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¿Qué es el balance general?

El balance general revela la salud financiera de una empresa: detalla activos, pasivos y capital contable. Es clave para inversionistas en México que buscan tomar decisiones informadas y evitar errores comunes en el análisis financiero.
Una calculadora sobre varias hojas con columnas de números
¿Qué es el Balance General?


Cuando se tiene la idea de empezar a invertir, en muchas ocasiones, los inversionistas individuales optan por analizar a las compañías en las que les gustaría invertir a partir de centrar su atención en información tal como, el precio de las acciones, las utilidades por acción, o incluso las noticias corporativas recientes de la compañía. Si bien estos datos son útiles, son solo una pequeña parte de lo que tienes que tener en cuenta para tomar una decisión de inversión bien informada. Por lo tanto, si realmente deseas comprender la salud financiera de una empresa, hay una herramienta esencial que no puedes ignorar, el balance general. 
 
En este artículo te cuento, ¿qué es un balance general y por qué es clave para invertir?, los conceptos que lo componen, los indicadores financieros: qué puedes obtener de él, y los errores comunes que debes evitar.
 

¿Qué es un balance general y por qué es clave para invertir? 

Cuando se trata de comprender una compañía, pocos estados financieros dentro del análisis fundamental son más importantes que el balance general, debido a que este ofrece información crucial sobre la salud de la empresa en cuestión, por lo que puede ser utilizado por los posibles inversionistas para decidir si invertir en ella o no. 
 
El balance general es uno de los documentos financieros fundamentales que elaboran las empresas, junto con el estado de resultados y el estado de flujo de caja. Comúnmente, el balance general, está diseñado para comunicar con exactitud el valor de una empresa u organización, es decir, su denominado "valor en libros". Este documento también ofrece una visión general de la situación financiera de la compañía en un momento específico de tiempo, también conocido como "fecha de reporte". Normalmente, el balance general se prepara y distribuye mensual o trimestralmente, según la frecuencia de presentación de informes que determine la ley o la política de la empresa. 
 
El balance general enumera y contabiliza todo lo que posee la empresa, es decir sus activos, así como todas sus deudas, llamadas pasivos, y el capital contable, también conocido como patrimonio neto. 
 
La estructura básica de un balance general suele organizarse según esta ecuación: 
 
Activos = Pasivos + Capital Contable 
 

Activos: qué tiene la empresa y qué tan líquidos son 

Un activo se define como cualquier cosa que sea propiedad de una empresa y que posea un valor inherente y cuantificable. Las cuentas dentro de este segmento se enumeran de arriba a abajo de acuerdo con su liquidez, o, en otras palabras, la facilidad con la que se pueden convertir en efectivo. Una empresa puede, de ser necesario, convertir un activo en efectivo mediante un proceso conocido como liquidación. Los activos suelen contabilizarse como positivos (+) en el balance general, y se dividen en activos circulantes y activos fijos, o a largo plazo. 
 
Los activos circulantes, que pueden convertirse en efectivo en un año o menos, incluyen: 
 
  • Efectivo y equivalentes de efectivo 
  • Gastos pagados por anticipado 
  • Inventario 
  • Valores negociables 
  • Cuentas por cobrar 

Los activos fijos, o a largo plazo suelen incluir inversiones liquidables en periodos mayores a un año, tales como: 
 
  • Terrenos 
  • Patentes 
  • Marcas registradas 
  • Marcas comerciales 
  • Fondo de comercio 
  • Propiedad intelectual 
  • Equipo utilizado para producir bienes o prestar servicios 

Pasivos: qué debe la empresa y si está sobreendeudada 

Un pasivo es lo opuesto a un activo; es decir, un pasivo es cualquier cantidad monetaria que una compañía debe a terceros, desde facturas a proveedores hasta intereses de bonos emitidos a acreedores, alquileres, servicios públicos y salarios. En otras palabras, los pasivos son obligaciones financieras y legales de pagar una cantidad de dinero a un deudor, por lo que suelen contabilizarse como negativos (-) en el balance general. Los pasivos también pueden incluir la obligación de entregar bienes o proporcionar servicios en el futuro. 
 
Los pasivos se clasifican en pasivos circulantes, los cuales tienen vencimiento dentro de un año y se listan por fecha de vencimiento, y pasivos a largo plazo, que cuentan con vencimientos en cualquier momento posterior a un año. 
 
Los pasivos circulantes suelen referirse a cualquier obligación contraída con el deudor en el plazo de un año, y pueden incluir: 
 
  • Gastos de nómina 
  • Pagos de alquiler 
  • Pagos de servicios públicos 
  • Financiación de deudas 
  • Cuentas por pagar 
  • Otros gastos acumulados 
 
Los pasivos a largo plazo contemplan cualquier obligación o deuda de largo plazo, es decir, mayor a un año, como, por ejemplo: 
 
  • Arrendamientos 
  • Préstamos 
  • Bonos por pagar 
  • Provisiones para pensiones 
  • Pasivos por impuestos diferidos

Capital contable: qué parte es realmente de los accionistas 

El capital contable, también conocido como patrimonio neto de los accionistas, por lo general, comprende a todo lo que pertenece a los propietarios de una empresa una vez contabilizados los pasivos. El capital contable suele incluir dos elementos clave, el primero es el dinero que se aporta a la compañía en forma de inversión a cambio de cierto grado de propiedad por parte de los socios de la misma, los cuales, usualmente son representados por acciones, el segundo son las ganancias que genera el negocio a través del tiempo y que normalmente son retenidos. 
 
Dicho de otra manera, si se suman todos los activos que posee una empresa, y se le restan todos los pasivos, el remanente es el capital contable, el cual, incluye el capital invertido por los accionistas, y las ganancias retenidas. 
 
El capital contable, o propio, son los recursos atribuibles a los propietarios de una compañía, o a sus accionistas. También se conoce como patrimonio neto, ya que equivale al total de los activos de una empresa menos sus pasivos, o la deuda que tenga contraída con terceros. 
 
Por su parte, las ganancias retenidas, son las utilidades netas que una empresa obtiene y reinvierte en el negocio, o que también puede utilizar para saldar sus deudas. El importe restante se distribuye a los accionistas en forma de dividendos.

Ejemplo de Balance General:

 
Como podemos ver en el balance anterior, se divide en dos áreas principales. Los activos están en la parte superior, y debajo de ellos están los pasivos de la empresa y el patrimonio de los accionistas. También está claro que este balance está equilibrado cuando el valor de los activos es igual al valor combinado de los pasivos y el patrimonio de los accionistas. Otro aspecto interesante del balance es cómo se organiza. Las secciones de activos y pasivos de la hoja de balance están organizadas por el estado actual de la cuenta. Entonces, para el lado del activo, las cuentas se clasifican típicamente de la mayoría de los líquidos a los menos líquidos. Para el lado del pasivo, las cuentas se organizan de préstamos a corto, largo plazo y otras obligaciones.

Indicadores financieros: qué puedes sacar del balance 

El balance general es una herramienta crucial para la toma de decisiones financieras, ya que revela mucho más que números, este documento, cuenta la historia acerca de la operación de la empresa, y es utilizado por ejecutivos, inversionistas, analistas y reguladores para comprender cómo se financia la compañía, y si esta goza de buena salud financiera. 
 
El balance general permite al usuario, obtener una visión global de los activos y pasivos de la firma. A través de ratios financieros calculados con las cifras que presenta, y que miden la liquidez, la rentabilidad, la solvencia y la rotación de la compañía, es posible valorar la cantidad de riesgo que la empresa conlleva. En otras palabras, si cuenta con un patrimonio neto positivo, el grado de liquidez de sus activos, es decir, si dispone de suficiente efectivo y activos a corto plazo para cubrir sus obligaciones, lo que indica que podría afrontar una crisis económica, la probabilidad de mantenerse solvente, y si está altamente endeudada en comparación con la competencia, dado que una deuda excesiva supone un mayor riesgo, especialmente si sus ganancias son volátiles.

Muchos inversionistas analizan ratios financieros clave, derivados del balance general para evaluar la estabilidad financiera de la compañía, tales como: 
 
  • Razón circulante = Activos circulantes / Pasivos circulantes, el cual mide la liquidez a corto plazo. 
 
  • Razón de solvencia o deuda-capital = Pasivos totales / Patrimonio neto, que evalúa la solvencia y el apalancamiento a largo plazo. 
 
Estas métricas ayudan a determinar si una empresa puede cumplir con sus obligaciones de corto plazo, y a qué nivel se encuentran financiadas.

Errores comunes al leer balances que tienes que evitar 

Si bien el balance general es un documento que contiene información invaluable para inversionistas y analistas, presenta algunas desventajas, o errores comunes en su interpretación. Uno de ellos es, el analizar los totales brutos como "Activos totales" o "Pasivos totales" sin hacer una comparación con las cifras de períodos anteriores, o con los datos característicos y normas del sector, lo cual puede resultar engañoso. 
 
Un balance general tiene ciertas limitaciones debido a su acotado alcance temporal, dado que es un estado financiero estático, por lo que solamente refleja la situación financiera de una compañía en un día específico. Por lo tanto, el analizar un balance general por sí solo puede dificultar determinar si una empresa ha estado manteniendo un buen desempeño durante un cierto periodo de tiempo. 
 
En razón de lo anterior, es recomendable, nunca considerar un balance general de forma aislada; es decir, siempre debe complementarse con el estado de resultados y el estado de flujo de efectivo, debido a que muchos ratios financieros extraen los datos incluidos en estos estados financieros, lo que permite obtener una visión completa de la situación por la que atraviesa una empresa. En otras palabras, un balance general por sí solo puede no reflejar la situación completa de la salud financiera de una empresa. Por ejemplo, un balance general aparentemente sólido, puede presentar en el estado de resultados ganancias débiles, o un flujo de efectivo negativo, lo que puede ser señal de problemas, o al menos plantear dudas sobre el desempeño general de la compañía.

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