Acceder
¡Bienvenido a Rankia México! Volver a Rankia Chile

Intermediación, productos e instituciones bancarias

Introducción
 
Decir que todos sabemos lo que es un banco es incorrecto, niños y adolescentes posiblemente han visto las sucursales de algunos de ellos, pero no tienen idea de cómo funcionan y qué importancia tienen. Incluso muchos adultos pueden aceptar que tienen alto nivel de alfabetización y es posible que así sea, pero una proporción de la población carece de conocimientos financieros, al menos así lo demuestra la gráfica 1.
 
Gráfica 1. Subíndice de conocimientos financieros en países diversos.
Fuente: CNBV (2019) con base en la ENIF 2018 y el reporte G20/OECD INFE 2017.
 
Como podemos observar aún en los países cuya población tiene mayor conocimiento financiero como Francia, Canadá y Japón, existe un 30% que carece de este. Los que conocen el tema de alfabetización financiera sabrán que, aunque este subíndice dentro de las encuestas de inclusión no aborda el tema bancario, si aspectos relacionados con las tasas de interés, no obstante, nos sirve para fundamentar la afirmación: aunque para las personas educadas financieramente, el tema que abordaremos puede resultar obvio, en la práctica, millones de personas carecen del conocimiento al respecto.
Los bancos son los intermediarios con el mayor número de clientes en el mundo, aunque existen diferentes instituciones financieras, la población que no siente aversión por incorporarse al sistema financiero, prefiere abrir una cuenta en el sistema bancario, especialmente en aquellos con mejor posicionamiento, aunque financieramente pueden representar la peor opción.
En la mente de todos, siempre debemos de tener en cuenta que los bancos nunca pierden, en todo momento buscan su rentabilidad y sin embargo, para los agentes económicos representan una excelente opción para ahorrar, invertir o financiarse, por ello es de suma importancia conocer y aprender su funcionamiento y así, tomar las decisiones más adecuadas.
Por esta razón, explicaremos tres temas, que dan título al artículo el primero, lo relacionado a la intermediación bancaria; segundo, productos bancarios tradicionales y tercero, instituciones bancarias existentes.
En cada uno daremos algunas recomendaciones que serán de mucha utilidad, especialmente para los que carecen de experiencia.
 
Intermediación bancaria
 
Freixat y Rochet (1997) afirma que “las operaciones bancarias pueden ser diversas y complejas, pero existe una sencilla definición práctica de un banco: un banco es una institución cuyas operaciones habituales consisten en conceder préstamos y recibir depósitos del público.”
Sus operaciones habituales son precisamente lo que se comprende como intermediación bancaria, que por sus características, resultan muy fácil de aprender y aplicar en cualquier país, sin importar si se trata de Cuba, China, Estados Unidos o México, aunque para adquirir mayor conocimiento es importante conocer otros aspectos, los cuales intentaremos explicar de forma sencilla. Para tal efecto, emplearemos la figura 1.
 
Figura 1. Proceso de intermediación bancaria.
            Fuente: Instituto de Asesoría en Finanzas Internacionales
 
Comencemos señalando que en la economía existen tres agentes económicos: las familias cuya actividad principal es el consumo, el cual a su vez depende su ingreso personal disponible (ingreso bruto menos impuestos) teniendo una relación directa, es decir, aumenta el ingreso también lo hace su consumo. Al restar del ingreso el consumo, el resultado es positivo es el ahorro. Por otra parte, las empresas son unidades económicas que combinan técnicamente los factores de la producción para producir un bien o servicio y comercializarlo. Su principal actividad es la inversión que depende de las tasas de interés con una relación inversa, es decir, sube la tasa de interés disminuye la inversión y viceversa. El tercer agente, gobierno que recauda impuestos y emite dinero, por lo que no resulta lógico que ahorre y en cambio, que se encuentre con finanzas deficitarias y, por ende, acuda al sistema bancario a financiarse, no así para ahorrar.
En la figura 1, precisamente los agentes económicos que tienen superávit en sus finanzas ahorran a través de depósitos en las instituciones bancarias, a cambio del cobro de una tasa de interés pasiva. Aquellos que tienen déficit acuden a los bancos en búsqueda de créditos y por ello, están dispuestos a pagar una tasa de interés activa.
El negocio financiero de los bancos consiste en obtener un margen financiero:
 
