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La moneda local inició agosto con el pie izquierdo, registrando, al corte de la 31° semana del año, una depreciación acumulada mensual del orden de 1.94% frente al dólar estadounidense. Si bien es cierto que dicho comportamiento no opaca su apreciación YTD de 12.41%, en los últimos días, tanto por factores internos como externos (principalmente, la rebaja de la nota crediticia de Estados Unidos de América por parte de Fitch Ratings, desde AAA a AA), más de uno se ha cuestionado a qué nivel y en qué momento el peso mexicano tocará fondo.


Hace 3 semanas, le compartía mi opinión al respecto desde una visión meramente técnica. Considerando en aquel momento, cuando el par USDMXN se ubicaba en niveles de MXN$ 16.75, se enfrentaría, en primera instancia, contra el rango de soportes de MXN$ 16.40 – MXN$ 16.60 (cuestión que se ha respetado), y, de superarlo, además de romper el piso de MXN$ 16, podría llegar a establecerse en niveles de MXN$ 15.60 (Gráfica 1).

No obstante lo anterior, la verdadera interrogante sería: ¿qué situaciones o hechos propiciarían la tan esperada depreciación del peso mexicano?


Como lo hemos platicado a lo largo del último año y medio, los altos niveles de tasas de interés que ostenta nuestro país han influido en la apreciación del peso mexicano.

En ese sentido y dado el actual contexto monetario internacional, que se ha caracterizado por ser heterogéneo, los operadores del mercado de divisas han optado por llevar a cabo una estrategia denominada “carry trade”, la cual consiste en pedir prestado en una moneda de un país con una tasa de interés baja para convertirla en otra moneda de un país con una tasa de interés alta y, finalmente, invertir con esa moneda.

Un ejemplo de ello ha estado sucediendo entre el par MXNJPY. El inversionista pide prestado en yenes japoneses a una tasa del 0%, para, posteriormente, intercambiarlos por pesos mexicanos, con los cuales invierte en instrumentos de renta fija nacional a una tasa del 11.25% (Gráfica 2).

Cuando se hace carry trade, existen 3 formas de ganar: cuando la moneda cotizada se deprecia, cuando la moneda base se aprecia y cuán más se expanda el diferencial de tasas entre los países de ambas monedas.

¿De qué forma esta estrategia influiría en la depreciación de nuestra moneda? Considerando que nos encontramos atestiguando el carry trade del MXNJPY más atractivo de las últimas 2 décadas y que, tanto el Banco de Japón (BOJ, por sus siglas en inglés) como el Banco de México (Banxico), podrían comenzar a cambiar su retórica monetaria en el mediano plazo, se esperaría una contracción del spread de tasas, lo que conllevaría a que los inversionistas reconviertan sus pesos mexicanos a yenes japoneses.


En el balance de riesgos al alza para el tipo de cambio, destaca uno político; refiriéndome particularmente a que en el 2024 se celebrarán elecciones presidenciales en México y en Estados Unidos de América.

De 1995 (primer año en que el peso mexicano comenzó a operar bajo el régimen cambiario flotante) al 2022, el par USDMXN se ha depreciado anualmente en promedio 5.70%. Ahora bien, cuando analizamos su comportamiento durante los periodos electorales mexicanos, contrario a lo que se pensaría, tiene un mejor comportamiento que cuando no es un periodo electoral, registrando una apreciación de 1.07% contra una depreciación de 6.83%. Sin embargo, al ambientarlo en el escenario americano, la moneda local suele depreciarse en el orden de 6.69% (Tabla 1).


En junio de 2021, el Banco de México dio comienzo al actual ciclo de endurecimiento monetario como medida para contener la creciente inflación, siendo uno de los primeros bancos centrales en hacerlo. Dicho hecho, le permitió a nuestro país ganar atractivo entre los inversionistas internacionales, dado el rédito competitivo que ofrecía, sobre todo frente al de Estados Unidos de América.

Si bien la tendencia de los índices generales de precios en los dos países no ha sido simétrica en los últimos 2 años, la realidad es que la inflación americana muestra un gap de tan sólo 1 punto porcentual con respecto a su nivel objetivo, mientras que el de la inflación mexicana con su respectivo rango objetivo es de 2 puntos porcentuales. En ese tenor, se esperaría que la FED alcance los niveles suficientemente restrictivos con un último ajuste de un cuarto de punto a la tasa de interés en septiembre, con lo que, poco a poco, el diferencial de tasas entre ambos países afianzaría su reducción, resultando en un menor interés de los inversionistas por los papeles mexicanos. De febrero de 2023, fecha en que se logró el mayor spread, de 625 básicos, a agosto de 2023, el diferencial ha disminuido 25 puntos base (Gráfica 3).

Históricamente, el peso mexicano, como se mencionó anteriormente, ha tendido a depreciarse cada año con respecto al dólar estadounidense, por lo que no es raro que se observe con extrañeza al avance YTD de 12.41% registrado al corte del 4 de agosto de 2023.

Pese a ello, es importante que siempre se tenga presente que las condiciones económicas del país no son estáticas, y que lo que prevaleció tiempo atrás no necesariamente lo será en la posteridad.

Dicho esto, todo aquel que al igual que yo analiza el acontecer económico nacional e internacional a diario, coincidirá conmigo en que hoy son otros tiempos y, por cierto, muy favorecedores para México.

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  1. en respuesta a Laramonica
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    Top 10
    #2
    08/08/23 14:36
    ¡Hola, @laramonica!

    A ti, por leerme.
  2. #1
    08/08/23 13:32
    Muchas gracias.