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Voy iniciando en el trading, ¿cuánto debo invertir?

Voy iniciando en el trading, ¿cuánto debo invertir?

 
Cuando iniciamos en el trading, y en las inversiones en general, una pregunta importante que sale al tema es: “¿cuánto dinero necesito para realizar esa inversión?”

La respuesta puede variar y dependerá del momento de nuestras vidas en la que nos encontremos y la “necesidad” de tener dinero que tengamos. En este blog ya hemos dado dos tips importantes que nos ayudarán a tomar mejores decisiones para invertir; platicamos el camino que debes de tomar para tener decisiones asertivas, que es una guía detallada de los pasos que debemos de evaluar antes de realizar una inversión, y hasta se discutió el dilema de “no tengo dinero” para invertir, donde abordamos la importancia de tener prioridades, los invito a leerlos y compartir su experiencia.

Ahora vamos a abordar una cuestión muy importante para nuestro bolsillo, ¿qué cantidad de dinero necesito para realizar esta inversión? La respuesta a esta pregunta nos da como preámbulo tres cuestiones:

  • El conocimiento que tenemos acerca del producto o servicio que vamos a invertir.
  • La disponibilidad de capital que tengo, y
  • Mi tolerancia a la pérdida.


Conocer los puntos anteriores nos prepara como inversionistas y determina qué tanto capital podremos permitirnos usar en dicha inversión.

Como mencioné anteriormente, el primer punto es el conocimiento del producto o del servicio. Es necesario conocer lo que ofrece el mercado de las inversiones, por lo cual nuestro deber y responsabilidad es averiguar todos los pormenores y determinar si la inversión es adecuada para nosotros, pero esta investigación no solo radica en el exterior, para determinar si el producto es o no para nosotros, también debemos de conocernos como inversionistas y verificar si nuestro perfil y proyecciones se alinean con la oferta. Los otros dos puntos nos ayudarán a descubrirlo.  


Conoce el producto o servicio.


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Iniciamos con la parte externa: lo que ofrece el mercado, por ello debemos de conocer el producto o servicio en el que pensamos invertir. Si hablamos de trading, la primera pregunta sería: 

¿Qué es el trading?


El trading es comercializar, así que cada vez que compramos y vendemos algo, estamos comercializando, estamos haciendo trading. Este término se ha usado más para referirse al comercio de instrumentos financieros, lo cual nos lleva a otra pregunta: ¿Qué es un instrumento financiero? De acuerdo con las Normas Internacionales de Información Financiera, NIIF:

“Son contratos que crean un activo financiero para una de las partes y un pasivo o capital para otra.

En resumen, se podría decir que le dan al comprador el derecho de transformar el contrato que adquirió -por parte del vendedor- en dinero líquido. Por eso es que entre los activos financieros encontramos: acciones, bonos del tesoro, deuda (pública o privada) o futuros. Puede ser que -al principio- suene redundante, pero no es así, solo hay que entender las reglas del juego. Entonces, cuando hacemos trading, ¿estamos cambiando ese contrato o contratos en dinero líquido? Muchas veces al hacer este cambio podemos, o no, tener ganancias. Pero antes de pensar en ganancias o pérdidas, es importante conocer el riesgo que asumimos al adquirir ese contrato porque es lo que viene implícito al ser tenedor (poseedor) de dicho activo.


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Por ejemplo, adquirimos varios contratos de una empresa importante del sector tecnológico y dependiendo del volumen de contratos que hayamos adquirido, seremos dueños proporcionales, es decir, entre más contratos adquiramos, más dueños seremos (por explicarlo de una manera muy simplificada). Cuando adquirimos dicha cantidad de contratos, hay riesgo/ganancia implícitos porque estos contratos representan el valor de la empresa. Consideremos lo siguiente: si las cosas andan bien para la empresa a la que le compramos dichos contratos y tiene buenos resultados como lo son: el incremento de las ventas, disminución de costos, si el consumidor acepta los productos o servicios, entonces pudiéramos decir que el valor de esa empresa es sólido y se va posicionando cada vez más en el mercado, por lo tanto, el precio de sus acciones también; en este punto tendríamos la ganancia proyectada si fuéramos a "vender" los contratos. En ese mismo ejemplo, pero con un escenario contrario: disminuyen las ventas, incrementa la deuda, aumentan los costos y el público no acepta el producto o servicio, entonces el valor disminuirá, por un mal manejo en la administración, ahora la empresa es insolvente y se declara en quiebra por lo que el precio de sus contratos ya no valdrá nada, ese es el riesgo que se asume al adquirir algún instrumento financiero. 

Cuando comercializamos, adquirimos el riesgo que viene implícito en el producto o servicio que vamos a comprar o vender".