MF = ia – ip
 
Donde MF es el margen financiero; ia es la tasa de interés activa; ip es la tasa de interés pasiva. En este sentido, siempre, lo que cobran los bancos debe ser más de lo que pagan, porque de ocurrir lo contrario no tendrían sentido sus operaciones financieras.
El proceso de intermediación bancaria consta de dos elementos; primero es el ahorro que consiste en captar recursos del público en general y segundo, el financiamiento, es decir otorgar préstamos o créditos a los agentes económicos con déficit. Existen otras empresas financieras que la normatividad en cada país no les asigna el carácter de bancos, pero hacen exactamente lo mismo, como ocurre con las uniones de crédito o las cajas de ahorro, la diferencia además de la exclusión legal es porque no se les permite ofrecer cuentas de cheques.
Es común que el sistema bancario esté muy concentrado tanto en lo que respecta a la captación de ahorro como a su cartera de crédito, en las gráficas 2 y 3 mostramos el caso particular de México.
 
Gráfica 2. Participación en la captación total (Diciembre 2019)
 
Fuente: Instituto de Asesoría en Finanzas Internacionales con información de la CNBV

Gráfica 3. Participación en la cartera de crédito. (Diciembre 2019)
Fuente: Instituto de Asesoría en Finanzas Internacionales con información de la CNBV
 
Como puede observarse más del 80% tanto del ahorro como del financiamiento se realizan con seis instituciones: BBVA, Santander, Citi Banamex, Banorte, HSBC y Scotiabank. Esta misma situación ocurre en distintos países, aunque los protagonistas pueden ser distintos, varios de los bancos de capital extranjero señalados, seguramente también están presentes.
 
