La teoría de Ramón
Edgar Arenas Elegimos un lugar céntrico para desayunar, tenía algunos años que no lo veía por sus constantes negocios en Sudamérica. Era una mañana fría y nos acompañamos de un café en una amena plática de negocios y proyectos. Justo cuando profundizábamos en los vaivenes de la economía hizo una pausa, tomó un sorbo de café y soltó una bala. Edgar, tengo una teoría.