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Blog El camino del aprendizaje financiero
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¿Un barco hundiéndose se puede salvar? Una historia sobre la economía venezolana

La mayoría del mundo sabe o se ha enterado por algún medio, de la situación que se vive en Venezuela actualmente, sus circunstancias políticas, sociales y económicas; han dado pie a la terrible situación que viven actualmente, con niveles de inflación impresionantes (El FMI estima que llegara al 1,000,000% acumulada total a finales de año al momento de escribir este artículo) y condiciones de vida muy duras para el pueblo venezolano. Por lo que muchos se preguntan: ¿Es posible sacar de esta situación tan extrema al país? o ¿Por lo menos mejorar la situación económica del país?

"Nos aseguraremos de que Venezuela no será testigo del levantamiento de otro Pinochet y lo haremos de la  forma democrática" - Nicolas Maduro

 

 

Venezuela alguna vez llegó a estar en el estatus del continente más rico en América Latina, tiene las mayores reservas de petróleo en el mundo, su gobierno democrático era elogiado en el mundo en la década de los 70’s. Pero ahora su economía se encuentra hechas trizas. Con una de las inflaciones más altas en el mundo. Haciendo hasta los productos de canasta básica y consumo regular, inaccesibles para la mayoría de la población por sus altos precios. Con un producto interno bruto en caída libre de un 35% de 2014 a 2017, es decir, una pérdida de unos $200 billones de dólares. Una caída más fuerte qué la gran depresión qué ataco a Estados Unidos en los años 20`s.

 

¿Cómo llegaron a esto?

La historia de cómo el país pasó de la estabilidad relativa a la hiperinflación implica más que economía; es una historia de corrupción, disturbios sociales, política desinteresada, fijación de precios y un “burst” de los precios en los productos y commodities. Hugo Chávez era una figura carismática y más popular; a diferencia de Maduro actualmente. En los 90’s sus ideales populistas lograron alcanzar los rincones del país, lo que eventualmente lo elevó al poder. Su agenda fue interrumpida por una huelga laboral de 2003 en PDVSA, la compañía petrolera paraestatal. La huelga afectó gravemente a la producción de petróleo y paralizó la economía, y el PIB cayó un 27% durante los primeros cuatro meses de 2003. Después de la huelga, Chávez instituyó una serie de medidas para detener el declive del Bolívar, la moneda venezolana. La introducción de una paridad monetaria, la instalación de controles de importación y la nacionalización de otras industrias. Estas acciones sembraron las semillas para la futura crisis inflacionaria. El momento clave de su mandato se dio en 2004, cuando los precios del petróleo se alzaron de manera exponencial. La economía venezolana dependiente del petróleo vio un boom. Chavéz empezó a invertir todos esos billones en excedente, en programas de asistencia social, gasto público, seguridad social, programas de educación, subsidios alimentarios, etc. Logrando reducir la pobreza en el país a la mitad. Al mantener a la población feliz logró consolidar su poder y ser reelegido. 

Pero esto no fue tan bueno a nivel económico, al no hacer una transición de la dependencia económica al petróleo (95% de los ingresos del gobierno dependen de el de acuerdo con BBC) a fuentes de ingresos alternativas y al generar un déficit de crecimiento (-22%) con todo ese gasto público. Todos estos programas sociales se volverían insostenibles cuando cayeran los precios del petróleo.  Cuando Chávez falleció y Maduro llegó al poder paso exactamente eso en 2014. Precisamente la riqueza de Venezuela en petróleo fue la causa de su hiperinflación, nunca se molestaron en producir otros bienes o servicios, como el petróleo se compra y vende en dólares, hace que Venezuela importe la mayoría de los productos que necesita comprándolos con dólares. Cuando cayeron los precios del petróleo causo un déficit en las reservas de la moneda extranjera, haciendo más difícil circular la moneda extranjera y por lo tanto generando desabasto de todos los productos que importa, al haber escasez de productos y materias primas para elaborarlos, los precios empezaron a incrementar exponencialmente. A esto se le suma la no muy acertada decisión del gobierno de imprimir dinero de forma desmesurada y subir el salario mínimo continuamente para tratar de apaciguar al pueblo, la morosidad del gobierno de pagar sus deudas a inversionistas, las sanciones internacionales aplicadas al comercio y tenemos como resultado más gasolina al fuego.

