Dicen por ahí que las casualidades no existen y que nada sucede sin alguna razón de fondo, y es que, sin ser tendencioso, no es un secreto que el presidente Donald Trump no se ha caracterizado por sus grandes dotes diplomáticas o, al menos, con respecto a México.
En mayo, Robert Armstrong, columnista del diario inglés Financial Times, adhirió un nuevo término al diccionario financiero, TACO trade, por su acrónimo Trump Always Chickens Out, el cual alude, de forma irónica, al revés inmediato de las medidas arancelarias impuestas a un determinado bien o país por parte del mandatario americano.
Uno de los casos más icónicos de ello, el cual, por cierto, se lo documenté a principios de febrero, fue la tempestuosa reacción que mostraron los mercados en los primeros minutos de la 23° sesión bursátil del año (fue feriado en nuestro país) ante la proclamación de aranceles de 25% sobre los productos importados desde Canadá y México el 1 de febrero.
Ese día, por ejemplo, el par USDMXN abrió con una depreciación del orden de 2.54%, situándose en MXN$ 21.2010, llegando a alcanzar niveles no registrados desde el 9 de marzo de 2022, en MXN$ 21.2923; sin embargo, tras un acuerdo conjunto entre Estados Unidos de América con sus principales socios comerciales, terminó cerrando en MXN$ 20.3613, lo que significó una recuperación de 4.37% desde su mecha superior (punto más alto) e incluso una apreciación intradiaria de 1.54% (Gráfica 1).
Otra gran ilustración del mencionado fenómeno se presentó en el referencial bursátil americano, el S&P 500, es la que concierne al “Liberation Day” el 2 de abril de 2025, que consistió en la emisión de la Orden Ejecutiva 14257 que promulgaba la declaración de independencia económica de la Unión Americana, llevando a cabo la aplicación de una estrategia de «aranceles recíprocos» a 185 países (exceptuando a Canadá y México a razón del tratado comercial vigente) que abarcaba desde 10% hasta 125%.
Dado que dicha proclamación se realizó al cierre de la 64° sesión bursátil del año, los efectos se resintieron en el índice durante los días posteriores, al día siguiente, cayendo -4.84%, y para las 3 sesiones subsecuentes, llegando a registrar una minusvalía de hasta -14.74%. El 9 de abril, contra todo pronóstico y tras los numerosos intentos de persuasión por parte de la cúpula empresarial americana, el presidente Trump anunció la pausa temporal hasta por 90 días de la recién implementada estrategia de «aranceles recíprocos» con excepción de China, declaraciones que ocasionaron que el S&P 500 anotara una de sus mayores 3 subidas intradiarias desde hace casi 1 siglo, revalorizándose 9.52% (Gráfica 2).
Desde entonces y hasta la fecha, la Bolsa americana ha emprendido una recuperación de 24.10% (a partir de su último mínimo anual), la cual ha respondido en mayor medida a los avances en las negociaciones comerciales, afianzándose el 12 de mayo con un avance de 3.26%, cuando Estados Unidos de América logró un importante acuerdo con China, reduciéndole las tasas punitivas desde 145% a 30%, mientras que China las ajustó desde 125% a 10%, y robusteciéndose el 24 de mayo con una revalorización de 2.05%, por la posposición de las cargas impositivas a la importación de productos provenientes de la Unión Europea (UE) para el 9 de julio.
Con base en estos episodios (los más importantes) y otros, resulta puntual cuestionarse si TACO pudiera seguir siendo utilizada como una «estrategia» fidedigna para aprovechar las lagunas de la comandancia de la política comercial americana.
Primeramente, se debe recordar que, si se considera la historia reciente, Donald Trump ha sido el único presidente americano que ha tomado el cargo siendo empresario y además multimillonario, por lo que, si algo lo caracterizó en su primer mandato y, hasta cierto punto, en lo que va del segundo, particularmente en materia fiscal, es su visión promercado. Asimismo, que es sabido que barómetro económico no es el Producto Interno Bruto (PIB), sino el S&P 500.
Dicho lo cual, cuando se contrasta el comportamiento mostrado por el S&P 500 en los primeros periodos presidenciales comparables, de 10, la gestión trumpista se posiciona como la tercera mejor con un avance de 69.59% (Tabla 1).
Si bien como ya se mencionó el repunte se ha apoyado en gran medida por las pausas arancelarias, los positivos resultados financieros del 1T25 también han influido, preponderantemente de las tecnológicas, destacando NVDA, MSFT o AAPL. No obstante, hacia delante se perciben riesgos importantes, resumiéndose en los costos operativos que las empresas ya están asumiendo en su cadena productiva (como AMZN o AAPL), así como en las altas valoraciones tanto de las emisoras como del mismo S&P 500, situándose las lecturas más recientes en 30x (considerando el Bloomberg Magnificent 7) y 21x, respectivamente (Gráfica 3).
En esa misma línea, es imperante puntualizar que más allá de los aspectos técnicos, fundamentales y políticos, TACO ha funcionado por la naturaleza misma del mercado, caracterizada por responder a las noticias y hechos de corto plazo que, bajo este entendimiento, sigue un patrón básico, «vender a las amenazas de Trump y comprar cuando se retiren».
Por lo pronto y con justa razón, los tacos no sólo se han convertido en la peor comida que se sirve en Trump Tower Grill, sino en un ejemplo práctico más de la pérdida de credibilidad del ecosistema económico americano, viendo a su mercado como un sitio de especulación en vez de una infraestructura segura y sólida para crear patrimonio.