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Mentiría si dijera que aquello que esperamos no juega un papel importante en las decisiones que tomamos, sucede en ámbitos tan personales e íntimos como en cualquier sentido profesional, quienes nos dedicamos y estudiamos las finanzas entendemos que si hay un escenario que vemos con mayor posibilidad de concretarse acaba por definir muchas de nuestras acciones actuales. Pero en el tema de expectativas participa un sentido psicológico que resulta muy perjudicial, llegando al punto de magnificar o disminuir consecuencias de los actos que ocurren dentro de una sociedad.

Cualquier país que tiene un cambio de gobierno empieza a sentir nervios por las cosas que el nuevo personal del ejecutivo intenta lograr en temas tan sustanciales como educación, energéticos, salud, seguridad pública, economía, etc, que en realidad se termina hablando mucho y las palabras se pierden en el ruido. Pero quizás hay que iluminar mejor ciertos puntos en materia de economía que se mencionan mucho en redes, aunque no se acaban por esclarecer y terminan por contagiarse por la falsedad que corre de cuenta en cuenta.

Alza de salario mínimo en el país. Dentro de un país cuyo nivel salarial promedio ha disminuido en términos reales en la última década, no debería sernos un tema tan ajeno el del salario mínimo. De hecho esta alza no es algo completamente inédito, durante los últimos años el SM ha estado subiendo por encima de la inflación esperada y había estado recuperando poder adquisitivo, esta subida extra se le denominó como el Monto Independiente de Recuperación (MIR), así que no es algo completamente nuevo de este gobierno, pero sí fue un alza de 16% que resultaba muy importante hacer, debido a que el nivel del salario mínimo en México es tan bajo que ni siquiera subirlo así tiene un impacto significante con otras variables macroeconómicas. Valdrá la pena que las siguientes alzas correspondan a estudios de incremento de productividad dentro del mercado laboral mexicano y se hagan de forma gradual para no generar expectativas inflacionarias, que aunque esta alza no debería tener un impacto significativo, continuar por este mismo sendero sin modificar de raíz los enormes problemas de productividad en un México disminuido por la informalidad, sí estaríamos dirigiéndonos hacia un desequilibrio económico.

Disminución de tasas impositivas en la frontera. Aplicar una política espejo con Estados Unidos es un arma de doble filo, se procura recuperar competitividad en una zona que compite directamente con uno de los mercados más fuertes y eficientes, pero ello implica un sacrificio enorme para el estado mexicano. En la Ley de Ingresos se exhibe ya la reducción de recaudación por esto, pero en caso de ser subestimada puede poner en peligro muchos programas, o quizás romper la promesa de no incrementar la deuda pública en proporción al PIB (Actualmente ronda entre 45 y 46%). Y es que Estados Unidos tiene una deuda pública cercana al 100% de su PIB, pero los efectos de un déficit fiscal son completamente incomparables entre un país y el otro, desde la reacción de calificadoras como de capitales buscando su destino y hasta los costos de deuda que van ligados a cada país.

Paquete económico 2019. Luego del efecto desmedido en mercados por el NAICM, la presentación de los documentos que corresponden al paquete económico del año entrante ha tranquilizado a los mercados, se ha visto serio y muy apegado a la realidad. El gran plus que tiene es el que ha esclarecido Gerardo Esquivel, quien iba a ser subsecretario de egresos, y fue el de no subestimar ingresos, cosa que sucedía en sexenios pasados y se prestaba para un gasto discrecional que acababa por ser otro ingrediente a la opacidad del gobierno federal.

En materia económica hay cosas por las cuales preocuparse, las expectativas de crecimiento siguen tan bajas como el sexenio anterior y no encontramos un estudio que avale que los proyectos de infraestructura tendrán un impacto significativo en alcanzar mayores niveles de desarrollo en donde estarán. Sin embargo, si de expectativas se trata, para este 2019 continuaremos en niveles bajísimos de inversión pública, con un crecimiento muy similar al sexenio Peñista, y con la incertidumbre de si las políticas sobre mercado laboral acabarán haciendo de éste uno más competitivo y productivo o uno todavía más endeble.

Hay buenas y malas noticias en este primer mes, el paquete económico ha tranquilizado a los mercados y la noticia del salario mínimo no es cosa menor cuando éste cubre finalmente la canasta alimentaria básica. Muchas cosas por analizar en un mes que se anticipa como el primer bocado de un sexenio que dará bastante cosas por contar.

Y, por cierto, feliz 2019 a los lectores.

David Abraham Ruiz Ruiz

Licenciado en Finanzas por la Universidad de Sonora

Correo: [email protected]

Twitter: @Ruiz4D

 

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