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Hola. Les comparto este post que escribí hace años en otro blog. Coman rosca y no perdamos la ilusión que teníamos cuando éramos niños.


Las estrellas que vemos en el cielo durante las noches de enero y que conocemos como los Tres Reyes Magos, llevan por nombre científico Cinturón de Orión





Los Reyes Magos y la magia del ahorro.


 
 Solamente las podemos apreciar en esta parte del hemisferio durante el invierno.
 
Para muchos adultos que vemos durante estas fechas los cielos nocturnos, llegan recuerdos imborrables de nuestra infancia. Para los más pequeños son la fuente de inspiración para hacer la carta que el 6 de enero es recompensada en función al comportamiento que tuvieron durante el año.
 
Fue con este espíritu con el que casi todos aprendimos el concepto de la acción-reacción de nuestros actos. Si nos portábamos bien, Melchor, Gaspar y Baltazar nos recompensarían. Era simple. El año completo era un periodo de maduración para que nuestros actos se tradujeran en juguetes apilados mágicamente junto al árbol de Navidad. En este mismo tenor, el ahorro y la inversión disciplinada deben de ser una tarea primordial en nuestra vida.
 

¿Y tú qué vas a pedir?  
 
A lo largo de nuestra vida tendremos muchas contingencias y las circunstancias que nos involucrarán serán diversas, pero al final del ciclo de nuestra vida laboral tendremos la necesidad de contar con los recursos necesarios para poder vivir con la mayor holgura posible nuestra vejez.
 
Lamentablemente, no habrá ninguna fórmula mágica para que los Reyes de Oriente bajen desde los cielos a recompensarnos con una pensión (sin importar lo bien que nos hayamos portado). Quién haya hecho su tarea de ahorrar e invertir para su senectud, lo habrá tenido que hacer durante toda su vida. En este contexto, recuerdo que mi mamá me apuntaba que tenía que portarme bien todo el año para que los Reyes Magos me trajeran los juguetes tan inocentemente deseados.
 

Así las cosas
 
Quienes no se empeñen en buscar las mejores opciones para ahorrar e invertir durante su edad productiva, difícilmente se verán recompensados con los recursos que necesitarán para vivir dignamente la etapa final de su existencia. Pero no solo eso, también es necesario que esa inversión se realice de manera eficiente, aprovechando las oportunidades que se presentan en los mercados financieros para maximizar el rendimiento.
 
Mi carta de Reyes, incluye muchas cosas, pero una de ellas es que tenga la capacidad de ahorrar e invertir, este año y muchos más, la cantidad necesaria para que cada 6 de enero, y durante toda mi vida, nunca falte un regalo junto al árbol de Navidad.

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