Seguramente has escuchado sobre el aumento de 75 puntos base que hizo la Reserva Federal de Estados Unidos en su tasa de interés, algo que no sucedía desde 1994. Este es un hecho importante porque tendrá sus afectaciones en México, entonces en un intento por tratar de frenar los impactos que pudiéramos tener en nuestro país por la decisión estadounidense, el próximo 23 de junio se reunirá la Junta de Gobierno del Banco de México para discutir y anunciar su decisión de política monetaria, en la cual se espera que también aumente nuestra tasa de interés entre 50 y 75 puntos, además se estima otro aumento para la reunión de agosto, es decir, se prevén dos alzas consecutivas; pero a propósito de estos movimientos en México ¿qué es la política monetaria?
La misión principal del Banco de México (Banxico), la cual está sentada por escrito en nuestra Constitución Política, es mantener la estabilidad en los precios y para ello debe controlar la inflación, entonces a los mecanismos usados para estabilizar los precios y ejercer un control inflacionario se le conoce como política monetaria, es decir, son las facultades que tiene el Banco de México para reducir la inflación, y en consecuencia ello impacta en la reducción de los precios de las mercancías y servicios que adquirimos en México.
Para controlar la inflación, el Banco de México establece un tope o una meta máxima inflacionaria, la cual deberíamos lograr con las decisiones que tome. Esta meta en la inflación es un límite deseable calculado para que no traiga a México consecuencias negativas en nuestra economía, y para fijar dicha meta (la cual debe hacer de conocimiento público) el Banxico utiliza algunos conceptos que son los siguientes:
- Analizar todas las causas de la inflación y con esos datos puede prever cuál será el nivel inflacionario que podríamos tener en el futuro cercano. Esta proyección y análisis lo da a conocer Banxico cada tres meses y con base en esos estudios toma las decisiones necesarias de política económica.
- Seguro habrá quienes digan que hay precios que no se fijan en el mercado mexicano, que vienen del extranjero y que incluirlos en los análisis del Banco de México para decidir a partir de ellos la política monetaria sería un error para nuestra economía. Tal afirmación es cierta, pues los precios de las gasolinas, del gas LP, de granos como el arroz, el trigo o el maíz se fijan en el mercado internacional; pero además tenemos precios dentro de México que también varían y que afectan nuestro poder de compra, por ejemplo, el costo del transporte público, o los fenómenos naturales como la sequía e inundaciones que afectan el precio de la carne.
Entonces, como tenemos algunos precios que varían de manera inesperada, que se deciden fuera de nuestras fronteras y que tienen que ver con siniestros pero que alteran la medición de la inflación que hace el Banco de México, lo que hace la institución es analizar algo llamado inflación subyacente, la cual elimina los precios de los productos de consumo básico que son más volátiles y sólo considera los productos y servicios más estables, entonces al hacer esto el análisis de la inflación queda libre de alteraciones en los precios por decisiones administrativas (gobiernos locales o federales), de temporalidad o de alta volatilidad.
De modo que con el análisis trimestral de las causas de la inflación ya considerando la inflación subyacente, el Banco de México tiene elementos para hacer aproximaciones al nivel de inflación esperado para los próximos meses y con esas proyecciones toma las decisiones necesarias de consumo, ahorro e inversión, así como para bajar la inflación, controlar los precios y no restar poder adquisitivo a las familias mexicanas, a todas esas decisiones en conjunto se le conoce como política monetaria.
Por último, la herramienta que usa Banxico para alcanzar su meta de inflación, es la comúnmente llamada tasa de interés interbancaria (o tasa de interés objetivo), y que nos dará a conocer el próximo jueves 23 de junio.