 

Rayos de esperanza

Una hiperinflación se diferencia de la inflación normal cuando las tasas de inflación son mayores de 50% por mes y persisten por más de 30 días consecutivos. En el caso de Venezuela es del 150% al mes en promedio, el gobierno recientemente implementó quitarle cinco ceros al bolívar (¿suena conocido no?) pero esto no soluciona el problema si no se atacan o controlan las causas bases de la inflación. Por lo qué no es tan fácil darle solución, pero tampoco es imposible; en el mundo hay diversos casos a lo largo de la historia donde países lograron salir de espirales hiperinflacionarios: Hungría 1946, Zimbabue 2008, Yugoslavia 1994, Alemania 1923, Grecia 1944, etc. Entonces Venezuela aún tiene algunas opciones posibles y su futuro se puede ver más brillante en cuanto a esta crisis:

 

  • Dolarización: El arma segura es el dólar estadounidense. Maduro podría reemplazar el Bolívar con el dólar. Los venezolanos convertirían toda su moneda nacional con poco poder adquisitivo, la cual sería destruida; por dólares de la reserva restante del gobierno al tipo de cambio aproximado al de hoy del dolar. Eso terminaría acaparando y restaurando incentivos para ahorrar e invertir en el país. La dolarización da credibilidad y restablece la confianza de los inversionistas extranjeros. Pero esto no es tan viable ya qué Venezuela y E.U. no tienen la relación más amigable del mundo. Por no decir qué sería cambiar la moneda con el nombre del libertador por la del peor enemigo de Venezuela. Además, la dolarización quita la flexibilidad económica al ceder control de la política monetaria a factores externos que afecten el dólar.

 

  • Caja de conversión: Una junta monetaria emite títulos de deuda y moneda local a una moneda extranjera llamada “ancla”, a un tipo de cambio fijo. Como reserva, posee bonos de bajo riesgo y con intereses denominados en la divisa ancla. Los niveles de reserva están establecidos por ley y son iguales a 100%, o ligeramente más, de sus pasivos monetarios (es decir respaldan completamente la moneda y los títulos de deuda). Una caja cambiaria genera beneficios de la diferencia entre el interés que gana en sus activos de reserva y el gasto de mantener sus obligaciones. La única función de una caja cambiaria es intercambiar la moneda nacional que emite para una divisa de ancla a una tasa fija. En consecuencia, la cantidad de moneda nacional en circulación está determinada únicamente por las fuerzas del mercado. Una caja cambiaria impone una limitación y una disciplina presupuestarias duras a la economía. No requiere condiciones previas para la reforma monetaria y se puede instalar rápidamente. Las finanzas del gobierno, las empresas estatales y el comercio no tienen que ser ya reformadas para que se comience a emitir moneda. Los países que han implementado cajas cambiarias han mantenido la convertibilidad de la moneda y han entregado tasas de inflación más bajas, déficits fiscales más pequeños, niveles de deuda más bajos en relación con el PIB, menos crisis bancarias y tasas de crecimiento reales más altas que los países comparables que han empleado bancos centrales.

 

Estas dos son las soluciones más viables, pero el problema de Venezuela como dije antes va más allá de lo económico; requiere un cambio político/social, y eso es un reto bastante fuerte. Pero no todo está perdido, solo se requiere de un verdadero cambio y las cosas para Venezuela podrían mejorar a la larga, aún les quedan muchos retos por afrontar, pero como dice una famosa frase: “Un pueblo unido jamás será vencido”.

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