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ESG: más que una inversión

Durante los tiempos recientes, las siglas ESG o ASG, en nuestro idioma, han tomado mayor protagonismo entre el gran público inversionista, especialmente en los inversionistas institucionales, pero… ¿comprende usted la trascendencia y los enormes beneficios que estas 3 letras albergan? ¡Comencemos!

Ante los retos nacientes y, por consiguiente, las innumerables oportunidades que se presentan en un entorno de constante evolución y dinamismo como el que nos acoge, las compañías, tanto públicas como privadas, pero también los gobiernos, federales y locales, necesitan contar con una agenda sólida y eficiente que les permita tener un mejor protagonismo en el cuidado y protección del medio ambiente, mayor alcance y contribución en la sociedad, y, prácticas corporativas transparentes e igualitarias; es decir, incorporar en su proceso administrativo los principios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobierno Corporativo).


Es importante recalcar que la política ASG no se trata de valores, sino de la capacidad que tiene una empresa para generar valor a través del tiempo, a la par que gestiona riesgos y aprovecha oportunidades (Cuadro 1).


Una correcta implementación de los criterios ASG le permitirá a la empresa crear un modelo de negocio más robusto, logrando así generar un impacto positivo interno y externo, y, tener mayor credibilidad ante sus colaboradores y accionistas (Cuadro 2).

Desde un punto de vista empresarial e inversor práctico, ¿qué hay de la política ASG?


En 2020, la banca encabezó la implementación de la política ASG en sus prácticas corporativas, mientras que las Family Offices destacaron por representar en la actualidad y hacia futuro el interés más bajo por estos criterios (Gráfica 1).


En una encuesta realizada en ese mismo año por Statista, el 90% de los inversionistas decía enfocarse mayormente en los criterios ambientales, el 52% se orientó en el aspecto social, mientras que el 60% lo hizo en los principios de gobierno corporativo (Gráfica 2). A su vez, hacia un horizonte quinquenal, los propósitos ambientales seguirán destacando, cuestión que se explica por el emprendimiento de acciones que contrarrestan el cambio climático a través de iniciativas locales y/o acuerdos internacionales, como lo es el Acuerdo de París.

Resulta cada vez más importante que el actuar de una compañía pública se alinee con la política ASG, pues no sólo accederá con mayor facilidad al financiamiento bursátil, sino también brindará de soluciones tangibles de manera directa e indirecta hacia su comunidad, lo cual, además de que el inversionista obtenga réditos atractivos por sus inversiones, desencadenará crecimiento y desarrollo económico.

Indudablemente aún nos falta mucho por hacer en materia medioambiental, social y de gobernanza, pero si algo hemos emprendido a partir del episodio pandémico que sobrellevamos es, precisamente, el fortalecimiento de los principios ASG.

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