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La Secretaria de Hacienda y Crédito Público, través de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, otorga autorización para operar en México a las “instituciones calificadoras de valores” (ICVs) la cuales son: Fitch México, S&P Global Ratings, Moody´s de México, HR Ratings de México, Verum, DBRS y AM Best, en el marco de la Ley del Mercado de Valores, la Ley General de Sociedades Mercantiles y de las Disposiciones en la materia.

Las tres principales agencias calificadoras que existen en el mundo son: Moody’s, Standard & Poor’s, y Fitch Ratings que de acuerdo con INEGI dominan cerca del 95% del mercado; las dos primeras tienen el 40% cada una de ese pastel y Fitch controla el 15%. además de HR Ratings que es una agencia mexicana altamente reconocida.

¿Qué es una calificadora de riesgo y cuál es su función en el mercado?

De acuerdo con la CNBV Dan servicios sobre análisis, evaluación y dictaminación de la calidad crediticia de una entidad (un gobierno o una empresa) o una emisión financiera. Su función es informar al mercado sobre los riesgos reales que enfrentan los inversionistas. Al calificar, las agencias dan una idea de la capacidad estructural y del entorno del emisor para enfrentar sus compromisos de pago.

Las calificaciones no son recomendaciones de compra o venta, su intención es dar a los inversionistas y participantes del mercado de información relacionada con el riesgo crediticio de los emisores.

¿Qué es una calificación?

Una calificación es una opinión profesional, especializada e independiente acerca de la capacidad de pago de una empresa y de la estimación razonable sobre la probabilidad de que el calificado cumpla con sus obligaciones contractuales o legales, sobre el impacto de los riesgos que está asumiendo el calificado, o sobre la habilidad para administrar inversiones o portafolios de terceros, según sea el caso.

¿Qué calificaciones existen?

Aunque cada calificadora tiene su propia escala, los niveles otorgados se agrupan en: AAA, AA, A, BBB, B, CCC, CC, C, D, de acuerdo a la CNBV.

La calificación AAA corresponde a un gobierno o emisor con una capacidad extremadamente fuerte de cumplir sus compromisos financieros y una virtual ausencia de riesgos. Las calificaciones entre Baa3/BBB- y Ba1/BB+, que marcan una separación entre los grados de inversión y de especulación y las D indican default o que los emisores no son capaces de pagar.

Además de la calificación, las agencias otorgan una perspectiva dividida en tres categorías; Negativa. Adelanta la posibilidad de reducir la calificación o un cambio a la baja; Estable. Significa que la agencia no tiene intención alguna de reconsiderar la calificación y; Positiva. Que estudia la posibilidad de mejorar la nota.

 

¿Quién usa las calificaciones crediticias?

Inversionistas: utilizan calificaciones crediticias como un elemento adicional para evaluar el riesgo crediticio y comparar diferentes emisores y emisiones de deuda al tomar sus decisiones de inversión y administrar sus carteras.

Los inversionistas institucionales, incluyendo fondos de inversión, fondos de pensión, bancos y aseguradoras, a menudo utilizan las calificaciones crediticias para complementar sus propios análisis crediticios de emisiones de deuda.

Intermediarios: La banca de inversión ayuda a facilitar el flujo del capital de inversionistas a emisores. Los banqueros pueden utilizar las calificaciones crediticias para comparar el riesgo crediticio relativo de diferentes emisiones de deuda, así como para establecer el precio inicial de las emisiones de deuda que estructuran y contribuir en la determinación de la tasa de interés que estas paguen.

Emisores: incluyendo empresas, instituciones financieras, gobiernos nacionales, estados, ciudades y municipios, usan las calificaciones crediticias para ofrecer opiniones independientes sobre su calidad crediticia y la de sus emisiones de deuda.

Empresas e instituciones financieras: especialmente las que participan en transacciones con exposición al crédito, pueden utilizar las calificaciones crediticias para evaluar el riesgo de contraparte, que es el riego potencial de que una de las partes en un acuerdo o contrato de préstamo no cumpla con sus obligaciones.

Por ejemplo, al decidir sobre si prestar dinero a una organización específica o al seleccionar una empresa que garantizará el repago de una emisión de deuda en caso de incumplimiento, una compañía podría querer considerar el riesgo de contraparte.

