Los seres humanos, por naturaleza, somos imperfectos, pero no imperfectibles.
A razón de ello, todos los días nuestro enfoque podría centrarse en mejorar algo; desde algo tan simple como la forma en que nos atamos las agujetas o la manera en cómo desempeñamos nuestra profesión, pues todo lo que se hace bien es perfectible.
En el sentido que todo es perfectible, esa búsqueda de la mejora permanente, a la larga, pasará de ser un hábito vital para convertirse en una filosofía de vida.
«Kaizen» cuyo significado en español es «mejora», representa uno de los paradigmas japoneses de mayor trascendencia del siglo XX, teniendo como punto angular, en la administración, el mejoramiento de los procesos corporativos, y, en la calidad, una mayor producción con un menor costo (Figura 1).
No obstante, kaizen no sólo se limita a la vida empresarial, sino que también es aplicable en la vida personal.
A modo general, revisemos cómo se aplicarían los 10 principios de kaizen en la vida personal (Tabla 1):
I. «Las normas se hicieron para romperse», seguramente es una de las frases que más hemos escuchado y utilizado «sin causa»; sin embargo, cuando hablamos de kaizen, se trata de la frase «con causa», pues si bien los procesos deben estandarizarse, también deben mejorarse, lo que implica un cambio constante.
II. Todo cambio es complicado, porque con él se está rompiendo la cotidianeidad de algo, aunado a que, durante el proceso surgen dudas acerca de si el resultado será exitoso, pero no se podrá trascender y comprobar si no se lleva a cabo.
III. Es imposible pensar en el futuro sin el pasado, pero no es posible pensar en el pasado con el futuro; lo que fue no podrá ser.
IV. En cualquier cosa que se haga prevalecerá la simplicidad sobre la complejidad.
V. Es normal y está bien equivocarse, es parte de nuestra vida. Lo que no es normal y no está bien es no corregir nuestros errores.
VI. Cambiar el término «problema» por «situación a resolver».
VII. Si buscamos resultados diferentes, no debemos seguir haciendo lo mismo.
VIII. ¿Usted, se ha visto alguna vez la nuca? Tal vez con la ayuda de un espejo. La vida no se puede ver sólo a través de nuestros ojos.
IX. Lo que no es medible no es mejorable.
X. Tal como el éxito, la mejora es infinita.
Ante el comienzo de un nuevo año es natural que nos planteemos, por ejemplo, ser un mejor empresario o bien, ser un mejor inversionista. Así también, propósitos de índole material, como hacernos de una propiedad o planear un viaje; sin embargo, antes que cualquier otra cosa, el primer planteamiento y propósito que podríamos hacernos es «el ser una mejor persona».
Quiero agradecerle a usted por acompañarme un año más a través de este espacio, anhelando que me permita seguir formando parte de su vida.