Productos bancarios  
 
Los bancos ofrecen a los ahorradores dos productos básicos; cuentas corrientes e inversiones a plazo fijo. Las primeras a su vez se clasifican como: de ahorro y de cheques. En cualquiera de estas se firma un contrato en el que la institución financiera se compromete a devolver el capital, y si fuese estipulado, el pago por concepto de intereses. El titular de la cuenta recibe un plástico que conocemos como tarjeta de débito. Desde el momento en que se realiza el primer depósito se podrán hacer nuevos depósitos, así como retiros, en el momento en que se desee. Para abrirla, se necesita un depósito inicial mínimo, que en algunos casos suele ser demasiado alto al superar incluso los diez mil pesos mexicanos.
Por muchos años se permitió que solo las personas de 18 años o más estuvieran en posibilidad de abrir una cuenta y participar como titular de la misma. En México la normatividad actual permite que jóvenes de 15 años lo puedan hacer. A pesar de ello, en realidad hay problemas que impiden esto se lleve a cabo, ya sea por barreras financieras como la falta de recursos monetarios o por obstáculos culturales como la negativa de los padres para delegar el manejo de sus propios recursos a sus hijos e incluso, las propias instituciones bancarias que se niegan a ofrecer el servicio o hacen demasiado complejo el proceso.
Si la cuenta es de ahorro pueden efectuarse retiros directamente en ventanilla por la cantidad deseada, para lo cual, debe presentar la tarjeta de débito. Se puede recibir efectivo o hacer la transferencia a alguna cuenta que se designe para tal efecto. La otra opción es disponer de efectivo en cajeros automáticos, pero en estos casos, es limitada la cantidad, la cual varia en cada país, por ejemplo, en México lo normal son 5 000, aunque algunos bancos permiten hasta 7 000 pesos.
Respecto de la cuenta de cheques, la mecánica operativa es la misma, pero al cuentahabiente, también se le entrega una chequera que contiene una cantidad establecida de estos instrumentos que podrá expedir sin cargo alguno y si desea superarla deberá pagar una comisión por cada título adicional emitido. Se han puesto a disposición del cliente bancario una gran cantidad de nuevas formas de pago, especialmente electrónicas, que han ido desapareciendo el uso de este título de crédito (para conocer más sobre el mismo puede leer; características y uso de los títulos de crédito: cheques, letras de cambio, aceptaciones y pagarés que publicamos en este mismo Blog).
Con la tarjeta de débito se pueden hacer pagos en comercios que las acepten; por ello no se cobra ninguna comisión o cargo financiero, dado que es su dinero. Las empresas que desean aceptarlas deberán firmar un contrato de servicio con alguna institución bancaria la cual entrega una Terminal Punto de Venta (TPV) y cobra un porcentaje por cada venta efectuada que suele ir del 3 al 5 por ciento. Muchos comerciantes, de mala fe, quieren transferir ese cargo al cliente, por lo que, al precio del producto le incrementan dicha proporción. Esto es indebido y no se debe permitir, sencillamente el cliente no debe efectuar la compra o en su caso, exigirle al comercio que respete el precio, en caso contrario, advertir que se denunciará directamente al su banco, el cual, regularmente al contactarse y reportar la situación le da la razón al comprador. Por ningún motivo permita esta práctica, sin importar si la diferencia a pagar es mínima, porque se trata de hacer que el sistema financiero funcione correctamente.
Las tarjetas con banda magnética presentaban problemas de clonación, fraudes o cargos indebidos, actualmente el uso de chip y firma electrónica los han reducido significativamente. Sin embargo, la delincuencia no se detiene y es muy común que mediante distintos medios se ponga en contacto para intentar cometer un fraude sin  importar cuál sea la explicación, los bancos no llaman por lo que debe de manera inmediata colgar a las llamadas telefónica o no abrir enlaces en correo o mensajes y jamás proporcionar información que de facto las instituciones de crédito ya la tienen. Si tiene temor, el procedimiento es que usted se comunique directamente a las líneas de crédito que aparecen al reverso de los plásticos de las tarjetas. 
