En la actualidad, aún hay especialistas y principalmente empresarios que afirman que el nuevo Régimen de Incorporación Fiscal es una imposición abusiva para el bolsillo de los mexicanos y que impacta negativamente a las millones de familias de este país. Pero eso no le interesa al fisco, y hoy que termina el periodo de declaraciones de impuestos podemos esperar terrorismo fiscal para los próximos meses.
Hace apenas un par de meses y en esta reciente contienda electoral, algunos legisladores advierten que el gobierno del presidente, a través del Servicio de Administración Tributaria (SAT), aplicarán “terrorismo fiscal” hacia todo el padrón de contribuyentes en México.
¿Por qué aplicará el gobierno este terrorismo fiscal?
A decir de políticos de izquierda, el actual gobierno está inconforme con los resultados obtenidos por las reformas estructurales, principalmente la energética, pues el contexto mundial ha impuesto a la baja los precios del petróleo, algo que afecta los ingresos del gobierno y que francamente no tenía contemplado.
No perdamos de vista que la actual administración del presidente Peña Nieto no es la culpable de los petroprecios, pero sí es responsable de (usando la mayoría de legisladores de su partido en el Congreso) haber puesto a la venta los recursos energéticos y eléctricos. Ahora la tendencia actual mundial es el recorte de miles de trabajadores ante esta baja en los precios petroleros y ante este panorama México no ha sido la excepción pues Pemex ya empezó sus recortes hace semanas.
Tampoco hay que dejar de considerar que un gran porcentaje del dinero que este país tiene para gastar viene de las ventas del petróleo y con la reforma energética ahora tenemos que dividir las ganancias petroleras con empresas que, en medio de este panorama, se animen aún a invertir en México, cuando además tenemos problemas políticos serios, crisis en derechos humanos, falta de credibilidad a políticos de cualquier nivel, policías coludidas con narcotraficantes y con una gran corrupción “encabezada por el mismo presidente de México”.
Ante este panorama resulta un tanto incongruente la postura de la Secretaría de Hacienda que apuesta por obtener de los contribuyentes los recursos que no obtendrá por el lado del petróleo, pero además no hace algo por remediar un mal de años en México: que las grandes empresas contribuyan con los impuestos que deben pagar, pues ellas pagan menos de lo que están obligadas y en muchos casos hasta se les devuelve dinero o les perdonan impuestos. Se calcula que esto perjudicó a nuestro país en el último ejercicio fiscal con 124 millones de pesos. La actual autoridad hacendaria tampoco hace algo por cambiar la Ley fiscal que favorece la evasión y ello a su vez acaba generando fraudes al fisco.
En lugar de comenzar a solucionar estos grandes males, los legisladores implementaron unas reformas que autorizan al SAT realizar auditorías a cualquier contribuyente registrado, PERO la Ley faculta que se audite a cualquier persona, registrada o no ante el SAT, también se podrá auditar a cualquiera que tenga una actividad económica sin importar si está dado de alta o no como contribuyente, es decir, podría haber una especie de “cacería de brujas” para descubrir a aquellos que no estén pagando impuestos, pero repito ¿por qué no hacer lo mismo con los grandes contribuyentes también?
Así las cosas, esperemos en los próximos meses un terrorismo y acoso fiscal para compensar el desequilibrio que hay en las finanzas públicas de México.