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Hoy me siento inspirada a compartir contigo, querido lector, una parte muy personal de mi viaje: mi relación con el trabajo, especialmente aquel que no resonaba con mi alma.

Todo comenzó una mañana, cuando, en medio de organizar mi agenda (una práctica que se ha vuelto mi salvavidas, especialmente lidiando con el trastorno por déficit de atención), me encontré reflexionando sobre el significado del trabajo en nuestras vidas. Para alguien como yo, que sueña despierta con frecuencia, tener una estructura es liberador. Me permite enfocarme en lo que realmente importa, dejando de lado aquel mar de distracciones que suelen acompañarme.

Recuerdo haber compartido en Twitter cómo este acto de equilibrar mi día a día me llevó a una profunda reflexión sobre el trabajo que hacemos solo por necesidad. Hablé de cómo, a veces, nos encontramos "alquilando" nuestras habilidades y tiempo en lugares que no nos llenan, simplemente porque creemos que no tenemos otra opción.

En este viaje personal, he aprendido que nuestra relación con el trabajo es compleja. Muchos de nosotros nos vemos atrapados en la idea de que debemos soportar cualquier cosa por el bien de sobrevivir. Pero, ¿y si te dijera que hay otra manera de verlo? ¿Y si, en lugar de sentirnos atrapados, empezamos a ver nuestro trabajo actual como un escalón hacia algo más grande, algo que realmente nos apasione?

He descubierto que no somos nuestros trabajos. Somos mucho más que eso. Somos seres llenos de pasiones, sueños y deseos que van más allá de las tareas que realizamos de 9 a 5. Me he dado cuenta de que identificarnos completamente con nuestro trabajo puede ser limitante y, a veces, hasta dañino para nuestro bienestar emocional y creativo.

Por eso, quiero invitarte a un ejercicio de reflexión. Imagina qué podría ser posible si comienzas a planear tu "escape" de ese trabajo que no te satisface. Imagina ver este momento no como un final, sino como el comienzo de una emocionante aventura hacia tu verdadero yo, hacia eso que te hace levantarte cada mañana con una chispa en los ojos.

Te invito a escuchar, a reflexionar y, sobre todo, a permitirte soñar. Porque en este espacio, entre pensamientos y reflexiones, estamos juntos en esto, explorando, aprendiendo y, lo más importante, creciendo.

Así que, si alguna vez te has sentido perdido, si alguna vez has soñado con un trabajo que no solo sea un medio para sobrevivir sino una fuente de alegría dale play a la grabación en Twitter y déjate llevar. Quién sabe, tal vez en estas palabras encuentres la inspiración para abrir la puerta hacia tu próxima gran aventura.

Escucha, reflexiona y sueña. Estamos en este viaje juntos, buscando, aprendiendo y, lo más importante, creciendo.

Con cariño.

Liliana Zamacona



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