Se suelen aplicar comisiones a las cuentas corrientes por concepto de mantener un saldo mínimo y un costo financiero anual, entre otras. Su porcentaje es tan alto que quienes tienen dinero en estos productos siempre pagarán más de lo que podrían recibir por intereses. Por lo tanto, son altamente recomendables para contar con el efectivo suficiente que permita llevar a cabo los flujos de efectivo necesarios por gastos corrientes o lograr objetivos de ahorro de corto plazo como la compra de alguna mercancía o el pago de un servicio, pero en ningún caso deben considerarse para el ahorro del mediano y largo plazos; en caso de contar con excedente suficiente para efectuar una inversión mejor considere otras opciones.
Los pagarés a plazo fijo son productos bancarios diseñados para invertir, aunque, es indispensable que se valoren distintos aspectos antes de decidir por aquel que convenga más al titular del contrato. En este sentido existen dos principios básicos de inversión, el primero, a mayor plazo mayor rendimiento. Efectivamente si opta por un pagaré con vencimiento de 1 día la tasa de interés que se pagará es nula o mínima, en cambio, si vence en 1 año se pagarán porcentajes que podrían superar las tasas de referencia. En México, por ejemplo, se llega a obtener el 100% o más del rendimiento pagado por los Certificados de la Tesorería de la Federación (CETES), por lo tanto, si este instrumento oferta el 4%, alguna institución financiera puede ofrecer hasta 8% en pagarés.
El segundo principio señala: a mayor rendimiento deseado mayor riesgo asociado y a menor riesgo deseado menor rendimiento asociado. En el largo plazo, la posibilidad de ocurrencia de eventos es mayor, por lo tanto, efectivamente al elegir un pagaré a plazo de 1 año, los imprevistos en su vida tienen mayor probabilidad de presentarse y la necesidad de contar con liquidez se incrementa, pero el pagaré bancario no permite retiros anticipados, de tal suerte que seguramente enfrentará el riesgo de liquidez, en cambio, dicho riesgo es menor a medida que el plazo del instrumento es inferior a un mes.
Actualmente, la innovación está generando nuevas empresas financieras que son conocidas como Fintech; que ofrecen servicios de pago sin necesidad de contar con una TPV y con menores comisiones; por lo que se están un mayor número de transacciones gracias a estos productos que no ofertan la banca. Por ello, muchos bancos están mejorando sus aplicaciones y utilizando mecanismos de seguridad que les permitan brindar productos y servicios financieros a través de su propias plataformas electrónicas (Apis) y que resulten más eficientes, amigables y susceptibles de uso desde computadoras, celulares o tabletas.
En las instituciones bancarias también se pueden abrir contratos que permiten adquirir fondos de inversión, los cuales, no son productos bancarios, se distribuyen en las sucursales de los bancos, pero es un instrumento que no puede ni prometer la devolución de capital ni el pago de un interés, así es que no debe confundirlo, participar en el mercado de fondos es distinto al bancario.
A través de las instituciones de crédito se puede efectuar el pago de servicios como telefonía, televisión de paga, facturas de electricidad, entre otros. Igualmente comprar cheques de caja o certificarlos, pero estos no son productos; son servicios y por todos ellos se paga una comisión que usualmente es regulada por el banco central, aunque, en algunos países son los propios bancos quienes determinan su cuantía, llegando en ocasiones a ser caras o con amplios márgenes entre entidades financieras.
Respecto de los productos de financiamiento suelen ser créditos de corto plazo (habilitación o avío) o de largo plazo (refaccionario) o al consumo (personales, revolventes). Las empresas necesitan comprar materias primas o pagar salarios y sueldos entre otros costos indispensables para realizar sus actividades cotidianas, que de no cubrirse se verían obligadas a cerrar. El apoyo financiero que los bancos ofertan es precisamente para cubrir tales necesidades en un plazo inferior a 12 meses. Aunque, también hay activos fijos como edificios, maquinaria, equipo de transporte, entre otros ejemplos, cuyos precios son elevados y se necesita más de un año para poder cubrirlo, para estos casos se requiere el crédito de largo plazo.