Metodologías de Instituciones para la calificación de un bono corporativo y un bono gubernamental

Metodología para calificación de un Bono Gubernamental

Standard & Poor’s

Metodología de Calificaciones Soberanas

Se define soberano a un Estado que administra su propio gobierno, y que no está sujeto ni depende de otro soberano para todas o la mayoría de sus prerrogativas. Una de las prerrogativas más importantes de un soberano, es el derecho a determinar la moneda que usa, así como el marco político y fiscal en el que opera.

Las calificaciones soberanas corresponden a la capacidad y voluntad de un soberano de cumplir sus obligaciones financieras con acreedores comerciales.

El análisis crediticio soberano que realiza tiene cinco evaluaciones: institucional, económica, externa, fiscal y monetaria.

La evaluación institucional refleja la opinión sobre la manera en que las instituciones de gobierno y formulación de sus políticas afectan sus fundamentales crediticios mediante la entrega de finanzas públicas sostenibles, promoviendo crecimiento económico balanceado y respondiendo a shocks económicos o políticos. También refleja la opinión sobre la transparencia y confiabilidad de la información, procesos e instituciones; sobre la cultura de repago de deuda de un soberano; y sus riesgos potenciales externos y de seguridad interna.

La evaluación económica incorpora: el nivel de ingresos del país medido en base a su PIB per cápita, expectativas de crecimiento, diversidad económica y volatilidad.

La evaluación externa, se refiere a las transacciones y a la posición de todos los residentes (entidades de los sectores público y privado) frente al resto del mundo. Se refiere a; el estatus sobre el uso de la moneda de un soberano en transacciones internacionales; la liquidez externa del país (generación de divisas necesarias para cumplir con sus obligaciones de los sectores público y privado con los no residentes); y posición externa del país, que muestra los activos y pasivos de los residentes (en moneda extranjera y local).

La evaluación fiscal refleja nuestra opinión sobre la sustentabilidad de los déficits y el nivel de deuda de un soberano. Este indicador considera la flexibilidad fiscal, las tendencias y vulnerabilidades fiscales de largo plazo, la estructura de la deuda y el acceso al financiamiento, así como los riesgos potenciales derivados de los pasivos contingentes. El análisis se divide en dos segmentos, “flexibilidad y desempeño fiscal” y “nivel de deuda”.

La evaluación monetaria considera la capacidad de las autoridades monetarias de un soberano para cumplir su mandato, al mismo tiempo que sostiene una economía balanceada y mitiga el impacto de grandes shocks económicos o financieros. El análisis se basa en; el régimen de tipo de cambio, que influye en la capacidad del soberano para coordinar la política monetaria con la fiscal y; la credibilidad de la política monetaria, medida, por las tendencias de la inflación y el impacto sobre la economía real de los mecanismos monetarios orientados al mercado.

¿Cómo se califica?

Cada uno de los cinco factores clave mencionados arriba se evalúan en una escala numérica de seis niveles que va de ‘1’ (el más fuerte) a ‘6’ (el más débil).

De las evaluaciones institucional y económica se obtiene el perfil económico e institucional que refleja la opinión respecto a la resiliencia de la economía de un país, la fortaleza y estabilidad de sus instituciones civiles, y la efectividad en la formulación de sus políticas. 

Y de las evaluaciones externa, fiscal y monetaria se obtiene el perfil de flexibilidad y desempeño que refleja la opinión respecto a la sustentabilidad del balance fiscal y nivel de deuda de un gobierno, en el contexto de la posición externa del país.

Se utilizan ambos perfiles para determinar un “nivel de calificación indicativa” ya que se tiene una matriz de calificaciones desde la AAA hasta D.

Significado de calificaciones:

En Grado de Inversión se tienen las siguientes calificaciones:

  • AAA: Capacidad extremadamente fuerte de cumplir con sus obligaciones financieras. La calificación más alta
  • AA: Capacidad muy fuerte de cumplir con sus obligaciones ­financieras
  • A: Capacidad fuerte de cumplir con sus obligaciones ­financieras, pero algo susceptible a condiciones económicas adversas y a cambios en las circunstancias
  • BBB: Capacidad adecuada para cumplir con sus obligaciones ­financieras, pero más sujeto a condiciones económicas adversas
  • BBB-: Considerada la califi­cación menor dentro del grado de inversión por los participantes del mercado.

