Durante estos últimos días hemos podido ver como los diferentes medios de comunicación nos enseñan lo que ellos quieren, que la mayoría de las veces es carroña, puesto que son buitres. Se ha observado que una protesta ciudadana no tiene repercusión mediática si no hay violencia al finalizar la misma y que la repercusión que tiene es sobre los actos violentos. Esta claro que dichos actos violentos son reprochables y no deberían ocurrir, por eso considero a los radicales como un cancer de la ciudadanía. Pero el problema es que se dedica más minutos a criticar a dicho cancer que al motivo real de las protestas ciudadanas. En cambio, existe un cancer mayor, el cancer de la corrupción, sobre todo política, del cuál cada vez se habla menos y, se juzga peor, siendo reprochados por distintos organismos internacionales por ello.
Además, hay que decir que en mi opinión, existen más tratamientos para erradicar el cancer de la ciudadanía que el cancer político. Me explico. La mayoría de los ciudadanos no apoyan dichos actos violentos, con lo que cuando suceden, no colaboran en ellos y se largan de la zona donde ocurren y, por supuesto, los condenan. Existe un cuerpo de fuerzas del orden, la policía, que lucha activamente contra ellos, al menos en el momento en el que ocurren dichos actos violentos, aunque creo que podrían hacer más, ya que tienen gente infiltrada en los grupos radicales y podrían desmantelar, controlar y detener a los verdaderos violentos radicales, al igual que lo hacen con grupos que deliten con el tráfico de personas y de droga.
En cambio, para el otro cancer, el cancer corrupto, las mismas fuerzas del orden tienen las manos atadas para luchar frente a él. Por un lado, si investigan según que casos, las unidades involucradas en dichos casos se ven afectados por cambios internos que dificultan el objetivo último de la investigación. Si por una cuestión casi de azar, la investigación consigue su objetivo y es denunciado el caso de corrupción, en los juzgados se topan con otro muro, puesto que más de una vez son criticados los métodos de obtención de pruebas y, por tanto rechazados. En caso de que el juez admita a juicio dicha investigación, es hora de que los medios de comunicación actuen en defensa de los acusados, hechando pestes sobre el juez, sobre la unidad policial, sobre la validez de las pruebas, etc. Luego está la fiscalía, que en muchos casos y en contra del sentido común, en vez de acusar a la persona imputada, se limita a seguir el juego empezado por los medios de comunicación y hechar más pestes sobre el juez, la unidad policial, etc, eso si, esta vez usando un lenguaje más académico y culto. Y, por último, si resulta que después el imputado es acusado/a de corrupción y ,después de realizar todas las reclamaciones posibles sigue siendo culpable, resulta que desde el Gobierno y por razones que muchos no logramos entender, dicha persona puede ser indultada.
Otro tema ya es que la justicia es igual para todos o si las sanciones son proporcionales al delito, etc.