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Consejos para independizarte económicamente e irte a vivir solo


 A todos nos llega la edad en la que queremos independizarnos económicamente, pero debemos analizar nuestras finanzas antes de tomar esta decisión. 

 Es normal que te preguntes ¿debería independizarme? cuando empiezas a percibir tus propios ingresos. Para saber si estás listo, medita lo siguiente: 

  • Sabes definir tus prioridades.
  • Comparas precios antes de comprar.
  • No te importa sacrificar satisfacciones inmediatas a cambio de cumplir metas.
  • Contribuyes a los gastos del hogar familiar.
  • Dejan de gustarte algunas costumbres familiares porque te hacen sentir todavía como un adolescente.
  • Valoras tu soledad.
  • Te sientes tan adulto como tus padres.
  • Quieres tomar tus propias decisiones en la compra de artículos para el hogar.

¿Te alcanzará?


Ante esta sensación de que ya estás maduro emocionalmente para independizarte, lo primero que debes determinar es si tu dinero te alcanzará para cubrir todos tus gastos básicos. 

 Para que estos no te tomen por sorpresa una vez que salgas del hogar familiar, es esencial que conozcas cuáles serán y a cuánto pueden ascender. Entre tus gastos fijos estarán: 

  • Renta de tu vivienda o, si planeaste bien y eres afortunado, el pago de la hipoteca.
  • Servicios como agua, luz, gas, internet y televisión por cable.
  • Mantenimiento del hogar, desde la limpieza hasta reparaciones menores no consideradas como obligación de tu arrendador en el contrato de alquiler.
  • Transporte, ya sea las tarifas del transporte público o los gastos de mensualidades, gasolina y servicios de mantenimiento de tu automóvil.
  • Alimentación, y debes incluir la despensa como tus salidas a comer durante la semana laboral o los fines de semana.
  • Educación, si sigues estudiando una carrera, maestría o especialización.
  • Entretenimiento y vacaciones, pues la diversión también cuesta.
  • Salud y bienestar, donde debes incluir desde la atención médica que requieras hasta tus cuotas de gimnasio y tus sesiones de yoga o meditación.
  • Ahorro; aun que lo mencionemos hasta el final es el punto más importante. No se trata de ahorrar lo que te sobra sino de asignar una cantidad fija mensual a este rubro. Considera abrir varias cuentas para diferentes metas: emergencias, viajes, un artículo costoso (como un televisor o un auto) y tu retiro (sí, desde ahorita).

Presupuesta tu libertad


Elaborar un presupuesto personal es la herramienta que te ayudará a determinar si tus ingresos son suficientes para cubrir los que serán tus gastos. 

 En una columna enlista tus ingresos, donde debes incluir tu sueldo u honorarios, alguna beca y hasta el apoyo de tus padres. Al lado, haz una lista de todo lo que gastas día con día y agrúpalo en los conceptos arriba enumerados (vivienda, transporte, alimentación, etc.). 

 Después suma las dos columnas y resta la primera de la segunda. Si tienes saldo a favor, ¡felicidades! Si no, considera economizar en algunos de tus gastos (busca un plan de telefonía celular más barato, por ejemplo) y consigue un nuevo empleo mejor remunerado o una segunda fuente de ingresos. 

 Una vez que revisaste si tus finanzas te alcanzan para vivir solo y habiendo tomado la decisión, el siguiente paso es planear tu salida del hogar. 

Planea antes de dar el salto


Permanecer en casa de tus padres es como una red de seguridad que te permitirá ahorrar para los primeros gastos de tu independencia, entre ellos: 

  • Adelanto y depósito de una renta (o el enganche de un departamento o casa).
  • Contratación e instalación de servicios básicos.
  • Electrodomésticos y mobiliario.
  • Gastos de transporte desde tu nuevo domicilio al trabajo y/o la escuela (y a casa de tus padres, porque los seguirás visitando ¿no?).
  • El costo de un servicio de mudanza en caso de que lo necesites.
  • Incluso los artículos de limpieza indispensables para mantener tu nuevo hogar resplandeciente.

 Para evitar cometer errores de "novato", sigue estos consejos para irte a vivir solo: 

  • Analiza bien la "letra chiquita" antes de firmar cualquier contrato o crédito hipotecario.
  • Asesórate y compara tus opciones para tomar la mejor decisión.
  • Verifica que el lugar donde pienses vivir no tenga adeudos anteriores en la cuota de mantenimiento o las tarifas de servicios; las sorpresas pueden ser muy desagradables y difíciles de resolver.
  • Asegura tu nuevo hogar y su contenido pues será una buena protección contra daños, robos y tu responsabilidad civil en caso de accidentes.
  • No te endeudes y mejor acepta donaciones de familiares y amigos para amueblar por primera vez tu casa; ya habrá tiempo para estrenar.
  • Vivir solo conlleva grandes responsabilidades. Si no pagas la factura del gas, te tocará bañarte con agua fría. Si tu perro rompe el adorno del jardín del vecino, tendrás que pagarlo. Estarás obligado a cumplir cualquier contrato que firmes. Si te gastas el dinero sin pensar, a fin de mes te arrepentirás.

 Si valoras la independencia que obtendrás, haz todo lo que puedas para conservarla. Planear, presupuestar y ser disciplinado te pondrán en buen camino.
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