Por primera vez en la historia moderna de México ganó la oposición, la oposición que se autoproclama antisistémica con texturas socialistas y acentos populistas. Me da la impresión que el socialismo está extinto, un sistema económico que algunos eligieron y todos han desechado tras su estrepitoso fracaso. No, no creo que Andrés Manuel intente convertir a México en un país socialista, simplemente utilizó sus texturas y matices para enamorar a un pueblo absolutamente distante, donde la brecha entre la riqueza y la pobreza raya en lo inaceptable, donde las notas musicales socialistas encontraban oídos fértiles en el pueblo harto de ser saqueado, harto de no tener oportunidades, harto de nacer y morir en la pobreza a pesar de los esfuerzos, pues las oportunidades en México no son para todos.
De la misma forma el populismo encontró fácil acomodo ante una sociedad acostumbrada a las dadivas y al subsidio, estirar la mano es más fácil que esforzarse. El discurso de la Mafia del Poder encontraba arriba y abajo, a izquierda y derecha la razón que le daban los hechos, la estafa maestra, la casa blanca, los Duerte, los Moreira. Así pues quedó la mesa servida solo para que Andrés Manuel se sentara a comer.
Dicho lo anterior, el candidato de la alianza “Juntos haremos historia” arrasó en las elecciones, con la participación más alta de la que se tenga registro y con el mayor número de votos para un candidato. Pero esa amplia mayoría no se obtuvo de forma gratuita, salió cara, muy cara, pagando una de las cuotas más excesivas que se pudieran pagar, la polarización de la sociedad, misma que fue atizada desde las candidaturas, donde el ahora presidente se dirigía hacia algunas minorías sociales como “fifís”, o como “minorías rapaces”, este conflicto hoy se tiene que solucionar porque para avanzar necesitamos un México unido.
El distanciamiento social preocupa mucho, el empoderamiento de las mayorías que se han sentido mancilladas por muchos años tendrán sed de venganza porque su momento ha llegado, pero ¿A qué se refiere su momento? es aquí donde se vuelve muy preocupante y escabroso el tema, porque si analizamos los resultados de la polarización social en Estados Unidos con la llegada de Donald Trump al poder es de alarmarse lo que pudiera pasar aquí. Todas aquellas manifestaciones de odio que algunos sectores sociales de nuestro vecino del norte han tenido con todo aquello que no es blanco han sido lamentables y tristes, siendo lo peor que el Presidente Donald Trump en el mejor de los casos ha mencionado tibiamente dichos hechos y agresiones porque simplemente ni quiere ni puede atacar con mayor fuerza los actos de aquellos que lo pusieron en el poder, es simple lógica política.
En México ya está sucediendo, las noticias de los días siguientes de la elección son ataques de Morenistas (Partido de Andrés Manuel) a PANISTAS en las instalaciones de un hotel y todo ello por no aceptar el resultado electoral argumentando fraude, siendo que ese mismo proceso electoral les dio un triunfo avasallador en la mayor parte de la República Mexicana donde hubo elecciones, mayoría en las cámaras, etc. y aunque así hubiese sido(fraude), hay vías legales e institucionales para solucionarlo. Lo grave de estos hechos es que hasta el jueves 5 de Julio de 2018 AMLO no se había pronunciado por estos hechos ni había salido a calmar a sus agresivas huestes. Esto preocupa y preocupa en serio.
Adicional a lo anterior México tiene un panorama difícil, tanto en lo internacional como en lo nacional, el TLC, el tipo de cambio, la inseguridad, la desigualdad, la corrupción y algo tendrá que entregar Andrés Manuel y rápido. Esta última exigencia será juzgado duramente por los que lo encumbraron en el poder bajo el limitado argumento de ¿Por qué no le exigieron igual a Peña Nieto? la respuesta es simple, porque AMLO es el cambio, es la finalización histórica de una época en México para cambiar a otra de la que no se tiene antecedente alguno, ese cambio en si mismo requeriría de resultados forzosos e inmediatos.
Más allá de todo podemos decir con orgullo que en México existe la democracia, que las instituciones están lo suficientemente fortalecidas para respetar las decisiones del pueblo, lo importante es que siga así y que prevalezca el respeto, la unión y la empatía entre los mexicanos, que para unirnos no se necesite un terremoto, lo que nos debe unir es el objetivo, y el objetivo debe ser un mejor México, dimos un paso a la madurez, se levantó la voz a través de las urnas mostrando el descontento del pueblo, sigamos por ese camino de madurez y seamos más exigentes con nuestros gobernantes, con el cumplimiento de sus promesas de campañas y con los resultados que deseamos, dejémonos de conformar con resultados mediocres o nulos, si Andrés Manuel lamentablemente así como te tocó encabezar el cambio te tocarán los primeros esbozos de una sociedad madura y exigente, que, al menos en su mayoría ya no venderá su voto a cambio de frijoles con gorgojo, fue un ejemplo que tu les diste, se exigente contigo, con tu gabinete, con tu equipo, con tu partido y cumplan lo que le prometieron a México.
Y tú mexicano, no estires la mano, no pidas que te den, pide la oportunidad de dar y obtener a cambio, porque lo que se logra sin esfuerzo no sabe, no se disfruta, es solo aquello que nos cuesta sudor y sacrificio lo único que satisface, lo único que logra darnos momentos de felicidad, es momento de cambio, así que empecemos a cambiar, cumplamos las reglas, respetemos las normas, seamos honorable, seamos empáticos los unos con los otros y sobre todo sigamos siendo exigentes con nosotros mismos, con nuestra sociedad y con los gobiernos que nos dirigen y así tal vez en algunas décadas este sea el país que alguna vez soñamos.
