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Los abuelos, las finanzas personales y los hábitos. Feliz día de los abuelos

 
Marco Tulio Cicerón
Marco Tulio Cicerón
Este 28 de agosto se celebra el Día Internacional del abuelo. En mi caso, cuando pienso en los abuelos inmediatamente llega a mi mente la imagen de una persona de la tercera edad. Desde luego, esta imagen no es del todo exacta, ya que hay actualmente abuelos y abuelas que no son propiamente de la tercera edad, sin embargo, lo que sí es cierto es que todos los abuelos –en teoría- llegarán a ser de la tercera edad… y voy a aprovechar esta celebración para comentar uno de los retos a los que se enfrentan las personas de la tercera edad.  Me refiero al reto de “Tener Dinero en la última etapa de la vida”. ¿de qué depende que se tenga o no Dinero en la llamada tercera edad?
 
De acuerdo con datos de la evolución de la población a nivel mundial, a mediados del siglo pasado se empezó a observar un envejecimiento de la población. Este comportamiento se debe, según dicen los expertos, a dos situaciones: la primera, a la disminución de la mortalidad, producto del desarrollo científico y tecnológico, y la segunda, a que ha disminuido el número de nacimientos.
 
Se estima que en México actualmente hay alrededor de 14 millones de personas mayores de 60 años, de las cuales aproximadamente el 60% son mujeres y el restante 40% son hombres. La esperanza de vida es de 78 años para las mujeres y de 73 años para los hombres.
 
Seguramente son varios los retos a los que se enfrentan las personas que están por encima de los 60 o 65 años. Retos que por cierto son tan antiguos como el hombre mismo. 
 
Desde la antigua Roma, se decía que el noveno septenario, esto es, al llegar a los 63 años (9 x 7 = 63) era el último periodo vital debido a que se consideraba como el periodo en que se conservaban unas condiciones físicas y mentales aceptables.
 
Para el décimo septenario, según los antiguos romanos, es decir, al llegar a los 70 años de edad a las personas sólo les quedaba esperar la muerte.
 
Marco Tulio Cicerón (106 a 43 a.c.) en su obra “De senectute” que se traduce “Sobre la vejez”, aporta con gran sabiduría diversos aspectos propios de la vida de las personas después de los 60 años de vida. De hecho, Marco Tulio, escribe esta obra cuando tiene 62 años, por lo que sabe de lo que escribe. Señala en una parte de su obra que encuentra 4 motivos por los que la vejez puede parecer miserable: 
1.   Porque aparta a las personas de las actividades;
2.   Porque debilita el cuerpo; 
3.   Porque priva de casi todos los placeres;
4.   Porque no está lejos de la muerte. 
Retos a los que el propio Marco Aurelio, responde en los siguientes términos:

"La vejez aparta de las actividades. ¿De cuáles? ¿Acaso de las que se llevan a cabo mediante la juventud y las fuerzas? ¿Es que no hay actividades propias de la ancianidad que se realizan con la mente, a pesar de estar débiles los cuerpos [...]Y los que dicen que la vejez no es apta para gestionar cosas, no aducen nada; [...] No hace las mismas cosas que los jóvenes. Pero hace cosas mayores y mejores. Las cosas grandes no se hacen con las fuerzas, o la rapidez, o agilidad del cuerpo, sino mediante el consejo, la autoridad y la opinión; cosas de las que la vejez no sólo no está huérfana sino que incluso suele acrecentarlas. [...] 'Ya, pero la memoria disminuye'. Estoy de acuerdo, si no la ejercitas o si es que eres lerdo por naturaleza. [...] Sófocles compuso tragedias hasta una edad avanzada [...] ¿Acaso la vejez obligó a aquel a enmudecer en sus estudios [...]? ¿Es que en todos éstos la dedicación a sus estudios no duró lo que su vida?" .

Sin duda que la óptica de este pensador orador, político y filósofo latino que vivió hace más de 2000 años desborda en mucho a cualquier discurso psicológico moderno de autoayuda, o coaching ontológico, expresa algo que también era menester de preocupación de la antigüedad y mucho me temo que lo seguirá siendo por varias décadas. 

Al parecer, tanto Marco Aurelio Cicerón, como el poeta Juvenal, compartían la idea de que la longevidad es consecuencia de los buenos hábitos alimenticios, del ejercicio físico, de los baños y de las unciones de aceite, ya que la salud del alma y la del cuerpo, según decían en la antigüedad están estrechamente unidas, de ellos nos llega la frase “mente sana en cuerpo sano”.

Es conveniente detenernos en este punto, desde la época de la época romana, Marco Tulio Cicerón decía que la longevidad era consecuencia de los HABITOS, nos dice que depende del hábito de la alimentación, el ejercicio físico, de los baños y de las unciones de aceite.

Vamos entonces a revisar un fragmento de la ENCUESTA NACIONAL SOBRE LA SITUACIÓN QUE ENFRENTAN LAS PERSONAS EN EDAD DE RETIRO , Agosto , 2013, practicaron  2,111 entrevistas en 8 entidades de la república. 65 a los 85 años.

Me llama la atención 4 preguntas y sus respuestas de las personas mayores de 65 años que se encuentran trabajando y que responden así:
●     Actualmente, ¿todavía trabaja? El 41% respondió que SI y el restante 59 dijo NO.
●     ¿Trabaja porque requiere el dinero, por gusto y para mantenerse activo o por otra razón? La respuesta fue aplastante: el 83% señaló que trabaja porque requiere del Dinero y el 16% señaló que trabaja para mantenerse activo.
 
●     ¿En alguna etapa de su vida hizo planes para el retiro laboral, es decir, para cuando dejara de trabajar? Lo que respondieron más de ¾ de las personas, el  77% señaló que nunca hizo planes para la última etapa de su vida, y sólo el 23% dijo que si hizo planes.
 
 
●     ¿Hizo algún tipo de ahorro o inversión por iniciativa propia, para cuando ya no pudiera trabajar?  El 63% declaró que no realizó ninguna planeación financiera o algún ahorro o inversión, es decir, no realizó ninguna planeación financiera para su retiro y el restante 37% declaro si había realizado algún ahorro o inversión.
Si tomamos lo que señala esta última idea en el sentido de que el buen estado de la vejez que nos lleva a una mayor longevidad es un tema de hábitos, es necesario contemplar estos sabios consejos que hemos tomado de los pensadores de la antigüedad romana, agregando también que, además de la longevidad biológica y mental, pudiéramos decir es también necesaria cada vez más la “longevidad financiera”. Es decir, que nuestro Dinero llegue en abundancia y buena salud más allá de los 60 años, cuando nuestras fuerzas y otras capacidades empiezan a menguar.

Una manera de llegar con buena “salud financiera” es a través de buenos hábitos igual que como sucede con el cuerpo y la mente. 

El principal hábito necesario para nuestro Dinero es el ahorro. Un contemporáneo de Marco Aurelio Cicerón, el filósofo Jenofonte, señalaba que  “una forma de lograr riqueza es mediante el ahorro, pero quien más medios tenga tanto más podrá ahorrar…” 

Finalmente es necesario señalar que este texto fue redactado con motivo del día del abuelo y que aborda los retos y situaciones que se presentan después del “noveno septenario” como decían los clásicos. En realidad, debe ser considerado y tomando en cuenta por los que hoy tienen 30 años o menos.

Si es así, los futuros abuelos serán más felices. 

Saulo Rosales Ortega
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