En el caso de las personas físicas suelen otorgárseles créditos al consumo en forma de préstamos personales regularmente asociados a una nómina, dado que, directamente la institución de crédito cobra descontando mensualmente la parte correspondiente al salario o sueldo del trabajador. Normalmente el monto a prestar es por tres meses del ingreso mensual que percibe la persona, pero ello, depende del banco. Las tasas de interés y condiciones divergen entre oferentes por lo que es importante hacer una evaluación para determinar cuál es la opción más conveniente, para ello, deberá considerar tasa de interés, restricciones asociadas y en especial, que la cantidad solicitada realmente lo ayude a superar una crisis de liquidez o le genere beneficios reales.
En lo relativo a los créditos revolventes, el producto más representativo son las tarjetas de crédito, las cuales, extienden un monto disponible que se podrá utilizar en el momento que se desee mediante un plástico, al igual que la tarjeta de débito, puede retirarse efectivo en ventanilla bancaria o en cajeros automáticos, además de efectuar pagos en comercios afiliados. La diferencia reside en tratarse de dinero que no pertenece al cuentahabiente por ello, cada transacción de disposición en efectivo causa de manera inmediata un costo financiero, que entre más tiempo transcurra para cubrirse, mayor será el monto por concepto de interés que se pagará; recalcando que se trata de una tasa activa por lo que será mucho mayor a la obtenida por depósitos, por ende, una tarjeta de crédito jamás debe utilizarse como un instrumento de ahorro.
Este instrumento financiero otorga beneficios que no se presentan en ningún otro caso, por ejemplo, meses sin intereses, acumulación de puntos convertibles en efectivo y financiamiento para enfrentar crisis de liquidez menores a dos meses. Con educación financiera y disciplina puede ser muy útil.
La banca también ofrece recursos para la adquisición de vivienda residencial y no residencial, es decir, tanto para casas y departamentos como para oficinas o naves industriales. Estos créditos son denominados hipotecarios y su característica principal es ser de muy largo plazo, usualmente de diez a veinte años, no obstante, hay instituciones que han puesto en el mercado créditos con plazo de hasta 40 años.
Lo fundamental al momento de adquirir un crédito es que el cliente elija el mayor plazo, a la menor tasa de interés posible, que no exista penalización por adelantos al capital y de ser posible que se adecuen a las preferencias personales, por ejemplo, al pagar capital adeudado existe la posibilidad de reducir el monto de la mensualidad o el plazo hasta la liquidación; muchos optan por la primera opción, desde el punto de vista, financieramente es más adecuada la reducción en la cuantía del pago mensual.
Las cuentas corrientes suelen ser ofrecidas bajo un nombre comercial para que sean identificadas fácilmente por la clientela, por ejemplo: BBVA plan, cuenta perfiles, ahorro flexible HSBC, cuenta enlaces, suma menores, cuenta única, entre otros.
Lo mismo ocurre con los pagarés que se promocionan con denominaciones como: Scotia inversión disponible, pagaré único, pagaré Banorte, pagaré digital, pagaré HSBC, pagaré citibanamex, entre otros.
De forma similar, en créditos son empleados nombres comerciales usualmente asociados a la marca bancaria, ya sean personales, empresariales o hipotecarios.
Los créditos revolventes a través de tarjeta de crédito suelen ser asociados a un metal precioso como oro o platino para darles la connotación de exclusividad, aquellas más comunes, que ofrecen menos servicios y beneficios, aunque, en teoría gratuitos, son asociadas a palabras como premio o recompensa. No obstante, más allá del ego que podría representar posee una oro o platino, en realidad nada es gratuito, sus anualidad son las más caras del mercado, haciendo que los beneficios no correspondan con el costo financiero asociado. Nuestra sugerencia es que utilice una tarjeta con la línea de crédito que se adecue a sus necesidades financieras y capacidad de pago.
Tener acceso a los servicios financieros tendrá siempre beneficios de una u otra forma, que con educación financiera y organización serán mayores, por ello, recomendamos que entre más joven se pueda iniciar relaciones comerciales con las instituciones bancarias será mucho mejor; lo importante es comenzar a generar experiencia en los mercados financieros, porque con ello mejorará significativamente la administración de los recursos monetarios y la eficiencia de las finanzas personales darán el conocimiento que en el futuro permita pasar del plano del ahorro al manejo de inversiones reales o financieras con altas probabilidades de éxito.
 