Y eso sucede en cualquier comercio. Debemos de tener presente la percepción que tiene el mercado; por ejemplo, debido a la alta demanda queremos vender cubrebocas, compramos una gran cantidad,  la demanda disminuye, se nos queda inventario en el almacén, ya no vendemos y terminamos por rematar el producto para recuperar aunque sea algo de la inversión.
 
Siempre que queramos comercializar debemos de estar atentos a la aceptación que tiene el producto o servicio en el mercado. 

Estas dos cuestiones, el valor de la empresa y la percepción del mercado, son fundamentales a la hora de hacer trading, por eso es que en cualquier momento el precio se puede disparar o caer. Muchas personas inician en el trading sin el conocimiento del porqué se mueven las acciones. El éxito en esta inversión estará determinado por el grado de conocimiento que lleguemos a desarrollar.


Disponibilidad del Capital.


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Es importante determinar el momento en el que nos encontramos hablando económicamente, puede ser que tengamos dinero para invertir, pero no lo tengamos líquido, o puede ser que sí lo tengamos, y nuestros compromisos, por el momento, nos impiden realizar una inversión. O simplemente no contamos con el recurso.

Por ello debemos de tener cuidado con los oportunistas que van a querer vendernos la idea del millón, que si no invertimos en este momento nos arrepentiremos por el resto de la vida, nos pondrán múltiples escenarios como: acciones en Amazon o de Nvidia antes de la pandemia; Bitcoins en el 2012 donde la premisa sería que actualmente ya seríamos millonarios. Todo esto es cierto, si vemos de atrás hacia adelante, pero en ese momento, muchas personas no creyeron en la veracidad de aquellos proyectos (yo incluido cuando escuché por primera vez del bitcoin, BTC, en ese tiempo costaba mil uds). Pero no podemos determinar el éxito de una inversión a futuro, inclusive hay causas externas a la naturaleza de la inversión, que pueden afectar el resultado. Por ejemplo, invertimos en el sector inmobiliario: compramos en el 2020 una casa para rentar en las vacaciones, algo que tuvo que ver en el sector salud (pandemia) repercutió en el resultado de la inversión (inmobiliario). Por eso, tomémonos el tiempo de determinar si contamos o no con el capital. 

Justo como lo discutimos en el artículo “el dilema de no tengo dinero”, nos frenamos por ese condicionamiento (falta de dinero) cuando, en el fondo, es cuestión de prioridades, si nos hacemos disciplinados, conseguiremos el dinero suficiente para la inversión. 


Tolerancia a la pérdida.


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Aquí es pertinente pensar en: ¿qué pasará si perdemos todo nuestro capital?

Puede ser que no soportemos esa pérdida porque con trabajo y esfuerzos pudimos ahorrar; antes no teníamos el hábito, ahora sí y pusimos mucho esfuerzo en recolectar un monto que no queremos perder: sentimiento de codependencia. Este sentimiento determina nuestro perfil como inversionista. Si somos muy codependientes del dinero y no lo queremos gastar o perder, nos dan nervios y nos estresa ver que todo se derrumba si nada sale bien; entonces somos una persona conservadora. Si lo tenemos, pero no tan arraigado, seremos un inversionista moderado; si no lo tenemos o lo tenemos muy poco, entonces seremos arriesgados. Nuestra relación con el dinero determinará qué tanto estamos dispuestos a perder en cada inversión que hagamos. 

¿Por qué pérdida y no riesgo?

Porque psicológicamente la palabra pérdida tiene un mayor impacto en nuestro comportamiento que el riesgo, de alguna manera perder es más catastrófico que arriesgar. ¿Cómo nos hemos sentido por haber perdido algo?, ¿cómo reaccionamos? Analizándolo, cuando perdemos existe un comportamiento dentro de nosotros que influye en nuestro estado de ánimo e incluso puede repercutir en nuestra autoestima; en cambio, el riesgo, es esa incertidumbre que incluso hasta nos motiva, siempre tenemos esa curiosidad o esa emoción de ver qué es lo que pasará, nos la da el impulso que necesitamos, como decir: “voy a intentarlo a ver qué tal…”. Por eso, la diferencia entre la pérdida y el riesgo radica, desde mi punto de vista, en que en el primero ya se concretó esa posibilidad; mientras que en el segundo sigue siendo la idea de que puede suceder y mientras no suceda todo estará bien. 


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Una vez que tengamos determinados estos tres puntos, ahora si invirtamos esa cantidad de dinero que nos será cómodo manejar. Al hacerlo de esta manera no nos sentiremos angustiados, estresados o malhumorados y podremos disfrutar de la  inversión.

¿Qué otro punto añadirían? "

 
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