Y en Grado Especulativo se tiene:

  • BB+: Considerada la califi­cación más alta en el área de grado especulativo por los participantes del mercado
  • BB: Menos vulnerable en el corto plazo, pero enfrenta una gran incertidumbre ante condiciones económicas, fi­nancieras y del negocio que sean adversas
  • B: Más vulnerable a condiciones económicas, ­financieras y del negocio adversas, pero actualmente tiene capacidad para cumplir con sus obligaciones ­financieras
  • CCC: Actualmente vulnerable y dependiente de condiciones económicas, ­financieras y del negocio favorables, para cumplir con sus obligaciones ­financieras
  • CC: Altamente vulnerable; no se ha presentado incumplimiento, pero se espera que sea una virtual certeza.
  • C: Actualmente altamente vulnerable de impago y se espera que la recuperación final sea menor que la de obligaciones con cali­ficaciones más altas
  • D: Incumplimiento de pago de obligaciones ­financieras o violación de una promesa imputada; también se usa cuando se ha presentado una petición de bancarrota o se ha tomado una acción similar

Moody’s

Metodología de Calificaciones Soberanas

Las calificaciones son asignadas basadas en la solidez financiera intrínseca del gobierno (BCA, del inglés Baseline Credit Assessment).

Las metodologías que rigen los créditos fundamentales generalmente incorporan un perfil descriptivo (scorecard). Un scorecard es una herramienta de referencia que explica los factores que son generalmente más importantes en la asignación de las calificaciones.

Un scorecard es un resumen y no contiene todas las consideraciones de calificación. Las ponderaciones indicadas para cada factor y subfactor en del scorecard representan una aproximación de su importancia típica para las decisiones de calificación, pero la importancia real de cada factor puede variar significativamente según las circunstancias del emisor y del entorno en el que opera.

La evaluación del BCA constituye una opinión sobre la fortaleza intrínseca de los emisores. Los factores que toma en cuenta para otorgar una calificación de acuerdo al orden de importancia son:

  • Producto Interno Bruto
  • Deuda Publica a Corto Plazo
  • Posición y políticas financieras
  • Antecedentes económicos
  • Flexibilidad y desempeño fiscales y presupuestario
  • Deuda a Largo Plazo
  • Riesgo crediticio y de mercado
  • Análisis de calidad de los activos
  • Factores soberanos como tipo de gobierno, capacidad constitucional y relaciones internacionales)
  • Sistemas administrativos
  • Información de gobiernos Estatales, Municipales, Regionales y Locales
  • Relaciones Intergubernamentales
  • Estructura Económica y perspectivas de crecimiento

Significado de calificaciones:

  • Aaa: Las obligaciones con calificación Aaa se consideran de la más alta calidad y están sujetas al riesgo crediticio mínimo.
  • Aa: Las obligaciones con calificación Aa se consideran de alta calidad y están sujetas a un riesgo crediticio muy bajo
  • A: Las obligaciones con calificación A se consideran de grado intermedio-alto y están sujetas a un riesgo crediticio bajo.
  • Baa: Las obligaciones con calificación Baa se consideran de grado intermedio y están sujetas a un riesgo crediticio moderado, por lo que pueden presentar ciertas características especulativas.
  • Ba: Las obligaciones con calificación Ba se consideran especulativas y están sujetas a un riesgo crediticio considerable.
  • B: Las obligaciones con calificación B se consideran especulativas y están sujetas a un riesgo crediticio alto.
  • Caa: a Las obligaciones con calificación Caa se consideran especulativas con mala reputación y están sujetas a un riesgo crediticio muy alto.
  • Ca: Las obligaciones con calificación Ca son altamente especulativas y es probable que estén en incumplimiento o que estén a punto de estarlo, con cierta perspectiva de recuperación de capital e intereses.
  • C: Las obligaciones con calificación C presentan la calificación más baja y suelen estar en incumplimiento, con poca perspectiva de recuperación de capital e intereses.

Metodología de Calificación de un bono corporativo

Standard & Poor’s

Los estados financieros y datos de una entidad son información fundamental para el análisis de flujo de efectivo/apalancamiento y posición competitiva y esta institución ocupa los siguientes estudios para determinar el grado de riesgo de un Bono corporativo:

  • Capital: Deuda más capital.
  • Capitalización: Capital menos intangibles que rebasan 10% de los activos ajustados totales.
  • Intereses pagados en efectivo: El interés pagado en efectivo es el monto reportado en el estado de los flujos de efectivo ajustados por intereses capitalizados, pagos de cupón sobre instrumentos híbridos cuasi-deuda, y cualquier interés en efectivo imputado relacionado con arrendamiento para las empresas en las que los pagos de arrendamiento se caracterizan como gastos operativos.
  • Flujo de efectivo de las operaciones (CFO, por sus siglas en inglés): También nos referimos al CFO como flujo de efectivo operativo. Este indicador toma los flujos de efectivo de las actividades operativas (opuesto a las actividades de inversión y de financiamiento), e incluye todos los intereses en efectivo recibidos y pagados, dividendos recibido Impuestos pagados en efectivo.
  • Impuesto sobre la renta reembolsados e impuestos pagados en el período.
  • Flujo de efectivo discrecional (DCF, por sus siglas en inglés): Flujo de efectivo libre operativo (FOCF, por sus siglas en inglés) menos dividendos en efectivo pagados sobre acciones comunes y preferentes, menos recompras de acciones
  • Deuda: Deuda financiera incluyendo financiamientos bancarios, préstamos e instrumentos de deuda en el mercado de capitales.
  • Dividendos pagados: Dividendos a accionistas comunes y preferentes y a accionistas minoritarios de subsidiarias consolidadas.
  • EBIT: Ingresos menos gastos operativos. Posteriormente incluimos ingresos financieros, la participación de la empresa en las ganancias de capital de asociadas y alianzas estratégicas (joint ventures), y otros renglones recurrentes, no operativos.
  • EBITDA: Ingresos menos gastos operativos (excluyendo depreciación, amortización y deterioro de activos no corrientes y reversiones por deterioro). Incluimos los dividendos en efectivo recibidos de inversiones contabilizadas bajo el método de participación, y excluimos la participación de la compañía de las utilidades de las empresas en las que participa. También excluimos los gastos de compensación basados en acciones, pagaderos en acciones.
  • Patrimonio: Capital común, intereses minoritarios, y otras formas de financiamiento no de deuda.
  • Fondos operativos (FFO, por sus siglas en inglés): EBITDA, menos intereses pagados en efectivo menos impuestos pagados en efectivo.
  • Flujo de efectivo libre operativo (FOCF, por sus siglas en inglés): CFO menos gastos de capital.
  • Intereses: Esta es la cifra de gastos por intereses reportados, incluyendo intereses no pagados en efectivo de instrumentos de deuda convencionales (por ejemplo, pagos en especie, cupón cero y deuda vinculada a la inflación) menos cualesquiera ingresos por intereses derivados de activos vinculados estructuralmente a un instrumento de deuda.
  • Ingresos: Ventas totales y otros ingresos provenientes de las actividades operativas.

 

Moody’s

  • Factores cualitativos: sector(es) de la industria; mercados clave; posición(es) en el mercado; mezcla de actividades comerciales; diversidad geográfica; estrategia comercial; tamaño de la compañía; barreras para el ingreso; ventajas competitivas; oportunidades de crecimiento; política financiera; calidad de administración; gestión de riesgo; estructura de capital y consideraciones estructurales; análisis de liquidez y vencimiento de deudas; análisis de rasgos sobresalientes de seguridad; estructura legal; consideraciones de titularidad; dirección corporativa; y entorno de regulación.

 

  • Factores cuantitativos: nivel de ventas; tasas de crecimiento; índices de rentabilidad; índices de apalancamiento; índices de cobertura; índices de capitalización; flujo de efectivo libre e índices de flujo de efectivo; índices de liquidez; proporciones de indicadores claves específicos de la industria; ajustes no incluidos en el balance; indicadores de administración de capital de trabajo; niveles de gasto de capital (tanto por mantenimiento como por desarrollo); ítems extraordinarios / excepcionales; y flujos financieros, incluyendo dividendos, exposición a divisas y efectos contables.

 

La Tasa de rendimiento en función de la Calificación del Bono

La tasa rendimiento del Bono está en función de la calificación que le fue emitida por la institución, es decir, si la institución calificadora de valores le otorga un D (default) quiere decir que el Bono tiene un alto riesgo de impago o liquidez. Por ende, la emisora tendrá que pagar una tasa más alta para atraer al público inversionista.

Por otra parte, si se le otorga una calificación AAA el Bono tiene un sólido respaldo de liquidez, bajo niveles de riesgo, Estados Financieros sanos, coberturas, apalancamiento, entre otros, la Tasa de rendimiento es más baja.  Esto se considera un tema importante para que un inversionista tome la decisión de adquirir un bono ya sea corporativo o gubernamental.

 

A&G 

 

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