Instituciones bancarias
 
Los bancos pueden ser propiedad de particulares o del estado, en el primer caso son conocidos como bancos comerciales o privados y se constituyen como sociedades anónimas que emiten acciones; tienen un consejo de administración con un presidente como máximo representante; actualmente los más conocidos tienen presencia global con la misma marca comercial. Por ofrecer productos y servicios al público en general también se les denomina banca de primer piso.
Algunas de las instituciones globales más grandes del mundo son Agricultural Bank of China; Banco Bilbao Vizcaya; Banco Santander; Banco Santander; Bank of America; Bank of China; Bank of Montreal; Banque National Paribas (BNP); Barclays; Credit Agricole; China Construction Bank (CBC); China Merchants; Citi Group; Deutsche Bank; Goldman Sachs; Hong Kong Shangai Bank Corporation (HSBC); ICBC; Mitsubishi UFJ; Morgan Stanley; Royal Bank of Canada; Sumitomo Mitsui Financial Group; Mizuho Financial Group; UBS. De hecho, ellas son las que dominan en muchos mercados como el mexicano.
Los bancos mexicanos con presencia local son Banorte, Inbursa, Banco del Bajío, Banco Azteca, Afirme, Multiva, Invex, Mifel, Ve por más, entre otros.
Aquellos propiedad gubernamental pueden representar una figura legal distinta en cada país; en México son constituidos como Sociedades Nacionales de Crédito y forman parte de la administración pública paraestatal. La forma más general de llamarlos es bancos de fomento y/o desarrollo; o sencillamente bancos estatales. Atienden un sector económico específico, considerado estratégico o que desee ser impulsado por parte del gobierno. No están dirigidos al público en general, únicamente cuando forman parte del mercado objetivo, por ello, se dice que realizan funciones de banca de segundo piso. En algunos casos su marco normativo les permite también realizar aquellas de primer piso, como ocurre con Banco Nacional del Ejército y la Fuerza Armada (Banjército) y Banco del Bienestar (antes Banco Nacional de Servicios Financieros), razón por la cual civiles pueden abrir cuentas en el primero y ambos cuentan con cajeros automáticos.
En América Latina existen entidades como Banco de la Nación Argentina, Banco de la Provincia de Buenos Aires, Banco de la República Oriental del Uruguay, Banco Hipotecario del Uruguay, Banco do Braxil, Caixa Económica Federal, Banco del Estado de Chile (BancoEstado), Banco Agrario de Colombia, Banco Nacional de Costa Rica entre otros. En México son seis: Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), Nacional Financiera (Nafin), Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), Sociedad Hipotecaria Federal (SHF); Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada (Banjército) y Banco del Bienestar.
Es usual que la elección de institución bancaria se haga por decisión de un tercero; a razón que alguna empresa requiera la cuenta de un banco en particular o porque es la más cercana al domicilio personal o laboral, pero es indispensable hacer una evaluación mínima, para ello, se deben considerar los servicios asociados; niveles de tasas de interés pasiva y activa; costos no financieros como seguros o montos de multa, en algunos países como México se puede consultar a la Comisión Nacional de Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef) que periódicamente presenta indicador sobre el número de quejas sobre instituciones financieras tanto en productos de ahorro como de crédito.
Es común encontrar afirmaciones sobre que la banca comercial no da atención a sectores o personas no rentables, las cifras lo confirman, por ejemplo, según la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV, 2019) en diciembre, las sucursales bancarias en zonas rurales eran 11, en tanto que en áreas urbanas ascendían a 4,081. En cambio, los bancos de desarrollo en el sector rural eran 6 y en el urbano 220, de los cuales hay que considerar que no todos atienden a la población en su conjunto, a diferencia de la banca privada que si lo hace. En definitiva, para la población rural son otro tipo de intermediarios financieros quienes permiten su inclusión financiera.
Recuerde que nuestro trabajo no es convertirlo en un economista o financiero experto, pero si apoyarlo para que incremente su educación económica y financiera, facilitando la comprensión del funcionamiento de los mercados y sus instrumentos, logrando mejores decisiones de inversión y financiamiento, en beneficio de su economía.
Confiamos que este artículo les haya sido útil y esperamos sus comentarios al respecto, con el propósito de mejorar en los futuros temas a exponer y si desea suscribirse con el propósito de estar en comunicación con nosotros se lo agradeceremos.
 
Bibliografía y regulaciones consultadas.
 
Ø  CNBV (2019) Panorama anual de inclusión financiera. CNBV. México.
Ø  Díaz Mondragón, Manuel y Vázquez Carrillo, Nitzia (2014) Mercados financieros internacionales. Editorial Trillas. México.
Ø  Díaz Mondragón, Manuel y Vázquez Carrillo, Nitzia (2016) Sistema financiero mexicano. Editorial Trillas. México.
Ø  Freixas, Xavier y Rochet, Jean-Charles. (1997) Economía bancaria. Antonio Bosch Editor.  
Ø  Ley de Instituciones de Crédito (2020) Publicada en el Diario Oficial de la Federación, obtenida de http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/index.htm
Ø  Vázquez Carrillo, Nitzia y Díaz Mondragón, Manuel (2019) Historia de la banca extranjera en México. Instituto de Asesoría en Finanzas Internacionales. México.
 
¿Te ha gustado mi artículo?
Si quieres saber más y estar al día de mis reflexiones, suscríbete a mi blog y sé el primero en recibir las nuevas publicaciones en tu correo electrónico
Accede a Rankia
¡Sé el primero en comentar!