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Cleptomanía macroeconómica (1): el glorioso gasto público y el multiplicador de los panes

EDITOR's CHOICE
Este artículo contiene matemáticas. Soy consciente de que son difíciles de digerir, a mí también me costó en su momento. Pero si necesitas una motivación para pasar por semejante calvario, creo que leer mi primer artículo te servirá de motivación.

Os hago spoiler: según las matemáticas económicas que se enseñan en los institutos y universidades, el gasto público multiplica los panes y el libre mercado es para bobos porque sin la intervención del Estado en la economía, ésta no puede prosperar, como si los diversos agentes económicos del sector privado fueran niños que no saben lo que realmente les conviene.





En primer lugar, haré un desarrollo matemático de esta fórmula keynesiana, la explicaré para que la entendáis y luego comentaré sus implicaciones para que todo quede más claro.

Si mientras leéis el artículo, os esforzasteis por echarle un pulso a Keynes, pero aun así él os venció, mejor pasad directo al apartado de implicaciones para que al menos os quedéis con algo.

¡Que lo disfrutéis!

El PIB, consumo y gasto público


1. El PIB

El Producto Interior Bruto es el valor de los bienes finales y servicios producidos en una economía durante un año. En primer lugar, repasemos la fórmula del PIB con sus componentes, no es omisible puesto que es la base del edificio.

C= consumo

I= inversión

G= gasto público

XN= exportaciones netas (exportaciones-importaciones)

En el desarrollo matemático, por simplicidad, eliminaremos XN y sustituiremos PIB por Y, que así es como sale en los libros de texto de macroeconomía.

2. El consumo y la propensión marginal a consumir

Suena tan técnico que creerás que es algo muy chungo, y la verdad es que es muy simple. 

Llamaremos a la propensión marginal a consumir c. “c” es el porcentaje de la renta disponible de los agentes económicos que destinan a consumir y no a ahorrar. Por ejemplo, si c = 0,7 (= 70%), esto significa que de forma “generalizada”, los agentes económicos de esta economía dedican el 70% de su renta al consumo y el 30% restante al ahorro.

Vamos a introducir este componente en la fórmula :



Debes estar queriéndote ir a ver Netflix y no calentarte tanto la cabeza, pero a diferencia del pelma de tu profe de economía, intentaré que lo entiendas.

Te debe sorprender que el PIB (Y) esté repetido dos veces. El que está a la izquierda es el PIB tal y como como está definido arriba. En el caso del segundo, sería el equivalente a la suma de todas las rentas de la economía y T son los impuestos.

Te estarás preguntando por qué el PIB también es, supuestamente, igual a la suma de todas las rentas. Una explicación aproximada es que, con el valor de los bienes finales vendidos se ha retribuido a todos los agentes económicos que componen la totalidad de las actividades productivas y logísticas del producto y/o servicio. No obstante, quédate con el concepto de que equivale a la suma de todas las rentas de la economía. 

Por tanto, en la segunda fórmula, si os fijasteis bien, la variable “consumo”(C) se ha extendido:



¿Qué significa esto? En primer lugar, tenemos (Y-T), que es lo mismo que la renta neta, es decir, lo que le queda al contribuyente después de que el Estado le haya hecho pagar impuestos. En segundo lugar, tenemos la propensión marginal a consumir, que ya he explicado extensamente. Todo junto compone el consumo, cuya explicación es la siguiente: es el dinero que el conjunto de contribuyentes se gasta después de haber pagado impuestos.

La segunda fórmula que vimos anteriormente incluye esta versión extendida del consumo, aún así os la vuelvo a poner para que no os perdáis:



Empecemos con las mates, pero no os preocupéis, os traigo los deberes hechos :)

¿Os acordáis de las ecuaciones de primer grado del instituto? Pues hay que despejar Y. Éste es el resultado:

La fracción 1/(1-c) es conocida como el multiplicador keynesiano, en breve os explico sus repercusiones.
 

