AMLO quiere Banamex ¿Por qué el gobierno nunca será un buen empresario?

Hasta hace unos días el mandatario mexicano declaró sus intenciones de que su gobierno pudiese adquirir este banco comercial, todo esto ante la aparente negativa de Grupo México de adquirir Banamex. La sorpresa y críticas de los analistas económicos no se hicieron esperar, no es para menos cuando nos remontamos a la experiencia y evidencia empírica de escenarios similares.

No es difícil darse cuenta que esta idea no sigue una lógica económica y que muy posiblemente siga motivaciones caprichosas, con tintes ideológicos más allá de una idea bien planteada, que con sólo ver la realidad actual o echar un vistazo al pasado podemos ver las fallas, ineficiencias y escaza productividad de las empresas estatales.

Si vemos la actualidad con el banco del bienestar, donde hay falta de experiencia y logística, no hay suficientes sucursales o el caso de Pemex que reporta perdidas millonarias desde hace ya varios años, que hasta el día de hoy es la empresa petrolera más endeudada del mundo, según las calificadoras Moody’s y Fitch Ratings su deuda posee el grado de bonos basura.

La mayoría de nosotros en algún momento hemos tenido que hacer algún trámite burocrático y muchos coincidiremos que no ha sido una experiencia del todo agradable, esto se debe a que este tipo de empresas funcionan distinto a las empresas privadas donde el poder de los incentivos juega un rol muy importante, es lo que mueve a los empresarios o socios a generar eficiencia, productividad y riqueza.

En las empresas privadas se encuentra bien definido quien percibe las pérdidas y ganancias, donde el empresario buscará a toda costa la eficiencia y reducción de costos a como de lugar, en la empresa pública esto no es así, ya que no se tiene claro quien absorbería las perdidas, pero definitivamente es la población que contribuye al gasto público.

Una empresa privada si es improductiva, ineficiente o innecesaria, el mismo mercado se encarga de que esta desaparezca, ningún prudente empresario podría resistir perdidas por mucho tiempo, sin embargo, con las empresas estatales esto no es así, pueden vivir por muchos años con perdidas y todos los males anteriormente mencionados, todo esto con el respaldo del Estado (Pemex entra en este ejemplo).

Si observamos otros casos en el mundo podemos ver el de Venezuela, el cual posee la mayor cantidad reservas internacionales de petróleo del planeta y aun así al tener una empresa estatal al control de todos estos recursos, es el arquetipo perfecto donde la empresa se vuelve un mecanismo político del gobierno que casi nunca funciona bien.

Ahora que si volteamos al pasado en México podemos ver que antes de 1982 teníamos alrededor de 1200 empresas estatales (incluso hasta un cabaret) muchas de ellas en números rojos, con grandes ineficiencias, poca productividad, con productos y servicios que el mercado no requería o demandaba. Después no sólo México sino el mundo opto por un cambio, dejando la decisión de cómo y qué producir, en manos de privados como la lógica económica lo dicta. 

Parece que el rumbo del comprador final de Banamex será mediante una Oferta Pública Inicial ya sea en la BMV o en la moderna Bolsa Institucional de Valores (BIVA) dejando a privados la adquisición de acciones de este banco comercial. El sentido común no miente, como bien se dice el argot económico: