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Alemania adelantó su repatriación de reservas de oro

En enero de 2013 el Bundesbank (Buba) –banco central de Alemania- anunció que comenzaría un lento proceso de repatriación de sus reservas de oro, que concluiría en 2020. En la tabla siguiente puede ver la distribución que tenían al cierre de 2012 y la programada para 2020:

 

Alemania adelantó su repatriación de reservas de oro

 

 

Alemania es oficialmente el segundo tenedor de reservas de oro del mundo con 3 mil 377.9 toneladas (t), sólo superado por Estados Unidos que se supone cuenta con 8 mil 133.5 t.


Durante la ‘Guerra Fría’ casi todo el oro alemán se mantuvo bajo resguardo en el extranjero, ante el peligro de que cayera en manos rusas. En 2000 se repatriaron desde el Banco de Inglaterra 931 t, pero tras la crisis de 2008-2009, las presiones fueron en aumento para exigir la repatriación de más lingotes. El Buba se decidió y planteó tener la mitad en Fráncfort a finales de 2020. No era toda la reserva, pero sí un buen avance.


Y es que no es un secreto que en los mercados financieros hay cientos de veces más oro en el papel, que las existencias físicas. Esas obligaciones no son más que promesas de entrega futura del metal fino, pero apalancadas.

 
Por si fuera poco, los bancos de lingotes (bullion banks) y algunos bancos centrales operan cuentas bajo el sistema de reserva fraccionaria en oro.


En términos muy simplificados, una misma moneda áurea bajo resguardo se vende cientos de veces, generando jugosas ganancias. La fiesta sigue mientras sus ‘propietarios’ no acudan a retirarla. Con que más de uno lo haga, sólo al primero se le podría entregar, mientras el resto se quedaría –como se dice- ‘chiflando en la loma’.

 
Desde luego, hay previsiones para que el ‘pago’ en casos de fuerza mayor se haga en divisa –que sí puede ser creada de la nada a diferencia del oro-, pero el peligro es que esa liquidación ocurra justo en medio de una crisis en la que nadie quiera dinero de papel.


Debido a esa gran vulnerabilidad, cualquier persona, empresa, banco central o gobierno que invierta en oro como reserva de valor y seguro financiero –más que como mera especulación-, debe mantener en todo momento la posesión material de sus monedas, barras o lingotes. En su defecto, como mínimo debe tenerse propiedad sobre piezas específicas –segregadas del resto-, en una bóveda.


Cuando de oro se trata, no se puede confiar en nadie.


La novedad ahora es que el jueves pasado en un comunicado el Buba informó que en 2016 completó de manera anticipada la repatriación de las 111 t faltantes desde Nueva York, para un total transportado de 300 t. Este año concluirá asimismo la repatriación de las 91 t que faltan desde París, para un total de 583 t.


¿Qué llevó al Buba a adelantarse cuatro años en el primer caso? El comunicado no lo dice pero es posible que la elección de Donald Trump tuviera algo que ver, y si así fuera, se trataría de un bien ganado voto de ‘no-confianza’ en el mandatario estadounidense. Sí, la reserva está en manos de la Reserva Federal (Fed), pero es un hecho que Trump podría bloquear con una de sus ocurrencias el transporte del oro alemán.


En fin. El sistema monetario que conocemos está sufriendo una gran transformación de fondo, que terminará en una crisis. De las cenizas de éste surgirá uno nuevo en el que el oro retomará un papel central.


Banco de México y el resto de autoridades monetarias bien harían en expandir y repatriar cuando menos, la mitad de sus reservas de oro a territorio propio, como está haciendo el Buba. Los buenos ejemplos, se deben seguir.

 

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