3. El multiplicador y el gasto público

Cabe entender este concepto porque define la relación entre el gasto público y el aumento del valor del PIB debido a un aumento del consumo. Si eres matemático y te aburres, haz la derivada de Y respecto a G, que se tarda muy poco. Éste es el resultado:



Efectivamente, el resultado de la derivada es exactamente el multiplicador. Esto significa que si el gobierno aumenta en 1 unidad monetaria (como un euro o un dólar, por ejemplo) el gasto público, la producción aumentará exactamente al equivalente del multiplicador.

Vamos a ponerle números para aclararnos: imaginemos una economía llena de despilfarradores (desde mi punto de vista) que gastan el 80% de su renta neta y sólo ahorra el 20% restante. En este caso, c = 0,8 (80%) y si lo sustituimos en el multiplicador 1/(1-c), sería 1/(1-0,8), que equivale a 5; por tanto, por cada euro que se aumente el gasto público, el PIB (Y) va a aumentar en 5€.

Ya os dije yo que éste era el multiplicador de los panes. 

Hagamos la misma derivada, pero esta vez respecto a T. Éste es el resultado:


En el caso de los impuestos, el multiplicador ha cambiado y adicionalmente tiene signo negativo, lo cual tiene sentido, porque si aumentas los impuestos la economía se contraerá.

Si sustituimos la propensión (c) por 0,8 otra vez, nos sale que el nuevo multiplicador adquiere el valor de -4 euros. Entonces, por cada euro que se aumentan los impuestos, la economía se contrae en 4€. 

Implicaciones

Según el keynesianismo, cuando hay recesión económica, los estados deben aumentar el gasto público para estimular el consumo y así reactivar la economía, mientras que bajar los impuestos es algo opcional, porque las matemáticas planteadas en este modelo económico dicen que es menos expansivo; además de que lógicamente, baja la recaudación y aumenta la deuda pública. 

Esto es lo que dice la teoría, en la práctica, algunos religiosos del keynesianismo (políticos, economistas, incluso algunos de ellos son premios Nobel) tienen una obsesión con reactivar la economía permanentemente con el gasto público y cuando se habla de reducirlo se llevan las manos a la cabeza, para ellos es inconcebible.

Los keynesianos no toleran que haya un exceso de ahorro por parte de la población debido a que priorizan el consumo, y si la población no gasta todo lo que estos intelectuales consideran que deberían gastar, son capaces de defender que el gobierno endeude al contribuyente mediante un incremento del gasto público para una vez más 'reactivar' la economía.

En último lugar, engordar el tamaño del Estado es expansivo para la economía. Si cogemos las fórmulas que vimos anteriormente, subir el gasto público en 1€ y aumentar los impuestos en 1€ equivale a un aumento del PIB de 1€. En el ejemplo que vimos, con una propensión c=0,8, si aumentamos el gasto público en 1€ el PIB aumentaba en 5; y subiendo los impuestos en 1€ disminuía en 4€, por tanto, 5-4=1. Esta asunción es muy peligrosa porque da vía libre a los gobiernos para expoliar al contribuyente para que se gasten el dinero indiscriminadamente en lo que les dé la gana.

Conclusión

Podría extenderme todavía más, no obstante, también considero que por hoy habéis tenido que digerir bastante, así que lo dejamos para otro día. 

Si habéis interiorizado bien el apartado de las implicaciones debéis estar alerta de cuando los reguladores deciden 'reactivar' la economía' haya recesión o período de bonanza económica. Lo que hagan con el presupuesto público os va a afectar de una forma u otra; recordad que si los burócratas rompen los platos, no tendrá consecuencias para ellos, pero lo que sí es es seguro es que lo pagaréis vosotros.

En el próximo artículo hay más Keynes, pero como suelo reiterar, es la forma de pensamiento económico más aceptada en Europa y por eso es necesario entenderla. 

¡Hasta la próxima!
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