Existe una pequeña diferencia.
El sherif de Nothingam tenía montado un régimen feudal en el que el era el amo. El resto contribuía para mantener su tinglado sin recibir nada a cambio, salvo unos pocos que recibián un sueldo por repartir manporros para que todo estuviera en en orden y a su gusto y para expoliar al súbdito. Su única preocupación era que uno de los de su clase no le moviera la silla.
Ahora el poder ya no reside en la nobleza si no en ladrones que se eligen. Para perpetuarse es necesario apuntalar el negocio de los de arriba y al mismo tiempo crear una red clientelar lo más amplia posible que vote que permita vivir a cuerpo de rey en el poder o placidamente en la oposición: unos prejubilados por aquí, tu amigo el agricultor, unos cuantos parientes y amigotes enchufados, cobradores e quince mil euros para comprarse un pisito, viajes del Imserso, pensionistas que se han pasado la vida rascándose la entrepierna...