cómo afecta a los inversionistas? Si los inversionistas en títulos de deuda tienen afectaciones por una inflación alta y que llega inesperadamente, es poco probable que se sientan contentos. Esto ya sucedió en el pasado y los inversionistas y en Estados Unidos exigieron un seguro contra futuros choques inflacionarios. Tenemos que esta prima de riesgo aumenta el costo real de los préstamos para el gobierno, el resultado es que dificulta la reducción de los índices de deuda con el tiempo.
Esto se vuelve algo parecido a una represión financiera, algo así como una forma de impuestos donde los ahorradores se ven obligados a mantener en posesión los bonos que adquirieron, lo cual se puede combinar con la inflación para reducir los índices de deuda. El otro lado de la moneda es que esa combinación es perjudicial para las empresas y puede amenazar el crecimiento.